LA TERCERA – En conversación con el embajador de Chile en China, Luis Schmidt, detalló las iniciativas que el banco miraría con buenos ojos para financiar en nuestro país en tiempos de pandemia.
Hace un mes, el Ministerio de Hacienda anunció la incorporación de Chile al Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII). Se trata de una entidad de desarrollo multilateral con sede en Pekín, China, y que cuenta con un total de 102 países miembros y un capital social de US$100.000 millones.
Hasta ahora pocos detalles se conocían sobre el acuerdo que permitió el ingreso de Chile y cuáles son sus repercusiones. En conversación con La Tercera PM, el embajador de Chile en China, Luis Schmidt, detalló las iniciativas que el banco miraría con buenos ojos para financiar en nuestro país en tiempos de pandemia.
El diplomático sostuvo que el pasado 5 de agosto, al finalizar la ceremonia en la que se oficializó el convenio con el banco, conversó con su presidente, Jin Liqun, sobre los proyectos a financiar.
“Él me comentó sobre el túnel de Agua Negra con Argentina y yo le presenté los proyectos sobre hidrógeno verde y cambio de los buses del Transantiago por buses eléctricos, y me comentó que esos dos proyectos los veía con muy buenos ojos el banco, pues van en la dirección correcta de proyectos que financia la entidad, como son infraestructura sostenible y conectividad y movilización transfronteriza”, sostuvo Schmidt.
¿Por qué cree que el BAII se podría mostrar favorable a financiar estos proyectos?
“Respecto del proyecto del túnel de Agua Negra en Coquimbo con Argentina, me lo planteó el mismo presidente del banco, Jin Liqun, pues trabajan mucho con el Banco Mundial y ellos hicieron hace un tiempo los estudios de financiamiento de ese túnel y seguramente los traspasaron al BAII. El hidrógeno verde se lo planteé yo, porque está dentro de las políticas del banco el financiamiento de energías limpias, al igual que medios de transporte, pero son temas en los cuales nuestros ministerios específicos deberían acercarse al BAII con sus necesidades de financiamiento”, respondió el diplomático.
Lo anterior, en línea con su objetivo de promover el desarrollo económico y social de la región asiática mediante la inversión y financiación de proyectos −a través de instituciones tanto públicas como privadas−, conforme a tres temáticas principales: infraestructura sostenible, conectividad transfronteriza y movilización de capital privado.
En sus seis años de vida (hasta julio del 2021) el organismo ha financiado un total de 134 proyectos, aprobando una financiación total de US$ 26.450 millones, siendo la energía (22%), las instituciones financieras (16%) y el transporte (15%) los sectores que más recursos han recibido.
Durante el 2020, el BAII creó el “Centro de Recuperación de Crisis del Covid-19” para ayudar a sus clientes −tanto públicos como privados− a gestionar y sobrellevar la pandemia. Hasta julio de 2020, a través de éste se ha aprobado la financiación de 13 proyectos en 11 países diferentes, por un valor de más de US$ 5.000 millones.
Retos y perspectivas de futuro
En el año 2017, durante la visita de la Presidenta Michelle Bachelet al primer foro mundial de la Franja y la Ruta OBOR, el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura ofreció a Chile formar parte de la entidad, a lo que el gobierno aceptó previo pago de US$ 2 millones en cinco cuotas.
El caso es que el proceso de incorporación se dilató hasta abril de 2021 por varias razones, entre ellas, por el cambio de gobierno en Chile, estudios del Ministerio de Hacienda durante la actual administración, desórdenes sociales en octubre 2019 y la pandemia Covid-19. De hecho, originalmente se había planeado firmar el acuerdo en el marco de la celebración del Foro Apec que debió organizar Chile.
“Nuestro país depositó el instrumento de accesión al Convenio Constitutivo del banco el 16 de abril de 2020. Hoy es miembro pleno de este organismo, consolidando con ello los sólidos lazos que unen a nuestro país con el continente asiático. El ingreso de Chile al BAII podrá fomentar la inversión en infraestructura sostenible y desarrollo de conectividad y logística”, acotó el embajador de Chile en China, Luis Schmidt.
Según él, el banco necesita seguir creciendo y apoyando cada vez un número mayor de proyectos, hasta convertirse en un banco multilateral de desarrollo de referencia a nivel mundial. Para ello va a continuar apoyando proyectos económicamente viables en tres áreas principales: infraestructura sostenible, conectividad transfronteriza y movilización de capital privado, intentando del mismo modo financiar aquellos sectores que tengan en cada momento un mayor interés estratégico, como son en la actualidad la energía, el transporte, el agua y el desarrollo urbano.
De cara al futuro, el banco espera poder ampliar su capacidad financiera hasta llegar a incrementarse aproximadamente US$ 10.000 al año a mitad de este decenio. Para ello, el organismo continuará expandiendo su base de capital y potenciando sus programas de emisión de deuda y bonos, tratando de ofrecer la mayor transparencia, liquidez y facilidades en sus soluciones de inversión.
Fuente: La Tercera, Miércoles 11 de Agosto de 2021