Viernes, Noviembre 22, 2024

El desarrollo marítimo portuario: 80 años, por Daniel Fernández

PULSO – En este mes la Cámara Marítima y Portuaria de Chile cumple 80 años desde su fundación y lo hace con el objetivo de desarrollar la actividad marítima y portuaria, condición indispensable para facilitar y potenciar el comercio exterior por los puertos chilenos.

Hace ocho décadas operaban en nuestros puertos naves de mucho menor tamaño, y la carga se transportaba y transfería en bolsas, barriles, cajones de madera y cajas de cartón. Eran los tiempos en que no existían los contenedores (los primeros datan de 1956) ni mucho menos los terminales de contenedores.

Las ciudades-puerto, como las concebimos en la actualidad, carecían de un sistema logístico donde confluyeran la función marítima y portuaria y las actividades urbanas, en su interacción por carreteras y líneas ferroviarias. Nuestras carreteras se han desarrollado y perfeccionado, aunque hoy presentan otras complicaciones, como la alta congestión y el aumento de la tasa delictual, fenómeno social que está afectando a la totalidad del país.

Los trenes, por otra parte, fundamentales para conectar los puertos con los centros de producción y consumo, tuvieron un protagonismo indiscutible en el crecimiento del sector. Hoy, sin embargo, presenciamos un rezago en tecnología, infraestructura y operación. Si aspiramos a seguir creciendo en el volumen de nuestro intercambio comercial es indispensable invertir en mejorar nuestros servicios ferroviarios de carga, tanto en la Región del Biobío como en la Macrozona Central.

A partir de la segunda mitad de la década de los noventa los tratados de libre comercio se multiplicaron, dando un impulso exponencial a nuestro comercio exterior. Desde los años 90 a la fecha el intercambio comercial del país ha aumentado 770% medido en valor económico.

Es evidente que los puertos han contribuido al desarrollo económico del país: hoy el sector moviliza el 91% de nuestro comercio exterior. Mantener condiciones favorables para el adecuado desarrollo del sector marítimo portuario, apoyando de este modo el crecimiento del país, representa nuestro desafío para los próximos años.

Era impensado en el siglo pasado poder contar con modelos predictivos de las condiciones climáticas que permitieran planificar eficientemente la operación de nuestros puertos. Hoy no solo es posible, sino que su empleo es indispensable para mitigar a tiempo los efectos negativos sobre la cadena logística.

Nuestra experiencia también nos mantiene alerta ante las contingencias nacionales y mundiales, entre ellas, los conflictos internacionales, el crimen organizado y los desafíos que impone el cambio climático.

Los aprendizajes de estos 80 años nos aportan una mirada amplia para impulsar el desarrollo de nuestro sector de un modo sostenible, cuidando a nuestros trabajadores y colaborando en la necesaria mejora de nuestra competitividad.

*El autor de la columna es presidente del directorio de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile

Fuente: Pulso, Viernes 26 de Abril de 2024

PULSO – En este mes la Cámara Marítima y Portuaria de Chile cumple 80 años desde su fundación y lo hace con el objetivo de desarrollar la actividad marítima y portuaria, condición indispensable para facilitar y potenciar el comercio exterior por los puertos chilenos.

Hace ocho décadas operaban en nuestros puertos naves de mucho menor tamaño, y la carga se transportaba y transfería en bolsas, barriles, cajones de madera y cajas de cartón. Eran los tiempos en que no existían los contenedores (los primeros datan de 1956) ni mucho menos los terminales de contenedores.

Las ciudades-puerto, como las concebimos en la actualidad, carecían de un sistema logístico donde confluyeran la función marítima y portuaria y las actividades urbanas, en su interacción por carreteras y líneas ferroviarias. Nuestras carreteras se han desarrollado y perfeccionado, aunque hoy presentan otras complicaciones, como la alta congestión y el aumento de la tasa delictual, fenómeno social que está afectando a la totalidad del país.

Los trenes, por otra parte, fundamentales para conectar los puertos con los centros de producción y consumo, tuvieron un protagonismo indiscutible en el crecimiento del sector. Hoy, sin embargo, presenciamos un rezago en tecnología, infraestructura y operación. Si aspiramos a seguir creciendo en el volumen de nuestro intercambio comercial es indispensable invertir en mejorar nuestros servicios ferroviarios de carga, tanto en la Región del Biobío como en la Macrozona Central.

A partir de la segunda mitad de la década de los noventa los tratados de libre comercio se multiplicaron, dando un impulso exponencial a nuestro comercio exterior. Desde los años 90 a la fecha el intercambio comercial del país ha aumentado 770% medido en valor económico.

Es evidente que los puertos han contribuido al desarrollo económico del país: hoy el sector moviliza el 91% de nuestro comercio exterior. Mantener condiciones favorables para el adecuado desarrollo del sector marítimo portuario, apoyando de este modo el crecimiento del país, representa nuestro desafío para los próximos años.

Era impensado en el siglo pasado poder contar con modelos predictivos de las condiciones climáticas que permitieran planificar eficientemente la operación de nuestros puertos. Hoy no solo es posible, sino que su empleo es indispensable para mitigar a tiempo los efectos negativos sobre la cadena logística.

Nuestra experiencia también nos mantiene alerta ante las contingencias nacionales y mundiales, entre ellas, los conflictos internacionales, el crimen organizado y los desafíos que impone el cambio climático.

Los aprendizajes de estos 80 años nos aportan una mirada amplia para impulsar el desarrollo de nuestro sector de un modo sostenible, cuidando a nuestros trabajadores y colaborando en la necesaria mejora de nuestra competitividad.

*El autor de la columna es presidente del directorio de la Cámara Marítima y Portuaria de Chile

Fuente: Pulso, Viernes 26 de Abril de 2024

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