Sábado, Diciembre 21, 2024

David Basulto: Las ciudades que vienen

DIARIO FINANCIERO – La oficina de Archdaily en Santiago se escapa de todo aquello que el imaginario colectivo le pueda asignar a una startup tecnológica. A diferencia de lo que cualquiera pensaría, las dependencias del sitio de arquitectura más visitado del mundo no son ni modernas, ni diferentes, ni de colores. Es una casa de dos pisos, construida en la década de los sesenta, que está emplazada en el barrio Pedro de Valdivia Norte.
Está ubicada a una cuadra del campus Lo Contador, donde está la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, y tiene una fachada sin el nombre de la empresa. En su interior no existen oficinas personales. Tampoco están los cubículos que se encuentran en las oficinas modernas de los barrios empresariales de la capital. La mayoría de los empleados bordea los treinta años y por lo menos la mitad de ellos viene de otra parte del mundo.
Lo primero que se ve al entrar a la casa, es una carta enmarcada. “Querido David Basulto, estoy escribiendo esta carta para agradecerte por tu trabajo. Crecí en un pequeño pueblo en Victoria, Australia. Vivía a 3,5 horas de la ciudad. Mi biblioteca más cercana tenía cinco libros en la sección de ‘arquitectura y diseño’. No tuve acceso al mundo y a la historia de la arquitectura. Tu sitio web me abrió ese mundo. Encontré mi pasión y educación a través de Archdaily. En enero me fui a vivir a Melbourne para empezar mi primer año de Arquitectura. Nunca he estado más feliz”, narra la correspondencia.
“Un día llego a la oficina y veo la carta. Estaba media arrugada. Había una tremenda historia, de alguien a quien la arquitectura le impactó muchísimo, pero que pudo llegar a ella gracias a internet”, relata emocionado David Basulto (38), el CEO de esta plataforma.
Y si bien el chileno está alejado de la práctica tradicional de este rubro –que se caracteriza por extensos planos, delicadas maquetas y complicados programas computacionales–, puede decir que ha construido, junto con su socio David Assael, el sitio de arquitectura más grande del mundo, el cual recibe más de 600 mil visitas al día.
Integración y estallido social
“Los espacios públicos tienen que ser esos espacios donde todos nos encontramos, son ese vehículo hacia la igualdad”, declara David Basulto. Si bien existe mucha incertidumbre en cómo será la arquitectura del futuro, el fundador de Archdaily está seguro de una cosa: la ciudad tiene que ser un símbolo de la integración social y de la igualdad urbanística.
Lo mismo con el bien común. Basulto va más allá de los rascacielos y de las carreteras con múltiples pistas: la ciudad del futuro, aparte de ser sustentable y atractiva, debe promover el bien común. Y los arquitectos, acorde a su visión, son los llamados a generar ese cambio. “Tú necesitas tener a los distintos estratos de la sociedad más o menos cerca porque se potencian”, dice.
Por eso, explica que el estallido social ha sido –en ciertos sentidos– un llamado de atención sobre la desigualdad territorial que se vive en distintas ciudades del país. Santiago es el paradigma de esto. La mayoría del sector oriente está alejado del resto de la ciudad. Hay pocos espacios públicos donde los distintos grupos sociales se encuentran. “Tú ves que hay un Parque Bicentenario en Vitacura que es increíble y gratuito, cualquiera puede ir, solo que está lejos de la gente que está a dos horas de la otra parte de Santiago”, cuenta.
El metro de la capital, paradójicamente, es uno de los pocos espacios donde ocurre este fenómeno. Y contra todo pronóstico, fue la entidad más golpeada de las últimas semanas. Y si bien Basulto menciona que este tipo de acciones en contra de los bienes públicos pueden ser “símbolos”, no logra cerrar el círculo del ataque a las distintas estaciones.
2050: alta densidad y la cultura de lo pequeño
Pasa cuatro de los doce meses del año en otro país. Aclara que le gusta visitar lugares emergentes, poco tradicionales y de propuestas arquitectónicas distintas. Nunca se iría de vacaciones a una playa desértica en el Caribe, debido a que le gustan las metrópolis. “Uno de los lugares que más me gusta es Tokio y ahí lo paso increíble y es porque es una ciudad que no para”, confiesa.
Y aunque son su pasión, sabe que las grandes capitales serán el mayor problema de la arquitectura en el futuro. Y es precisamente por esto que no se puede sacar una cifra de la mente: para 2050, la población urbana se duplicará de 3.300 millones a 6.400 millones de habitantes. Esto planteará nuevos desafíos para la industria, ya que, a su juicio, a diferencia de antes, las familias no buscarán la vida del suburbio, sino que tratarán de encontrar lugares lo más céntricos posibles.
Esto plantea el desafío de la reducción de los espacios, la cual, es una tendencia que ya empezó y que en lugares como Japón ya está sumamente desarrollada. “Hoy está lleno de programas (de televisión) de vivienda donde la gente vive en espacios pequeños, tiny houses. Ahora se enfrentan a la ciudad como el lugar donde vivo”, confirma el arquitecto.
“Y ahí vemos también una contracultura del minimalismo: las tiny houses, esas pequeñas viviendas prefabricadas que te permiten vivir en la playa o tener una casita en el lago. Ese es un tema que está entrando bastante fuerte y para muchos empieza a ser opción”, añade.
Buildtech, el futuro de la arquitectura
Uno de sus últimos viajes fue a Europa. Ahí visitó París, Múnich, Berlín y Kiev. En la capital ucraniana formó parte de la conferencia internacional “Architecture of the future”, la más grande del mundo. De ahí salió con la idea de que la arquitectura ha llegado tarde a la automatización.
“La tecnología va a entrar. Hoy en Estados Unidos hay casas que se están imprimiendo, en Holanda hay puentes que están siendo construidos por robots, entonces esto no es una visión utópica del mundo, sino que es algo que está pasando y que, igual que toda la tecnología, se acelera. Hace diez años no pensábamos que iban a haber autos autónomos tan pronto”, adelanta Basulto.
Todo esto se producirá por el creciente interés de la industria tecnológica en potenciar la arquitectura. Tal como hace diez años las empresas de Silicon Valley estaban enfocadas en generar compañías dentro del rubro del Fintech –el uso de tecnología para desarrollar procesos financieros–, ahora el nuevo objetivo es conquistar el Buildtech: nuevas tecnologías orientadas a revolucionar el mercado de la construcción y del diseño.
Entre las nuevas tendencias que se están desarrollando en este rubro se encuentran, en palabras de Basulto, la producción de “materiales inteligentes, menos contaminantes, estructuras prefabricadas, estructuras robotizadas y la eliminación de muchos intermediarios y eficiencia en las cadenas de distribución”.
El arquitecto proyecta que, si todas estas tendencias se desarrollan con aún más rapidez, podrían producir un impacto directo en el mercado laboral. Esto, porque la construcción está buscando automatizar cada vez más sus procesos hasta el punto de no necesitar un ejército de trabajadores en terreno. “Se dice que para 2050 en el sitio de construcción no van a haber humanos. Esto es algo bastante difícil de digerir porque, si tú vas hoy a un edificio en construcción, verás cientos de personas”, apunta.
Sustentabilidad, el nuevo norte
El cambio climático es un desafío para los próximos arquitectos, y David Basulto lo sabe. Es una industria que históricamente ha tratado de ser sustentable y tener un vínculo directo con la naturaleza. En la mayoría de las escuelas tratan que los arquitectos encuentren respuestas innovadoras frente a desafíos que impone la misma naturaleza. Sin embargo, como la mayoría de las industrias, tienen un tejado de vidrio complicado: la construcción es responsable del 40% de las emisiones de CO2 y del 30% del consumo de materias primas.
-Esa relación con la sustentabilidad depende también de la petición de los clientes y su visión en torno a la sustentabilidad…
-Cuesta llevarlo a la práctica, porque tú también necesitas una sociedad o clientes que lo entiendan. Hoy si tú quieres hacer una casa muy sustentable te va a costar más en el pago inicial que una construcción que no lo es, pero tu ganancia en el mediano plazo será mucho mayor. Eso obviamente cuesta meterlo a la ecuación.
-¿La automatización podría ayudar?
-La construcción es una de las industrias que más emisiones emite. La huella de carbono del hormigón, del concreto, del cemento, es tremendamente alta. Entonces somos una industria que en su conjunto es altamente poco sustentable. De ahí viene esa frase de un arquitecto norteamericano ‘el edificio más sustentable es el que no se tiene que construir’. En ese sentido esta industria es muy ineficiente, porque está altamente relacionada a procesos humanos y muchos intermediarios por su baja digitalización.
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Fuente: Diario Financiero, Lunes 25 de Noviembre de 2019

DIARIO FINANCIERO – La oficina de Archdaily en Santiago se escapa de todo aquello que el imaginario colectivo le pueda asignar a una startup tecnológica. A diferencia de lo que cualquiera pensaría, las dependencias del sitio de arquitectura más visitado del mundo no son ni modernas, ni diferentes, ni de colores. Es una casa de dos pisos, construida en la década de los sesenta, que está emplazada en el barrio Pedro de Valdivia Norte.
Está ubicada a una cuadra del campus Lo Contador, donde está la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica, y tiene una fachada sin el nombre de la empresa. En su interior no existen oficinas personales. Tampoco están los cubículos que se encuentran en las oficinas modernas de los barrios empresariales de la capital. La mayoría de los empleados bordea los treinta años y por lo menos la mitad de ellos viene de otra parte del mundo.
Lo primero que se ve al entrar a la casa, es una carta enmarcada. “Querido David Basulto, estoy escribiendo esta carta para agradecerte por tu trabajo. Crecí en un pequeño pueblo en Victoria, Australia. Vivía a 3,5 horas de la ciudad. Mi biblioteca más cercana tenía cinco libros en la sección de ‘arquitectura y diseño’. No tuve acceso al mundo y a la historia de la arquitectura. Tu sitio web me abrió ese mundo. Encontré mi pasión y educación a través de Archdaily. En enero me fui a vivir a Melbourne para empezar mi primer año de Arquitectura. Nunca he estado más feliz”, narra la correspondencia.
“Un día llego a la oficina y veo la carta. Estaba media arrugada. Había una tremenda historia, de alguien a quien la arquitectura le impactó muchísimo, pero que pudo llegar a ella gracias a internet”, relata emocionado David Basulto (38), el CEO de esta plataforma.
Y si bien el chileno está alejado de la práctica tradicional de este rubro –que se caracteriza por extensos planos, delicadas maquetas y complicados programas computacionales–, puede decir que ha construido, junto con su socio David Assael, el sitio de arquitectura más grande del mundo, el cual recibe más de 600 mil visitas al día.
Integración y estallido social
“Los espacios públicos tienen que ser esos espacios donde todos nos encontramos, son ese vehículo hacia la igualdad”, declara David Basulto. Si bien existe mucha incertidumbre en cómo será la arquitectura del futuro, el fundador de Archdaily está seguro de una cosa: la ciudad tiene que ser un símbolo de la integración social y de la igualdad urbanística.
Lo mismo con el bien común. Basulto va más allá de los rascacielos y de las carreteras con múltiples pistas: la ciudad del futuro, aparte de ser sustentable y atractiva, debe promover el bien común. Y los arquitectos, acorde a su visión, son los llamados a generar ese cambio. “Tú necesitas tener a los distintos estratos de la sociedad más o menos cerca porque se potencian”, dice.
Por eso, explica que el estallido social ha sido –en ciertos sentidos– un llamado de atención sobre la desigualdad territorial que se vive en distintas ciudades del país. Santiago es el paradigma de esto. La mayoría del sector oriente está alejado del resto de la ciudad. Hay pocos espacios públicos donde los distintos grupos sociales se encuentran. “Tú ves que hay un Parque Bicentenario en Vitacura que es increíble y gratuito, cualquiera puede ir, solo que está lejos de la gente que está a dos horas de la otra parte de Santiago”, cuenta.
El metro de la capital, paradójicamente, es uno de los pocos espacios donde ocurre este fenómeno. Y contra todo pronóstico, fue la entidad más golpeada de las últimas semanas. Y si bien Basulto menciona que este tipo de acciones en contra de los bienes públicos pueden ser “símbolos”, no logra cerrar el círculo del ataque a las distintas estaciones.
2050: alta densidad y la cultura de lo pequeño
Pasa cuatro de los doce meses del año en otro país. Aclara que le gusta visitar lugares emergentes, poco tradicionales y de propuestas arquitectónicas distintas. Nunca se iría de vacaciones a una playa desértica en el Caribe, debido a que le gustan las metrópolis. “Uno de los lugares que más me gusta es Tokio y ahí lo paso increíble y es porque es una ciudad que no para”, confiesa.
Y aunque son su pasión, sabe que las grandes capitales serán el mayor problema de la arquitectura en el futuro. Y es precisamente por esto que no se puede sacar una cifra de la mente: para 2050, la población urbana se duplicará de 3.300 millones a 6.400 millones de habitantes. Esto planteará nuevos desafíos para la industria, ya que, a su juicio, a diferencia de antes, las familias no buscarán la vida del suburbio, sino que tratarán de encontrar lugares lo más céntricos posibles.
Esto plantea el desafío de la reducción de los espacios, la cual, es una tendencia que ya empezó y que en lugares como Japón ya está sumamente desarrollada. “Hoy está lleno de programas (de televisión) de vivienda donde la gente vive en espacios pequeños, tiny houses. Ahora se enfrentan a la ciudad como el lugar donde vivo”, confirma el arquitecto.
“Y ahí vemos también una contracultura del minimalismo: las tiny houses, esas pequeñas viviendas prefabricadas que te permiten vivir en la playa o tener una casita en el lago. Ese es un tema que está entrando bastante fuerte y para muchos empieza a ser opción”, añade.
Buildtech, el futuro de la arquitectura
Uno de sus últimos viajes fue a Europa. Ahí visitó París, Múnich, Berlín y Kiev. En la capital ucraniana formó parte de la conferencia internacional “Architecture of the future”, la más grande del mundo. De ahí salió con la idea de que la arquitectura ha llegado tarde a la automatización.
“La tecnología va a entrar. Hoy en Estados Unidos hay casas que se están imprimiendo, en Holanda hay puentes que están siendo construidos por robots, entonces esto no es una visión utópica del mundo, sino que es algo que está pasando y que, igual que toda la tecnología, se acelera. Hace diez años no pensábamos que iban a haber autos autónomos tan pronto”, adelanta Basulto.
Todo esto se producirá por el creciente interés de la industria tecnológica en potenciar la arquitectura. Tal como hace diez años las empresas de Silicon Valley estaban enfocadas en generar compañías dentro del rubro del Fintech –el uso de tecnología para desarrollar procesos financieros–, ahora el nuevo objetivo es conquistar el Buildtech: nuevas tecnologías orientadas a revolucionar el mercado de la construcción y del diseño.
Entre las nuevas tendencias que se están desarrollando en este rubro se encuentran, en palabras de Basulto, la producción de “materiales inteligentes, menos contaminantes, estructuras prefabricadas, estructuras robotizadas y la eliminación de muchos intermediarios y eficiencia en las cadenas de distribución”.
El arquitecto proyecta que, si todas estas tendencias se desarrollan con aún más rapidez, podrían producir un impacto directo en el mercado laboral. Esto, porque la construcción está buscando automatizar cada vez más sus procesos hasta el punto de no necesitar un ejército de trabajadores en terreno. “Se dice que para 2050 en el sitio de construcción no van a haber humanos. Esto es algo bastante difícil de digerir porque, si tú vas hoy a un edificio en construcción, verás cientos de personas”, apunta.
Sustentabilidad, el nuevo norte
El cambio climático es un desafío para los próximos arquitectos, y David Basulto lo sabe. Es una industria que históricamente ha tratado de ser sustentable y tener un vínculo directo con la naturaleza. En la mayoría de las escuelas tratan que los arquitectos encuentren respuestas innovadoras frente a desafíos que impone la misma naturaleza. Sin embargo, como la mayoría de las industrias, tienen un tejado de vidrio complicado: la construcción es responsable del 40% de las emisiones de CO2 y del 30% del consumo de materias primas.
-Esa relación con la sustentabilidad depende también de la petición de los clientes y su visión en torno a la sustentabilidad…
-Cuesta llevarlo a la práctica, porque tú también necesitas una sociedad o clientes que lo entiendan. Hoy si tú quieres hacer una casa muy sustentable te va a costar más en el pago inicial que una construcción que no lo es, pero tu ganancia en el mediano plazo será mucho mayor. Eso obviamente cuesta meterlo a la ecuación.
-¿La automatización podría ayudar?
-La construcción es una de las industrias que más emisiones emite. La huella de carbono del hormigón, del concreto, del cemento, es tremendamente alta. Entonces somos una industria que en su conjunto es altamente poco sustentable. De ahí viene esa frase de un arquitecto norteamericano ‘el edificio más sustentable es el que no se tiene que construir’. En ese sentido esta industria es muy ineficiente, porque está altamente relacionada a procesos humanos y muchos intermediarios por su baja digitalización.
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Fuente: Diario Financiero, Lunes 25 de Noviembre de 2019

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