PAUTA – La Organización de las Naciones Unidas (ONU) identifica nueve condiciones de vulnerabilidad que acentúan la crisis climática en los países. De estas, Chile cumple siete.
Enmarcado en este contexto, el próximo 21 de diciembre el Consejo Nacional de Desarrollo Urbano (CNDU) presentará el documento “Propuestas para avanzar a ciudades carbono neutrales y resilientes al cambio climático”, donde se expone una serie de lineamientos para enfrentar desde las ciudades la crisis del cambio climático, con medidas de gobernanza y planificación urbana.
Las raíces del documento
“Empezamos en el contexto de la COP25”, cuenta el presidente del CNDU y premio nacional de urbanismo, Sergio Baeriswyl, en conversación con Pauta Sustentable, de Plaza Pauta, en Radio PAUTA. “A propósito de los compromisos que Chile estaba asumiendo para este encuentro que se realizaría aquí, nosotros consideramos que era fundamental que como consejo representáramos la dimensión de la ciudad en el rol que le compete en este desafío”, agrega.
Pero con el estallido de la crisis social en octubre de 2019, y posteriormente el arribo de la pandemia, los compromisos ciudadanos en materia medioambiental se vieron pospuestos para poner los esfuerzos en otras materias que respondieran a las necesidades que estas emergencias significaron.
De todos modos, Baeriswyl señala que este año insistieron con fuerza en este tema. “Si bien todas estas otras materias eran muy importantes, debíamos tener presente que el cambio climático es silencioso, sigue produciendo efectos más visibles y otros menos, pero no se detiene a pesar de que nuestras preocupaciones estén ocupadas en otras materias”, comenta el presidente del CNDU.
Resiliencia y carbononeutralidad
Desde el mismo CNDU destacan que lo más valioso de este documento es que propone que las ciudades chilenas sean carbono neutrales y resilientes a 2050 .
“Nosotros planteamos que las dos cosas van de la mano. El cambio climático no se puede ver solo desde la perspectiva de la resiliencia y adaptación sin entender que la reducción de emisiones de carbono es virtuosa y fortalece la resiliencia”, comenta Baeriswyl.
Porque además separar estos conceptos puede significar un grave error, ya que incluso está comprobado que las ciudades carbono neutrales tienden a ser mucho más saludables, caminables y no implican gigantescas inversiones. “Son decisiones inteligentes”, determina.
Tres grandes áreas
Aunque las propuestas presentes en el documento son variadas y apelan a diferentes actores de la sociedad que deberán trabajar alineados por un gran propósito común, cuando se habla de los efectos que pueden tener las amenazas del cambio climático, Baeriswyl destaca tres componentes fundamentales que deben actuar de forma coordinada.
El primero de estos es la ciudadanía. “Debemos tener una ciudadanía con consciencia del problema, con capacidad de adaptación y con capacidad para enfrentar situaciones que están en movilidad con respecto a muchas variables”, señala.
Sobre esto, destaca que las personas deben entender que el recurso agua es escaso, que hay que desarrollar un mayor cuidado en el consumo de la energía e invertir en fuentes limpias. “Las personas tienen que saber que podemos tener más inundaciones, incendios forestales y/o efectos en las costas, y que tienen que saber reaccionar a esos elementos”, indica.
En segundo lugar aparece con fuerza la necesidad de una institucionalidad o gobernanza que se haga cargo del cambio climático, cosa que hoy no existe como tal. Un ejemplo de esto es que los municipios no tienen planes estratégicos de cambio climático, y de tener ciertas estrategias estas no tienen vinculación ni con los planes reguladores ni con la inversión pública.
Finalmente, el tercer punto crucial -y donde entra de lleno el CNDU- es la planificación urbana, ya que hoy en día no existe en Chile ningún plan regulador que sea carbono neutral, “ningún plan regulador considera de forma clara y profunda las materias de riesgo de cambio climático”, comenta Baeriswyl.
Fuente: Pauta, Lunes 13 de Diciembre de 2021