LA TERCERA – Este es el momento para que el MOP retome el rol rector de la inversión en infraestructura pública. Desde la institución se debieran liderar las acciones necesarias para impulsar la actividad en las regiones, que esperan un esfuerzo de inversión significativo.
En momentos complejos como los que vive Chile, el Ministerio de Obras Públicas adquiere una relevancia mayor. Es desde esa repartición que es posible impulsar la inversión pública y contrarrestar, aunque sea en parte, la caída en la inversión privada de los próximos años. Así lo evidenció el anuncio de los US$4.500 millones en recursos del Fondo COVID para inversión en infraestructura y la designación del titular de esta cartera como coordinador del proceso de inversión del sector público asignado a dicho fondo.
Es también el MOP el indicado para promover -mediante la Ley de Concesiones- la inversión privada en obras de infraestructura pública. Si bien este proceso requiere del acuerdo entre las partes, el principal responsable de impulsar ampliaciones, mejoras en los proyectos en operación, nuevos proyectos de concesiones, modalidades contractuales y políticas tarifarias, es el MOP. Su liderazgo permitiría aprovechar la capacidad de apalancamiento privado para liberar al Estado de presión financiera y mostrar el camino hacia el cual se dirige la asociación del Estado con el sector privado para mejorar servicios de infraestructura pública.
Sin embargo, hoy la institución aparece descontextualizada. La información sobre la ejecución presupuestaria del 2020 es confusa; se ha perdido el impulso informativo que daba cuenta de los avances en las licitaciones de proyectos asociados al Fondo COVID. En el sector de las concesiones, la atención sigue puesta sobre los conflictos entre mandante y concesionarios y no sobre los avances para reposicionar la industria como palanca de desarrollo. Se mantiene la controversia por la modificación de las tarifas de saturación en las autopistas urbanas; siguen pendientes algunas ampliaciones de contratos en carreteras y los aeropuertos, que han visto muy afectada su demanda, acusan la falta de apoyo explícito de parte de su socio, el Estado. Finalmente, el Fondo de Desarrollo País, originalmente Fondo de Infraestructura, ha tomado un rumbo diferente del que se definió en su origen y en la Ley que le dio sustento, sin que haya habido, hasta ahora, una explicación convincente de este cambio.
Este es el momento para que el MOP retome el rol rector de la inversión en infraestructura pública. Desde la institución se debieran liderar las acciones necesarias para impulsar la actividad en las regiones, que esperan un esfuerzo de inversión significativo; la industria de la construcción, que debe recuperar meses perdidos y aumentar el empleo en forma urgente; el sector de los concesionarios, que pueden aportar recursos al Estado, si cuentan con las confianzas necesarias para el desarrollo de la industria; y la comunidad, que espera que sus demandas se vean reflejadas, entre otras cosas, en mejor infraestructura.
El ministro es la persona adecuada para conducir el proceso y crear las condiciones que permitan mirar la recuperación con esperanza. Este el momento para que convoque a todos los actores de la industria, devele hacia dónde está apuntando y recomponga la relación con el sector privado de la construcción y de las concesionarias, en la perspectiva de apoyarse mutuamente en esta etapa tan difícil para el país. Como CPI, nos ponemos a disposición para generar las condiciones que hagan posible retomar el tranco.
-El autor es director ejecutivo Consejo de Políticas de Infraestructura
Fuente: La Tercera, Viernes 20 de Noviembre de 2020