PULSO – Ayer se conmemoró el día mundial de la lucha contra la sequía. Un hito que debiera hacernos reflexionar sobre el complejo escenario climático que vive Chile. Sus efectos: ríos en sus niveles mínimos, mayores temperaturas y menos precipitaciones. Lo más preocupante es que frente a esta realidad, la resignación parece tomar un lugar por sobre la acción.
Según la última encuesta Criteria sobre percepción de escasez hídrica, 77% de los entrevistados opina que este es un tema importante pero que las personas no hacen nada para revertirla, aun cuando 68% cree que pueden darse restricciones de agua en el corto plazo. Esa disonancia nos debe remecer y movilizar, porque es imposible sortear la lucha contra el cambio climático de forma individual.
La evidencia es concreta y desalentadora. El último reporte climático de la ONU reveló que los océanos alcanzaron los niveles más cálidos y ácidos en 2021, además de un derretimiento acelerado de hielo. Mientras, el Informe IPCC confirmó que el cambio climático es una amenaza para el bienestar humano y la salud planetaria.
Hace unos días, geólogos franceses anunciaban la desaparición de los glaciares como un proceso irreversible de cara a 2100, traduciéndose en una pérdida de esta fuente de agua. Además, el primer reporte de la Mesa Nacional del Agua reveló que en Chile el consumo humano representa 12% del total, pero si consideramos sólo RM, ésta se eleva por sobre 32%. Así, el desafío es trasversal.
Desde Aguas Andinas trabajamos en nuestro rol como empresa de servicios medioambientales. Hemos realizado importantes inversiones en mega obras de resiliencia y desplegamos diversos proyectos para robustecer el suministro. Entre ellos, los Pozos Cerro Negro – Lo Mena, que fortalecerán el abastecimiento de más de 400 mil personas de la zona sur de Santiago. También hemos alcanzado acuerdos colaborativos, como el firmado con las Asociaciones de Canalistas de la Primera Sección del Río Maipo, que aseguró el suministro para la ciudad pese al bajísimo caudal de los ríos y en la época de mayor consumo. A esto sumamos alianzas con municipios para impulsar un uso más responsable y consciente del agua.
Nuestro compromiso es explorar todas las opciones. Entre ellas, el reúso de aguas depuradas en nuestras biofactorías, lo que permitirá una gestión más sustentable de la cuenca y más recurso hídrico para la ciudad. Sin embargo, todos los esfuerzos son insuficientes si no existe un cambio cultural radical en la forma en cómo nos relacionamos con el agua. Movilizarnos desde la resignación a la acción es el desafío decidido que debemos asumir urgentemente entre todos.
Marta Colet, gerente general de Aguas Andinas.
Fuente: La Tercera, Sábado 18 de Junio de 2022