Jueves, Diciembre 26, 2024

“El plan estratégico, el directorio y la instalación del Fondo de Infraestructura son clave”

DIARIO FINANCIERO – Luego de un año y medio de tramitación, el proyecto de ley que crea el Fondo de Infraestructura fue aprobado en el Congreso.

Su objetivo no es menor. Busca financiar e invertir en proyectos de infraestructura, directamente o a través de terceros, así como elaborar y realizar los estudios necesarios para estas obras.

El hoy gerente general del consorcio TVS, Álvaro González, fue quien ideó el Fondo de Infraestructura y lo propuso en el Consejo de Políticas Públicas (CPI), siendo testigo además de los cambios sufridos en el Congreso desde su idea original. Por esto, su relato es una voz autorizada. Entre las fortalezas dice que está el poder financiar otro tipo de proyectos de asociación público privada no tradicionales, por ejemplo, la red de fibra óptica. Sin embargo, advierte que una de sus debilidades es cómo se puede interpretar esta iniciativa. Y agrega: “Es una ley que necesita una buena implantación, con buenos profesionales, un buen directorio, un buen plan estratégico, de tal manera que no se distorsione lo que se hace con el fondo”.

¿Cómo quedó el proyecto tras su tramitación?

Originalmente propusimos un proyecto que era algo más similar a lo que quedó. Lo que planteamos más bien es un fondo de infraestructura propuesto a través de garantía y a través de activos y valor residuales. Esta propuesta la recogió el gobierno cuando la planteamos, pero después en la ley que apareció es una ley un poco distinta que tenía dos problemas: hacía mucho énfasis en que el Estado era el que podía tener las labores de construcción, operación y mantenimiento. Le daba un rol muy importante al Estado. Y lo segundo que no enfatizaba el tema de las garantías, que era lo más importante del proyecto, sino que fue más bien por el lado de la administración de los recursos.

Al principio del proyecto hubo mucha confusión. Fuimos varias veces al Parlamento. Se cambió el objeto de la ley y se colocó efectivamente lo que era original, que era más bien del orden de inversión, financiamiento y aseguramiento del proyecto. Sin embargo, el resto de la ley estaba escrita un poco basándose en una empresa pública, así que quedó media mezclada.

¿Cuáles serán los controles de este fondo?

Son similares a los que podría tener el Banco Estado o el Fondo de Inversiones Estratégicas. Controles hay. Lo interesante de esto es que puedan ingresar proyectos nuevos, y esos proyectos tienen que tener una buena evaluación. Ahí es donde los controles quizás puedan ser muy importantes.

Lo que nosotros habíamos planteado originalmente es que existiera la obligación del fondo de tener una clasificación de riesgo de al menos dos empresas internacionales, de tal manera que esas empresas internacionales pudieran efectivamente valorar el fondo, valorar sus activos.

¿En qué medida este proyecto logra fortalecer el incentivo a la inversión en obras públicas?

Ese es el objetivo, que fuera un fondo profesional, por decirlo de alguna manera, que tuviera activos que permitieran garantizar y avalar los instrumentos que se necesitan en obras públicas, así como otros ministerios, para levantar proyectos de asociación público-privada. A mí me parece bien de que no se financien hospitales o cárceles, porque en realidad esos son pagos a futuro que hace el Estado. En cambio estos proyectos son más bien generadores de ingreso.

¿Ve alguna amenaza o riesgo en cuanto a su funcionamiento?

Lo que se construyó -perdona el ejemplo- es un martillo: puede servir para construir una casa, pero también puede destruir. Dependerá mucho de cómo este nuevo gobierno instala y estructura ese fondo, cómo ven el plan estratégico y cuáles son los énfasis que se colocan. El plan estratégico, el directorio, y la instalación del Fondo es clave. Ahora viene un trabajo fino de qué hago con el martillo.

¿El éxito de este fondo quedará determinado por el nuevo gobierno?

Espero que sí. Lo mismo pasó con la ley de concesiones. Esa fue una ley que podría haber sido una letra muerta, pero los gobiernos permitieron darle continuidad a un trabajo serio y profesional. Si tenemos una adminitración técnica y no política, una administración que realmente sepa cómo opera el mundo de la infraestructura, nos va a ir bien.

¿Qué punto es el más determinante para el éxito de este fondo?

Lo determinante hoy es un directorio técnico que sepa del mundo de la asociación público-privada, que se coloque un grupo de gerentes que sepa también del negocio, y que no se cuotee políticamente porque eso lo que va a hacer es que -como es un mercado tan sofisticado y tan específico- en realidad no se sepa muy bien cómo opera un fondo de este tipo para financiamiento de largo plazo.

Aquí hay que colocar a las mejores personas que tiene el país en el tema infraestructura. Tenemos mucha gente capaz, porque tenemos buena historia en el mundo de concesiones y en el mundo del financiamiento de infraestructura.

Ver entrevista

Fuente: Diario Financiero, Miércoles 17 de enero de 2017

DIARIO FINANCIERO – Luego de un año y medio de tramitación, el proyecto de ley que crea el Fondo de Infraestructura fue aprobado en el Congreso.

Su objetivo no es menor. Busca financiar e invertir en proyectos de infraestructura, directamente o a través de terceros, así como elaborar y realizar los estudios necesarios para estas obras.

El hoy gerente general del consorcio TVS, Álvaro González, fue quien ideó el Fondo de Infraestructura y lo propuso en el Consejo de Políticas Públicas (CPI), siendo testigo además de los cambios sufridos en el Congreso desde su idea original. Por esto, su relato es una voz autorizada. Entre las fortalezas dice que está el poder financiar otro tipo de proyectos de asociación público privada no tradicionales, por ejemplo, la red de fibra óptica. Sin embargo, advierte que una de sus debilidades es cómo se puede interpretar esta iniciativa. Y agrega: “Es una ley que necesita una buena implantación, con buenos profesionales, un buen directorio, un buen plan estratégico, de tal manera que no se distorsione lo que se hace con el fondo”.

¿Cómo quedó el proyecto tras su tramitación?

Originalmente propusimos un proyecto que era algo más similar a lo que quedó. Lo que planteamos más bien es un fondo de infraestructura propuesto a través de garantía y a través de activos y valor residuales. Esta propuesta la recogió el gobierno cuando la planteamos, pero después en la ley que apareció es una ley un poco distinta que tenía dos problemas: hacía mucho énfasis en que el Estado era el que podía tener las labores de construcción, operación y mantenimiento. Le daba un rol muy importante al Estado. Y lo segundo que no enfatizaba el tema de las garantías, que era lo más importante del proyecto, sino que fue más bien por el lado de la administración de los recursos.

Al principio del proyecto hubo mucha confusión. Fuimos varias veces al Parlamento. Se cambió el objeto de la ley y se colocó efectivamente lo que era original, que era más bien del orden de inversión, financiamiento y aseguramiento del proyecto. Sin embargo, el resto de la ley estaba escrita un poco basándose en una empresa pública, así que quedó media mezclada.

¿Cuáles serán los controles de este fondo?

Son similares a los que podría tener el Banco Estado o el Fondo de Inversiones Estratégicas. Controles hay. Lo interesante de esto es que puedan ingresar proyectos nuevos, y esos proyectos tienen que tener una buena evaluación. Ahí es donde los controles quizás puedan ser muy importantes.

Lo que nosotros habíamos planteado originalmente es que existiera la obligación del fondo de tener una clasificación de riesgo de al menos dos empresas internacionales, de tal manera que esas empresas internacionales pudieran efectivamente valorar el fondo, valorar sus activos.

¿En qué medida este proyecto logra fortalecer el incentivo a la inversión en obras públicas?

Ese es el objetivo, que fuera un fondo profesional, por decirlo de alguna manera, que tuviera activos que permitieran garantizar y avalar los instrumentos que se necesitan en obras públicas, así como otros ministerios, para levantar proyectos de asociación público-privada. A mí me parece bien de que no se financien hospitales o cárceles, porque en realidad esos son pagos a futuro que hace el Estado. En cambio estos proyectos son más bien generadores de ingreso.

¿Ve alguna amenaza o riesgo en cuanto a su funcionamiento?

Lo que se construyó -perdona el ejemplo- es un martillo: puede servir para construir una casa, pero también puede destruir. Dependerá mucho de cómo este nuevo gobierno instala y estructura ese fondo, cómo ven el plan estratégico y cuáles son los énfasis que se colocan. El plan estratégico, el directorio, y la instalación del Fondo es clave. Ahora viene un trabajo fino de qué hago con el martillo.

¿El éxito de este fondo quedará determinado por el nuevo gobierno?

Espero que sí. Lo mismo pasó con la ley de concesiones. Esa fue una ley que podría haber sido una letra muerta, pero los gobiernos permitieron darle continuidad a un trabajo serio y profesional. Si tenemos una adminitración técnica y no política, una administración que realmente sepa cómo opera el mundo de la infraestructura, nos va a ir bien.

¿Qué punto es el más determinante para el éxito de este fondo?

Lo determinante hoy es un directorio técnico que sepa del mundo de la asociación público-privada, que se coloque un grupo de gerentes que sepa también del negocio, y que no se cuotee políticamente porque eso lo que va a hacer es que -como es un mercado tan sofisticado y tan específico- en realidad no se sepa muy bien cómo opera un fondo de este tipo para financiamiento de largo plazo.

Aquí hay que colocar a las mejores personas que tiene el país en el tema infraestructura. Tenemos mucha gente capaz, porque tenemos buena historia en el mundo de concesiones y en el mundo del financiamiento de infraestructura.

Ver entrevista

Fuente: Diario Financiero, Miércoles 17 de enero de 2017

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