CPI – En el Diálogo del CPI, la gestión de residuos en las ciudades fue considerada como una situación de emergencia. Confluyen para este diagnóstico, entre otros factores, los limitados recursos de los municipios, gobernanza inadecuada, déficits previstos a corto plazo de infraestructura y carencia de tecnologías, falta de incentivos para los actores del sistema; y la realidad del demandante trabajo de los recolectores y los efectos sobre su salud en el corto y largo plazo.
La necesidad de un nuevo modelo de gestión de residuos es probablemente el factor más crítico. Detrás de esta carencia se revela la falta de una política nacional de residuos. La asociación entre municipios y/o un papel central de los gobiernos regionales son opciones a considerar. Las inversiones en nueva infraestructura, por cierto, representan una demanda ineludible; se habló de la necesidad de una industria sanitaria 2.0, dónde además se integre el criterio medioambiental. Se trata, señaló uno de los expositores, de cumplir con el aspecto sanitario y saltar hacia una gestión de residuos realmente sostenible y verde, en línea, además, con los compromisos internacionales. Tampoco hay que dejar de lado, se señaló, una actividad derivada y promisoria: obtener energía a partir de los residuos.
Los temas de reciclaje también forman parte de la ecuación, a partir de un porcentaje demasiado bajo -del orden del 2%- de reciclaje de los residuos domiciliarios queda patente la falta de incentivos y la necesidad de efectuar cambios normativos.
Finalmente, pero nunca menos importante, la participación ciudadana en las soluciones es un imperativo para la instalación de nuevos rellenos sanitarios -inevitables y ya impostergables- que nadie quiere tener cerca de su domicilio, pero que igualmente deben ubicarse en algún lado.
Fuente: Consejo de Políticas de Infraestructura, Lunes 27 de Enero de 2025
