Sábado, Diciembre 21, 2024

Desafíos de la infraestructura y soluciones basadas en la naturaleza, por Victoria Mira

ESTRATEGIA – Durante la COP-29 se llevaron adelante negociaciones clave en torno a las llamadas “Soluciones Basadas en la Naturaleza” (SBN) para enfrentar el cambio climático. Estas apuntan a utilizar los ecosistemas naturales o restaurados para abordar desafíos climáticos y sociales, promoviendo la protección de la biodiversidad y la resiliencia. Sus aplicaciones incluyen la captura de carbono mediante reforestación, la restauración de humedales y la creación de infraestructura verde.

Algunos ejemplos que se pueden dar en el área de la infraestructura son los proyectos como corredores verdes, la forestación de zonas urbanas, gestión hídrica mediante amortiguadores naturales, la restauración de cerros isla y equipamiento como techos verdes y parques urbanos.

En Chile, hay iniciativas que se han implementado exitosamente. Un ejemplo es el Parque Fluvial Renato Poblete, en Santiago, que regula el caudal del Río Mapocho, mitigando inundaciones y ofreciendo espacios recreativos. La restauración de humedales en la Región Metropolitana ha reducido en un 20% la incidencia de inundaciones, mejorando la calidad del agua y creando hábitats para la biodiversidad. Además, el Plan Stgo+ fomenta proyectos de infraestructura verde que fortalecen la resiliencia urbana.

Las “Soluciones basadas en la naturaleza”, además de ser sostenibles, son más rentables que las infraestructuras tradicionales. Esto se debe a que otorgan resiliencia a las estructuras, reduciendo costos a largo plazo, como en la reparación de daños por desastres naturales. Estas medidas han demostrado ser altamente eficientes para la adaptación frente al cambio climático.

En la COP-29, actores globales promueven las SBN como una respuesta prioritaria ante la crisis. Es esencial triplicar la inversión en estos proyectos a 2030, con el objetivo de cumplir las metas de conservación de biodiversidad y prevención de la degradación de la tierra. Tanto el sector público como el privado deben unir esfuerzos para avanzar hacia “cero emisiones netas”.

La Unión Internacional de Conservación para la Naturaleza estima que cada dólar invertido en SBN genera hasta nueve dólares en beneficios económicos, incluyendo empleos y mejoras en salud. Además, podrían aportar un tercio de las reducciones de emisiones para cumplir con el Acuerdo de París en 2030.

¿Cómo debería ser una infraestructura en armonía con la naturaleza? Viva, resiliente y tecnológica. Imaginemos espacios que no solo convivan con la naturaleza, sino que la fortalezcan. Edificios y estructuras que respiren, mejoren el aire y creen hábitats para la fauna local. Infraestructuras resilientes, capaces de adaptarse y prosperar ante el cambio climático. Pensemos en humedales que amortiguan inundaciones, parques urbanos que purifican el aire y corredores verdes que conectan a las personas con la naturaleza.

Esta visión sería un legado de respeto, sabiduría y cuidado. Donde cada estructura se convierta en un testimonio de nuestro compromiso con el planeta y con la posibilidad de vivir en armonía con el entorno.

Victoria Mira
Consejera
Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

Ver artículo

Fuente: Estrategia, Lunes 16 de Diciembre de 2024

ESTRATEGIA – Durante la COP-29 se llevaron adelante negociaciones clave en torno a las llamadas “Soluciones Basadas en la Naturaleza” (SBN) para enfrentar el cambio climático. Estas apuntan a utilizar los ecosistemas naturales o restaurados para abordar desafíos climáticos y sociales, promoviendo la protección de la biodiversidad y la resiliencia. Sus aplicaciones incluyen la captura de carbono mediante reforestación, la restauración de humedales y la creación de infraestructura verde.

Algunos ejemplos que se pueden dar en el área de la infraestructura son los proyectos como corredores verdes, la forestación de zonas urbanas, gestión hídrica mediante amortiguadores naturales, la restauración de cerros isla y equipamiento como techos verdes y parques urbanos.

En Chile, hay iniciativas que se han implementado exitosamente. Un ejemplo es el Parque Fluvial Renato Poblete, en Santiago, que regula el caudal del Río Mapocho, mitigando inundaciones y ofreciendo espacios recreativos. La restauración de humedales en la Región Metropolitana ha reducido en un 20% la incidencia de inundaciones, mejorando la calidad del agua y creando hábitats para la biodiversidad. Además, el Plan Stgo+ fomenta proyectos de infraestructura verde que fortalecen la resiliencia urbana.

Las “Soluciones basadas en la naturaleza”, además de ser sostenibles, son más rentables que las infraestructuras tradicionales. Esto se debe a que otorgan resiliencia a las estructuras, reduciendo costos a largo plazo, como en la reparación de daños por desastres naturales. Estas medidas han demostrado ser altamente eficientes para la adaptación frente al cambio climático.

En la COP-29, actores globales promueven las SBN como una respuesta prioritaria ante la crisis. Es esencial triplicar la inversión en estos proyectos a 2030, con el objetivo de cumplir las metas de conservación de biodiversidad y prevención de la degradación de la tierra. Tanto el sector público como el privado deben unir esfuerzos para avanzar hacia “cero emisiones netas”.

La Unión Internacional de Conservación para la Naturaleza estima que cada dólar invertido en SBN genera hasta nueve dólares en beneficios económicos, incluyendo empleos y mejoras en salud. Además, podrían aportar un tercio de las reducciones de emisiones para cumplir con el Acuerdo de París en 2030.

¿Cómo debería ser una infraestructura en armonía con la naturaleza? Viva, resiliente y tecnológica. Imaginemos espacios que no solo convivan con la naturaleza, sino que la fortalezcan. Edificios y estructuras que respiren, mejoren el aire y creen hábitats para la fauna local. Infraestructuras resilientes, capaces de adaptarse y prosperar ante el cambio climático. Pensemos en humedales que amortiguan inundaciones, parques urbanos que purifican el aire y corredores verdes que conectan a las personas con la naturaleza.

Esta visión sería un legado de respeto, sabiduría y cuidado. Donde cada estructura se convierta en un testimonio de nuestro compromiso con el planeta y con la posibilidad de vivir en armonía con el entorno.

Victoria Mira
Consejera
Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

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Fuente: Estrategia, Lunes 16 de Diciembre de 2024

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