PULSO – Según una investigación del profesor Armando Durán, académico de la Facultad de Ingeniería Universidad de Talca, las regiones con el mayor porcentaje fueron Ñuble (44%), O´Higgins (40%) y Antofagasta (38%).
Un 30,44% de las licitaciones públicas en materia de construcción se declararon desiertas a nivel país, según una investigación del profesor Armando Durán, académico de la Facultad de Ingeniería Universidad de Talca.
Titulado Estudio licitaciones públicas desiertas y sin ofertas Sector construcción, el reporte analizó las licitaciones públicas a través del portal mercado público, y detectó que de las 6.282 licitaciones para el sector construcción llevadas a cabo entre enero y julio de 2023, un total de 1.912 se declararon desiertas.
Por región, destaca el 44% de licitaciones desiertas en Ñuble, 40% en la región de O´Higgins y el 38% en Antofagasta. Las regiones con el menor porcentaje de licitaciones declaradas desiertas son Magallanes, con 19%, y la Metropolitana con 24%.
Ello, sostiene el informe, “ha traído diversas consecuencias, desde aumento cesantía de la mano de obras no calificada y calificada, despidos masivos de profesionales del rubro, en general toda la cadena de valor se está viendo afectada”.
El reporte detalla que “los resultados son alarmantes respecto al primer semestre 2023, siete regiones superan el 30% de licitaciones sin adjudicación. Mas de ocho regiones tienen mas de cien proyectos sin adjudicar, lo que se traduce que son mas de cien empresas constructoras que pudieran estar desarrollando proyectos con efecto inmediato en la mano de obra calificada y no calificada, y que ven postergados proyectos de inversión pública en que la ciudadanía ha esperado por años”.
Para el 2022, el informe precisa que 4.023 mil licitaciones fueron declaradas desiertas en el sector de la construcción lo que significó que el Estado dejó de invertir en proyectos públicos más de $800 mil millones de pesos ese año. Estas licitaciones desiertas equivalen al 28,6% de las 14.064 licitaciones correspondientes a ese periodo.
La cifra del año pasado es menor que el 35,04% de 2021, pero muy superior al 23,23% de 2020 y el 21,76% de 2019.
“Se ha producido un incremento constante de las licitaciones declaradas desiertas desde el 2019 hasta el primer semestre de 2023, y los montos no adjudicados en esos años pasaron de $224.031 millones a $802.683 millones″, precisó el académico, quien se desempeña en la Escuela de Ingeniería Civil en Obras Civiles de dicha Institución.
Junto con el análisis de los datos recopilados, el estudio incluyó 112 entrevistas a empresas del rubro de la construcción, lo que permitió establecer cuáles son los factores que están generando el bajo interés en participar y adjudicarse licitaciones públicas.
“Un factor sería todas estas variables de la seguridad, que no se consideraban en la logística del proyecto y que hoy están asociadas al incremento de la delincuencia en Chile”, concluyó el académico el académico de la UTalca.
De hecho, el informe precisa que “los proyectos sin adjudicación dicen relación con que el presupuesto declarado en la licitación no concuerda con los montos reales que presentan las empresas constructoras”, pues “las ofertas están sobre el 20% del presupuesto que ofrecen las instituciones públicas”.
Adicionalmente, la encuesta da cuenta de que las principales diferencias respecto del incremento en el valor que presentan las constructoras es en un 61% por el alza de los materiales, seguido en 24% por los costos del financiamiento de los proyectos. Otro 6% está concentrado en tiempos de ejecución, 5% en el financiamiento de la boleta de garantía, 3% en la variable ubicación geográfica, y 1% en el financiamiento de seguros.
“No deja de ser menor que tres variables tienen relación con el financiamiento del proyecto, boletas de garantía y los seguros. Lo que no refleja la encuesta es la percepción de las pequeñas y medianas empresas que manifiestan que el acceso al financiamiento a este segmento cada vez es mas difícil, por lo que la adjudicación de las obras se estaría concentrando en las grandes empresas constructoras o consorcios, que producto de esto los proyectos afectados son los de menor monto que no hay interés de los grandes consorcios en participar”, sostiene el reporte.
Respecto de qué medidas están tomando para enfrentar la baja en la actividad, las empresas constructoras respondieron en un 53% que están optando por “la reducción de personal de mano de obra calificada y no calificada, y que como reemplazo optaron por la forma de trabajar en base a subcontratación”.
Fuente: Pulso, Lunes 11 de Septiembre de 2023