Martes, Noviembre 26, 2024

Desalación de agua y construcción de embalses: las urgencias que impone la sequía en la agricultura

EL TIPÓGRAFO – “La principal razón por la que no se construyen los embalses somos los propios chilenos, que discutimos todo y no resolvemos nada”, afirma el presidente de Frusexta, Manuel Puga.

Este martes el Ministerio de Obras Públicas (MOP) dio a conocer un balance hídrico que proyecta al 2021 como «un año similar al más seco en la historia», el cual fue el 2019. «Estamos viendo hasta junio déficit que son superiores al 90% de la lluvia entre Atacama y Coquimbo, déficit de aproximadamente 65% entre Valparaíso y O’Higgins», dijo el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno.

El seremi de Agricultura de O’Higgins, Joaquín Arriagada, describe la complejidad de la situación. “Si descontamos el agua que cayó en enero -porque esa agua se perdió, se fue al mar- estamos más o menos en un 90% de déficit. O sea, estamos a un décimo del agua caída en un año normal”, afirmó.

La autoridad, eso sí, destaca que el invierno recién comienza y “esta situación podría eventualmente mejorar porque ya estamos en una fase neutra entre El Niño y La Niña, lo que implica que tenemos las mismas probabilidades de que tengamos un invierno sobre lo normal o bajo lo normal, aunque la Dirección Meteorológica de Chile dice que para la zona central vamos a estar en lluvias bajo lo normal”.

¿Qué consecuencias tendrá para el agro una continuidad de la sequía? Según Arriagada “hará que a la mitad de la temporada, como ocurrió en el año 2019 y 2020, en el mes de enero se acabó el agua y no alcanzamos a terminar los riegos y empezamos a tener serios problemas de agua en distintas zonas de la región”. Agrega que “esta es una situación que va a afectar principalmente a la zona de riego, también a las zona de secano con el forraje, y es una situación que no solo tiene que ver necesariamente con la agricultura como tal, también se ve afectada el agua potable rural y ya tenemos la experiencia de tener sectores importantes sin agua potable, en que tuvimos que surtir con camiones aljibe, que es un agua muy cara”.

El seremi de Agricultura expresa que “con la disminución de los costos de la electrificación producto de las energías renovables no convencionales, yo veo cada día más plausible la posibilidad de que tengamos desalación de agua con fines productivos en la región”.

Manuel Puga, presidente de los fruticultores de la región agrupados en Frusexta, plantea que “la única alternativa para salvar la agricultura del norte chico hacia el sur es construir embalses. No hay otra”.

“Pero la principal razón por la que no se construyen los embalses somos los propios chilenos, que discutimos todo y no resolvemos nada. Los chilenos que están detrás de los estudios de impacto ambiental, esta serie de ONG’s que están más contentas porque no se hagan las cosas a que se hagan bien las cosas. De momento en que se piensa construir un embalse hasta que se construye, no pasan menos de 15 años”, lamenta el empresario.

Puga afirma que los glaciares tenderán a desaparecer, y “el agua de los glaciares representa alrededor del 60% del agua de riego del verano. Si desaparecen los glaciares, y no hay otra alternativa, el 60% de la agricultura de la zona central va a desaparecer”.

Añade que “aquí hay que aumentar la oferta de agua, y el primer elemento que la aumenta son los embalses, como ocurre en todo el mundo”.

Ver artículo

Fuente: El Tipógrafo, Viernes 25 de Junio de 2021

EL TIPÓGRAFO – “La principal razón por la que no se construyen los embalses somos los propios chilenos, que discutimos todo y no resolvemos nada”, afirma el presidente de Frusexta, Manuel Puga.

Este martes el Ministerio de Obras Públicas (MOP) dio a conocer un balance hídrico que proyecta al 2021 como «un año similar al más seco en la historia», el cual fue el 2019. «Estamos viendo hasta junio déficit que son superiores al 90% de la lluvia entre Atacama y Coquimbo, déficit de aproximadamente 65% entre Valparaíso y O’Higgins», dijo el ministro de Obras Públicas, Alfredo Moreno.

El seremi de Agricultura de O’Higgins, Joaquín Arriagada, describe la complejidad de la situación. “Si descontamos el agua que cayó en enero -porque esa agua se perdió, se fue al mar- estamos más o menos en un 90% de déficit. O sea, estamos a un décimo del agua caída en un año normal”, afirmó.

La autoridad, eso sí, destaca que el invierno recién comienza y “esta situación podría eventualmente mejorar porque ya estamos en una fase neutra entre El Niño y La Niña, lo que implica que tenemos las mismas probabilidades de que tengamos un invierno sobre lo normal o bajo lo normal, aunque la Dirección Meteorológica de Chile dice que para la zona central vamos a estar en lluvias bajo lo normal”.

¿Qué consecuencias tendrá para el agro una continuidad de la sequía? Según Arriagada “hará que a la mitad de la temporada, como ocurrió en el año 2019 y 2020, en el mes de enero se acabó el agua y no alcanzamos a terminar los riegos y empezamos a tener serios problemas de agua en distintas zonas de la región”. Agrega que “esta es una situación que va a afectar principalmente a la zona de riego, también a las zona de secano con el forraje, y es una situación que no solo tiene que ver necesariamente con la agricultura como tal, también se ve afectada el agua potable rural y ya tenemos la experiencia de tener sectores importantes sin agua potable, en que tuvimos que surtir con camiones aljibe, que es un agua muy cara”.

El seremi de Agricultura expresa que “con la disminución de los costos de la electrificación producto de las energías renovables no convencionales, yo veo cada día más plausible la posibilidad de que tengamos desalación de agua con fines productivos en la región”.

Manuel Puga, presidente de los fruticultores de la región agrupados en Frusexta, plantea que “la única alternativa para salvar la agricultura del norte chico hacia el sur es construir embalses. No hay otra”.

“Pero la principal razón por la que no se construyen los embalses somos los propios chilenos, que discutimos todo y no resolvemos nada. Los chilenos que están detrás de los estudios de impacto ambiental, esta serie de ONG’s que están más contentas porque no se hagan las cosas a que se hagan bien las cosas. De momento en que se piensa construir un embalse hasta que se construye, no pasan menos de 15 años”, lamenta el empresario.

Puga afirma que los glaciares tenderán a desaparecer, y “el agua de los glaciares representa alrededor del 60% del agua de riego del verano. Si desaparecen los glaciares, y no hay otra alternativa, el 60% de la agricultura de la zona central va a desaparecer”.

Añade que “aquí hay que aumentar la oferta de agua, y el primer elemento que la aumenta son los embalses, como ocurre en todo el mundo”.

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Fuente: El Tipógrafo, Viernes 25 de Junio de 2021

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