Lunes, Mayo 19, 2025

El fracaso del Paso de Agua Negra: la oportunidad que San Juan dejó pasar

MENDOZA TODAY – Mientras el Corredor Bioceánico Vial avanza consolidando rutas estratégicas entre el Atlántico y el Pacífico, San Juan vuelve a quedar al margen. El Paso de Agua Negra, promesa repetida durante años, es hoy símbolo de inacción, mala gestión y falta de visión política.

El reciente lanzamiento del Plan de Acción del Corredor Bioceánico Vial por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric, dejó en evidencia una realidad incómoda para la provincia de San Juan: el Paso de Agua Negra, ese ambicioso túnel binacional que durante más de una década se promovió como eje estratégico para el desarrollo de la región, ha quedado, una vez más, fuera del juego. La obra, que debía conectar San Juan con la Región de Coquimbo y proyectar al noroeste argentino hacia el Pacífico, ha sido relegada al olvido, y con ella, las promesas de integración, crecimiento y competitividad para toda una provincia.

Mientras el mundo se mueve, San Juan sigue esperando. El Corredor Bioceánico que se pondrá en marcha atravesará Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, conectando a través de más de 2.400 kilómetros los puertos del Atlántico con los del Norte Grande chileno: Antofagasta, Iquique y Mejillones. Esta ruta no solo reducirá tiempos logísticos, sino que consolida una estrategia comercial regional con infraestructura portuaria avanzada, zonas francas activas y planificación integrada. Frente a eso, San Juan no tiene ni túnel, ni puerto, ni zona franca operativa. Solo papeles, declaraciones y una larga lista de oportunidades desperdiciadas.

Años perdidos y gestiones erráticas
La historia del Paso de Agua Negra es también la historia de cómo una negociación débil, una gestión sin visión y una falta de voluntad política real pueden condenar a una provincia al atraso. Durante años, gobiernos sanjuaninos prometieron avances, firmaron convenios y participaron en foros internacionales asegurando que la obra era inminente. Pero lo cierto es que nunca se puso en marcha nada: solo hubo propaganda de gestiones populistas que nunca entendieron lo que implica la integración comercial o el desarrollo logístico regional.

Ni siquiera se avanzó seriamente con el componente productivo complementario: la Zona Franca de Jáchal, una pieza clave para convertir al norte sanjuanino en un polo logístico y exportador vinculado al túnel. Lejos de eso, Jáchal sigue olvidado, sin infraestructura, sin inversiones y sin políticas públicas que lo conecten al desarrollo regional. La zona franca existe únicamente en los textos de una ley y en los discursos que el tiempo hizo irrelevantes. Mientras tanto, provincias como Jujuy sí avanzan: su zona franca en Perico ya opera y se vincula directamente con el Corredor Bioceánico, consolidando su inserción internacional desde el noroeste argentino. Entre tanto en Jáchal, están preocupados preparando una ampliación de la Fiesta de la Tradición.

Chile eligió eficiencia, no sentimentalismo
Chile no excluyó el Paso de Agua Negra por cuestiones ideológicas ni por falta de voluntad bilateral. Lo hizo porque optó por la eficiencia. Los puertos del Norte Grande chileno —Mejillones, Antofagasta, Iquique— cuentan con infraestructura moderna, ampliaciones en curso, accesos viales optimizados y conexión directa con rutas del Mercosur. Además, su proximidad al emergente puerto de Chancay, en Perú, fortalece su rol estratégico como puerta natural de Sudamérica hacia Asia.

La ruta seleccionada por Chile no solo es más eficiente: también se conecta con zonas francas ya operativas en el norte argentino, como la de Jujuy, que hoy cumple el rol logístico que alguna vez soñó San Juan. Mientras tanto, nuestra provincia no solo carece del túnel, sino que tampoco logró concretar una plataforma económica que lo respalde. En un mundo donde triunfan los más preparados, San Juan evidencia su falta de audacia, profesionalismo y estrategia.

Un proyecto atrapado en el discurso
Defender hoy el Paso de Agua Negra como una causa vigente es sostener un espejismo. El proyecto quedó desfasado frente a un nuevo mapa geopolítico y logístico. Lo que alguna vez fue una gran oportunidad, hoy es símbolo de estancamiento. Porque una idea que no se implementa, que no se respalda con financiamiento ni con decisiones firmes, termina siendo lo que Agua Negra es hoy: una carpeta olvidada, con firmas, fotos y promesas que no cambiaron nada.

Un legado de incompetencia
La provincia necesita una autocrítica profunda y urgente. No se puede seguir culpando a factores externos o esperar soluciones que nunca llegan. La verdadera causa del fracaso del Paso de Agua Negra radica en la mala gestión de los gobiernos provinciales anteriores, que desperdiciaron años sin trazar una estrategia clara, sin articular alianzas ni garantizar avances técnicos o financieros. A esto se suma la absoluta incompetencia de la gestión departamental de Jáchal, que no logró sustentar un solo proyecto serio para hacer viable su zona franca. El resultado está a la vista: promesas vacías, discursos reciclados y un atraso estructural que la provincia ya no puede darse el lujo de seguir sosteniendo.

Conclusión
Mientras otras regiones del país avanzan, conectan y producen, San Juan queda, otra vez, al margen. El tren del Corredor Bioceánico ya partió, y no espera a los que llegan tarde. El futuro no se construye con palabras: se construye con planificación, capacidad y decisión política. En ese terreno, San Juan sigue en déficit.

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Fuente: Mendoza Today, Viernes 25 de Abril de 2025

MENDOZA TODAY – Mientras el Corredor Bioceánico Vial avanza consolidando rutas estratégicas entre el Atlántico y el Pacífico, San Juan vuelve a quedar al margen. El Paso de Agua Negra, promesa repetida durante años, es hoy símbolo de inacción, mala gestión y falta de visión política.

El reciente lanzamiento del Plan de Acción del Corredor Bioceánico Vial por parte del presidente de Chile, Gabriel Boric, dejó en evidencia una realidad incómoda para la provincia de San Juan: el Paso de Agua Negra, ese ambicioso túnel binacional que durante más de una década se promovió como eje estratégico para el desarrollo de la región, ha quedado, una vez más, fuera del juego. La obra, que debía conectar San Juan con la Región de Coquimbo y proyectar al noroeste argentino hacia el Pacífico, ha sido relegada al olvido, y con ella, las promesas de integración, crecimiento y competitividad para toda una provincia.

Mientras el mundo se mueve, San Juan sigue esperando. El Corredor Bioceánico que se pondrá en marcha atravesará Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, conectando a través de más de 2.400 kilómetros los puertos del Atlántico con los del Norte Grande chileno: Antofagasta, Iquique y Mejillones. Esta ruta no solo reducirá tiempos logísticos, sino que consolida una estrategia comercial regional con infraestructura portuaria avanzada, zonas francas activas y planificación integrada. Frente a eso, San Juan no tiene ni túnel, ni puerto, ni zona franca operativa. Solo papeles, declaraciones y una larga lista de oportunidades desperdiciadas.

Años perdidos y gestiones erráticas
La historia del Paso de Agua Negra es también la historia de cómo una negociación débil, una gestión sin visión y una falta de voluntad política real pueden condenar a una provincia al atraso. Durante años, gobiernos sanjuaninos prometieron avances, firmaron convenios y participaron en foros internacionales asegurando que la obra era inminente. Pero lo cierto es que nunca se puso en marcha nada: solo hubo propaganda de gestiones populistas que nunca entendieron lo que implica la integración comercial o el desarrollo logístico regional.

Ni siquiera se avanzó seriamente con el componente productivo complementario: la Zona Franca de Jáchal, una pieza clave para convertir al norte sanjuanino en un polo logístico y exportador vinculado al túnel. Lejos de eso, Jáchal sigue olvidado, sin infraestructura, sin inversiones y sin políticas públicas que lo conecten al desarrollo regional. La zona franca existe únicamente en los textos de una ley y en los discursos que el tiempo hizo irrelevantes. Mientras tanto, provincias como Jujuy sí avanzan: su zona franca en Perico ya opera y se vincula directamente con el Corredor Bioceánico, consolidando su inserción internacional desde el noroeste argentino. Entre tanto en Jáchal, están preocupados preparando una ampliación de la Fiesta de la Tradición.

Chile eligió eficiencia, no sentimentalismo
Chile no excluyó el Paso de Agua Negra por cuestiones ideológicas ni por falta de voluntad bilateral. Lo hizo porque optó por la eficiencia. Los puertos del Norte Grande chileno —Mejillones, Antofagasta, Iquique— cuentan con infraestructura moderna, ampliaciones en curso, accesos viales optimizados y conexión directa con rutas del Mercosur. Además, su proximidad al emergente puerto de Chancay, en Perú, fortalece su rol estratégico como puerta natural de Sudamérica hacia Asia.

La ruta seleccionada por Chile no solo es más eficiente: también se conecta con zonas francas ya operativas en el norte argentino, como la de Jujuy, que hoy cumple el rol logístico que alguna vez soñó San Juan. Mientras tanto, nuestra provincia no solo carece del túnel, sino que tampoco logró concretar una plataforma económica que lo respalde. En un mundo donde triunfan los más preparados, San Juan evidencia su falta de audacia, profesionalismo y estrategia.

Un proyecto atrapado en el discurso
Defender hoy el Paso de Agua Negra como una causa vigente es sostener un espejismo. El proyecto quedó desfasado frente a un nuevo mapa geopolítico y logístico. Lo que alguna vez fue una gran oportunidad, hoy es símbolo de estancamiento. Porque una idea que no se implementa, que no se respalda con financiamiento ni con decisiones firmes, termina siendo lo que Agua Negra es hoy: una carpeta olvidada, con firmas, fotos y promesas que no cambiaron nada.

Un legado de incompetencia
La provincia necesita una autocrítica profunda y urgente. No se puede seguir culpando a factores externos o esperar soluciones que nunca llegan. La verdadera causa del fracaso del Paso de Agua Negra radica en la mala gestión de los gobiernos provinciales anteriores, que desperdiciaron años sin trazar una estrategia clara, sin articular alianzas ni garantizar avances técnicos o financieros. A esto se suma la absoluta incompetencia de la gestión departamental de Jáchal, que no logró sustentar un solo proyecto serio para hacer viable su zona franca. El resultado está a la vista: promesas vacías, discursos reciclados y un atraso estructural que la provincia ya no puede darse el lujo de seguir sosteniendo.

Conclusión
Mientras otras regiones del país avanzan, conectan y producen, San Juan queda, otra vez, al margen. El tren del Corredor Bioceánico ya partió, y no espera a los que llegan tarde. El futuro no se construye con palabras: se construye con planificación, capacidad y decisión política. En ese terreno, San Juan sigue en déficit.

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Fuente: Mendoza Today, Viernes 25 de Abril de 2025

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