Viernes, Noviembre 15, 2024

Desafíos para la comuna de Santiago, por Américo Ibarra

ESTRATEGIA – La comuna de Santiago ha enfrentado en los últimos años una preocupante disminución en el valor del suelo, realidad evidenciada por los datos proporcionados por el Servicio de Impuestos Internos. Esta tendencia, se explica entre otros factores por el creciente deterioro de los espacios públicos, de la infraestructura urbana, de una percepción de inseguridad creciente y de verdaderas mafias de comercio informal y callejero. Esta creciente insatisfacción con la calidad de vida tiene un impacto directo en las decisiones económicas de individuos y empresas.

La atención deficiente a los espacios públicos, que frecuentemente se encuentran en estado de abandono, sumado al deterioro de infraestructuras fundamentales como las calles, el transporte público y los servicios básicos, genera una sensación de desconexión y desinterés hacia dicho territorio. En este contexto, la inversión en el sector inmobiliario se ve seriamente afectada, desencadenando una espiral negativa que repercute en la economía local, agravado por la falta de consenso de las diferentes administraciones edilicias respecto de las causas de esta situación y del cómo y plazos para resolver estos problemas ya estructurales.

Para revertir esta situación y revitalizar la ciudad, resulta imposible circunscribir la responsabilidad sólo a las autoridades comunales ya que, por la importancia de su historia, características, actividad público-administrativa y económica, se requiere el concurso de liderazgos regionales y nacionales que además de aportar financiamiento, implementen políticas que pongan énfasis en el desarrollo integral de la comuna dada su evidente relevancia simbólica y real. Aproximarse a este proceso de manera holística representa una prioridad e implica no solo la mejora de los servicios y la infraestructura existente, sino que también la preservación del patrimonio cultural que identifica a nuestra ciudad capital. El diseño de nuevas políticas de renovación y densificación urbana sostenibles puede facilitar la creación de espacios que sean no solo habitables, sino también atractivos para los inversores.

No cabe duda de que este proceso requiere de un amplio mecanismo que fomente acciones de participación ciudadana, en la que no sólo los habitantes, sino que también quienes trabajan en el territorio colaboren en las definiciones relacionadas con el desarrollo urbano ya que las necesidades y aspiraciones de la comunidad puede contribuir de manera significativa a la construcción de un entorno más saludable y cohesionado.

Finalmente, para revitalizar Santiago se requiere de un compromiso, de un pacto que involucre a autoridades políticas (locales, regionales y nacionales), vecinos, inversionistas y trabajadores que cohabitan en la comuna.

Américo Ibarra Lara
Director Observatorio en Política Pública del Territorio
Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido
Universidad de Santiago de Chile.

Ver artículo

Fuente: Estrategia, Jueves 14 de Noviembre de 2024

ESTRATEGIA – La comuna de Santiago ha enfrentado en los últimos años una preocupante disminución en el valor del suelo, realidad evidenciada por los datos proporcionados por el Servicio de Impuestos Internos. Esta tendencia, se explica entre otros factores por el creciente deterioro de los espacios públicos, de la infraestructura urbana, de una percepción de inseguridad creciente y de verdaderas mafias de comercio informal y callejero. Esta creciente insatisfacción con la calidad de vida tiene un impacto directo en las decisiones económicas de individuos y empresas.

La atención deficiente a los espacios públicos, que frecuentemente se encuentran en estado de abandono, sumado al deterioro de infraestructuras fundamentales como las calles, el transporte público y los servicios básicos, genera una sensación de desconexión y desinterés hacia dicho territorio. En este contexto, la inversión en el sector inmobiliario se ve seriamente afectada, desencadenando una espiral negativa que repercute en la economía local, agravado por la falta de consenso de las diferentes administraciones edilicias respecto de las causas de esta situación y del cómo y plazos para resolver estos problemas ya estructurales.

Para revertir esta situación y revitalizar la ciudad, resulta imposible circunscribir la responsabilidad sólo a las autoridades comunales ya que, por la importancia de su historia, características, actividad público-administrativa y económica, se requiere el concurso de liderazgos regionales y nacionales que además de aportar financiamiento, implementen políticas que pongan énfasis en el desarrollo integral de la comuna dada su evidente relevancia simbólica y real. Aproximarse a este proceso de manera holística representa una prioridad e implica no solo la mejora de los servicios y la infraestructura existente, sino que también la preservación del patrimonio cultural que identifica a nuestra ciudad capital. El diseño de nuevas políticas de renovación y densificación urbana sostenibles puede facilitar la creación de espacios que sean no solo habitables, sino también atractivos para los inversores.

No cabe duda de que este proceso requiere de un amplio mecanismo que fomente acciones de participación ciudadana, en la que no sólo los habitantes, sino que también quienes trabajan en el territorio colaboren en las definiciones relacionadas con el desarrollo urbano ya que las necesidades y aspiraciones de la comunidad puede contribuir de manera significativa a la construcción de un entorno más saludable y cohesionado.

Finalmente, para revitalizar Santiago se requiere de un compromiso, de un pacto que involucre a autoridades políticas (locales, regionales y nacionales), vecinos, inversionistas y trabajadores que cohabitan en la comuna.

Américo Ibarra Lara
Director Observatorio en Política Pública del Territorio
Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido
Universidad de Santiago de Chile.

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Fuente: Estrategia, Jueves 14 de Noviembre de 2024

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