Miércoles, Noviembre 20, 2024

El progreso mueve montañas: Inauguración del Túnel Lo Prado

CASA MUSEO EDUARDO FREI – El 17 de septiembre de 1970 fue inaugurada una de las obras de ingeniería más importantes de Chile: el Túnel Lo Prado. Esta fue el conducto vial subterráneo más largo construido hasta entonces en nuestro país y disminuyó considerablemente el trayecto entre la capital y su puerto principal, Valparaíso. tunel-lo-prado-valeEn una ceremonia dirigida por el Presidente Eduardo Frei Montalva se abrió el tránsito a través de la montaña San Francisco, concretando una aspiración de largo aliento para el progreso nacional.­­

Antecedentes

Casi dos siglos antes de su inauguración, el gobernador de Chile, Ambrosio O’Higgins, trazó el camino entre Santiago y Valparaíso, dibujando una línea que pasaba sobre la cuesta Lo Prado (1). A pesar de esta antigua aspiración, el recorrido que finalmente unió el litoral central con la capital pasaba por la cuesta Barriga, un camino de pronunciadas pendientes y 92 curvas que hacían del recorrido un viaje largo y agotador.

El desarrollo del transporte mecanizado generó la necesidad de mejores caminos, con trazados que fueran más seguros. La cuesta Barriga significaba mucho gasto de tiempo y combustible, constituía un problema y no era solución para un transporte rápido y seguro, debido a sus pendientes y curvas, por lo que se comenzó a idear un trazado alternativo.

El 4 de enero de 1937, los ingenieros Alfonso Díaz, Oscar Jiménez y Juan González inscribieron en el registro de propiedad intelectual un proyecto que contemplaba una variante del camino pasando por un túnel a través del cerro San Francisco (2). Todas las propuestas de proyectos insistían en la relevancia de disminuir la distancia entre la capital y Valparaíso (3). En 1964 se llamó a propuestas públicas y el 17 de diciembre de ese año, mediante decreto n°3098, se aceptó la oferta presentada por “Devés, Del Río y Torreti Ltda”. El proyecto fue avaluado en 54 millones de escudos, unos 80 millones de dólares, esperándose una tasa de retorno del 20% para el año de apertura (4). Se esperaba que con la eliminación de las curvas y el acortamiento de la distancia, se produjera una economía de tiempo estimada en un 50% y se entendía que esto significaba no solo un beneficio económico, sino también una mejora sustancial en la calidad de vida.

El jueves 13 de enero de 1966, el Primer Mandatario ordenó la explosión de la primera tronadura, dando inicio a la construcción de esta moderna obra de ingeniería. Frei Montalva estuvo acompañado del Ministro de Obras Públicas, Edmundo Pérez Zujovic, los ingenieros a cargo y otras autoridades. En su discurso, Sergio Torreti, uno de los socios de la constructora, indicó que esta era una de las obras más grandes de ingeniería civil efectuadas en Chile y que representaba la “culminación del esfuerzo que por espacio de 30 años habían realizado innumerables generaciones de ingenieros” (5). Tras la primera explosión, el Cardenal Raúl Silva Henríquez efectuó la bendición de las futuras faenas. El Presidente Frei, por su parte, manifestó que esta obra era producto del esfuerzo nacional y que unía a todos los chilenos en pro de su progreso social y económico (6).

Construcción

Se esperaba que la ejecución de la obra tomara 4 años y estuviera finalizada para mediados de 1969, pero el proceso tomó más tiempo, siendo inaugurada en septiembre de 1970. Durante el periodo que tomó su construcción, la inspección fiscal contó con la asesoría de diversas entidades públicas y privadas, como el Instituto de Investigaciones Geológicas y el Instituto de Investigación y Ensayo de Materiales de la Universidad de Chile, la Oficina de Cálculos y Estabilidad de Santiago Arias, la Oficina Técnica de Miguel Menadovich del Río, el laboratorio del Departamento de Construcción de la Dirección de Vialidad y también el apoyo de técnicos noruegos con gran experiencia en excavación de túneles (7).

Las labores de excavación debieron ser suspendidas temporalmente para iniciar nuevos estudios debido a la mala calidad de las rocas (8). Esta detención causó controversias, pues se acusaba que los nuevos estudios se habían realizado solo para mejorar las utilidades de la constructora, siendo innecesarios en términos técnicos (9). A pesar de esto, las labores se retomaron a fines de 1967, adquiriendo un intenso ritmo de trabajo.

En junio de 1968 llegó a Valparaíso el equipo mecánico adquirido para las faenas. Al año siguiente se desarrolló la excavación del túnel, con los problemas característicos de obras de este tipo: derrumbes, empujes, agua, deslizamientos, inundaciones, entre otros (10). En su edificación se emplearon más de 50.000 metros cúbicos de revestimiento de hormigón, 3.420 toneladas de acero en soportes y refuerzos, entre otros materiales (11). Sus características lo convirtieron en una de las obras de viabilidad más modernas construidas en Chile. Entre los elementos que se destacaron, se contaba el innovador sistema de ventilación, que permitía una renovación completa del aire en su interior cada 3,7 minutos (12). El diseño también contempló la instalación de un circuito cerrado de televisión, que permitía el control del interior. La iluminación y el revestimiento con mosaicos fueron pensados e instalados de modo tal, que los conductores tuvieran la sensación de no encontrarse dentro de un largo tubo de concreto. También se aplicó un moderno sistema de control de tráfico, de teléfonos de emergencia en el interior y de alarmas contra incendios. Sistemas que permitían a los operadores saber qué sucedía en el interior del túnel y tener los medios para controlar el tráfico de día y de noche (13).

Inauguración

La clásica cinta tricolor fue cortada el 17 de septiembre de 1970, abriendo el tránsito a través de la montaña San Francisco en medio de la alegría de obreros, empleados, autoridades y personalidades que participaron en su construcción. Esta obra de ingeniería constituyó un orgullo para todo el país. Con su apertura, culminó parte de un vasto programa de viabilidad, convirtiendo al Túnel Lo Prado en un símbolo de progreso y modernidad, siendo corolario de una administración que se destacó por un enorme auge de las obras públicas y las vías de comunicación, las que fueron concebidas por el gobierno de Eduardo Frei Montalva como medio para potenciar el desarrollo económico y social del país. Fue bendecido por el párroco de Curacaví, Benjamín Ulloa, y tras su inauguración fue recorrido completamente por el Presidente y su comitiva (14).

En un inicio, el túnel fue utilizado únicamente entre las 8.00 y las 20.00 horas, debido a que aún restaban algunos trabajos menores (15). Acortó tanto el viaje de los capitalinos a Valparaíso, que en su primera semana de funcionamiento experimentó atochamientos vehiculares. Debido a esto, al fin de semana siguiente a la apertura hubo problemas y el túnel debió cerrarse. No ocurrió ningún fallo técnico ni accidente, pero la sobrecarga de tránsito producto del entusiasmo inicial de porteños y capitalinos que deseaban conocer la nueva obra, obligó a las autoridades a tomar esta medida. Todos querían pasar a través del que, en ese tiempo, era el más largo túnel de Chile (16).

CASA MUSEO EDUARDO FREI – El 17 de septiembre de 1970 fue inaugurada una de las obras de ingeniería más importantes de Chile: el Túnel Lo Prado. Esta fue el conducto vial subterráneo más largo construido hasta entonces en nuestro país y disminuyó considerablemente el trayecto entre la capital y su puerto principal, Valparaíso. tunel-lo-prado-valeEn una ceremonia dirigida por el Presidente Eduardo Frei Montalva se abrió el tránsito a través de la montaña San Francisco, concretando una aspiración de largo aliento para el progreso nacional.­­

Antecedentes

Casi dos siglos antes de su inauguración, el gobernador de Chile, Ambrosio O’Higgins, trazó el camino entre Santiago y Valparaíso, dibujando una línea que pasaba sobre la cuesta Lo Prado (1). A pesar de esta antigua aspiración, el recorrido que finalmente unió el litoral central con la capital pasaba por la cuesta Barriga, un camino de pronunciadas pendientes y 92 curvas que hacían del recorrido un viaje largo y agotador.

El desarrollo del transporte mecanizado generó la necesidad de mejores caminos, con trazados que fueran más seguros. La cuesta Barriga significaba mucho gasto de tiempo y combustible, constituía un problema y no era solución para un transporte rápido y seguro, debido a sus pendientes y curvas, por lo que se comenzó a idear un trazado alternativo.

El 4 de enero de 1937, los ingenieros Alfonso Díaz, Oscar Jiménez y Juan González inscribieron en el registro de propiedad intelectual un proyecto que contemplaba una variante del camino pasando por un túnel a través del cerro San Francisco (2). Todas las propuestas de proyectos insistían en la relevancia de disminuir la distancia entre la capital y Valparaíso (3). En 1964 se llamó a propuestas públicas y el 17 de diciembre de ese año, mediante decreto n°3098, se aceptó la oferta presentada por “Devés, Del Río y Torreti Ltda”. El proyecto fue avaluado en 54 millones de escudos, unos 80 millones de dólares, esperándose una tasa de retorno del 20% para el año de apertura (4). Se esperaba que con la eliminación de las curvas y el acortamiento de la distancia, se produjera una economía de tiempo estimada en un 50% y se entendía que esto significaba no solo un beneficio económico, sino también una mejora sustancial en la calidad de vida.

El jueves 13 de enero de 1966, el Primer Mandatario ordenó la explosión de la primera tronadura, dando inicio a la construcción de esta moderna obra de ingeniería. Frei Montalva estuvo acompañado del Ministro de Obras Públicas, Edmundo Pérez Zujovic, los ingenieros a cargo y otras autoridades. En su discurso, Sergio Torreti, uno de los socios de la constructora, indicó que esta era una de las obras más grandes de ingeniería civil efectuadas en Chile y que representaba la “culminación del esfuerzo que por espacio de 30 años habían realizado innumerables generaciones de ingenieros” (5). Tras la primera explosión, el Cardenal Raúl Silva Henríquez efectuó la bendición de las futuras faenas. El Presidente Frei, por su parte, manifestó que esta obra era producto del esfuerzo nacional y que unía a todos los chilenos en pro de su progreso social y económico (6).

Construcción

Se esperaba que la ejecución de la obra tomara 4 años y estuviera finalizada para mediados de 1969, pero el proceso tomó más tiempo, siendo inaugurada en septiembre de 1970. Durante el periodo que tomó su construcción, la inspección fiscal contó con la asesoría de diversas entidades públicas y privadas, como el Instituto de Investigaciones Geológicas y el Instituto de Investigación y Ensayo de Materiales de la Universidad de Chile, la Oficina de Cálculos y Estabilidad de Santiago Arias, la Oficina Técnica de Miguel Menadovich del Río, el laboratorio del Departamento de Construcción de la Dirección de Vialidad y también el apoyo de técnicos noruegos con gran experiencia en excavación de túneles (7).

Las labores de excavación debieron ser suspendidas temporalmente para iniciar nuevos estudios debido a la mala calidad de las rocas (8). Esta detención causó controversias, pues se acusaba que los nuevos estudios se habían realizado solo para mejorar las utilidades de la constructora, siendo innecesarios en términos técnicos (9). A pesar de esto, las labores se retomaron a fines de 1967, adquiriendo un intenso ritmo de trabajo.

En junio de 1968 llegó a Valparaíso el equipo mecánico adquirido para las faenas. Al año siguiente se desarrolló la excavación del túnel, con los problemas característicos de obras de este tipo: derrumbes, empujes, agua, deslizamientos, inundaciones, entre otros (10). En su edificación se emplearon más de 50.000 metros cúbicos de revestimiento de hormigón, 3.420 toneladas de acero en soportes y refuerzos, entre otros materiales (11). Sus características lo convirtieron en una de las obras de viabilidad más modernas construidas en Chile. Entre los elementos que se destacaron, se contaba el innovador sistema de ventilación, que permitía una renovación completa del aire en su interior cada 3,7 minutos (12). El diseño también contempló la instalación de un circuito cerrado de televisión, que permitía el control del interior. La iluminación y el revestimiento con mosaicos fueron pensados e instalados de modo tal, que los conductores tuvieran la sensación de no encontrarse dentro de un largo tubo de concreto. También se aplicó un moderno sistema de control de tráfico, de teléfonos de emergencia en el interior y de alarmas contra incendios. Sistemas que permitían a los operadores saber qué sucedía en el interior del túnel y tener los medios para controlar el tráfico de día y de noche (13).

Inauguración

La clásica cinta tricolor fue cortada el 17 de septiembre de 1970, abriendo el tránsito a través de la montaña San Francisco en medio de la alegría de obreros, empleados, autoridades y personalidades que participaron en su construcción. Esta obra de ingeniería constituyó un orgullo para todo el país. Con su apertura, culminó parte de un vasto programa de viabilidad, convirtiendo al Túnel Lo Prado en un símbolo de progreso y modernidad, siendo corolario de una administración que se destacó por un enorme auge de las obras públicas y las vías de comunicación, las que fueron concebidas por el gobierno de Eduardo Frei Montalva como medio para potenciar el desarrollo económico y social del país. Fue bendecido por el párroco de Curacaví, Benjamín Ulloa, y tras su inauguración fue recorrido completamente por el Presidente y su comitiva (14).

En un inicio, el túnel fue utilizado únicamente entre las 8.00 y las 20.00 horas, debido a que aún restaban algunos trabajos menores (15). Acortó tanto el viaje de los capitalinos a Valparaíso, que en su primera semana de funcionamiento experimentó atochamientos vehiculares. Debido a esto, al fin de semana siguiente a la apertura hubo problemas y el túnel debió cerrarse. No ocurrió ningún fallo técnico ni accidente, pero la sobrecarga de tránsito producto del entusiasmo inicial de porteños y capitalinos que deseaban conocer la nueva obra, obligó a las autoridades a tomar esta medida. Todos querían pasar a través del que, en ese tiempo, era el más largo túnel de Chile (16).

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