Lunes, Noviembre 25, 2024

Coronavirus da golpe a las exportaciones chilenas y le quita otro pilar al crecimiento

DIARIO FINANCIERO -Las expectativas que apuntaban a un alza en las exportaciones este año comenzaron a ajustarse a la baja por el Covid-19. Precio del metal rojo ha resentido el contagio. Entre mediados de enero y fines de marzo descendió un cuarto de su valor. Por cada centavo de dólar promedio anual que cae la cotización del cobre, Chile disminuye sus ingre-sos por exportaciones en US$125 millones y el Fisco en US$60 millones, por concepto de excedentes de Codelco y tributación de la minería privada.
El 2019 no fue un buen año para el motor del crecimiento de la economía chilena por la guerra comer-cial. Con 10 de los 12 meses en rojo, los embarques al exterior cerraron en US$ 69.682 millones con una caída de 7,6%. Y este año podría ser peor.
Las expectativas de un alza de 2,2% para 2020 prevista en diciembre por el Banco Central debieran ser ajustadas con el próximo IPoM, pues ya comenzaron las revisiones a la baja.


El Consensus Forecast de febrero rebajó sus estimaciones para los envíos chilenos a US$ 71.900 millo-nes, desde los US$ 72.300 millones estimados en enero y los US$ 73.000 millones previstos hace 3 me-ses. Incluso Gemines, Corp Research y Oxford Economics anticiparon un menor desempeño que en 2019. La última entidad espera exportaciones por US$ 67.500 millones, un 3,1% inferior a lo registrado el año pasado.
Tales expectativas se irán contrayendo en la medida que avance la pandemia. En enero los envíos cayeron 0,7%, la merma se acentuó en febrero (-6,6%) y se agudizó en la primera quincena de marzo: -14,3%, las ventas de cobre en este período retrocedieron 16%.
El efecto más nítido del coronavirus, justamente, se ha visto en la cotización del metal, dice Alvaro Me-rino, gerente de Estudios de la Sonami. Detalla que entre mediados de enero y fines de marzo el precio del cobre descendió un cuarto de su valor, cayendo su cotización en torno a 70 centavos de dólar por libra.
“Esta situación está golpeando con fuerza los ingresos y márgenes operacionales de las compañías mineras. Debemos tener presente que muchos inversionistas utilizan el precio del cobre como barómetro de la salud de la economía mundial”, complementa.
Merino advierte que para Chile no es indiferente esta situación pues por cada centavo de dólar promedio anual que cae la cotización del cobre disminuyen los ingresos por exportaciones en US$ 125 millones y el Fisco en US$60 millones, por concepto de excedentes de Codelco y tributación de la minería privada. “Todo indica que este complejo panorama nos continuará acompañando, a lo menos en el corto plazo, pues el debilitamiento de la economía mundial seguirá impactando el valor de los activos y materias primas, particularmente el cobre, generando alta volatilidad en su cotización”, asevera el gerente de Estudios de Sonami.
Por efectos del coronavirus hasta ahora el 38% de los fruticultores ha visto afectadas sus labores de cosecha y packing, según una encuesta realiza por Fedefruta entre el 18 y 19 de marzo. Si bien en un porcentaje mayoritario no se reportan problemas, el gremio anticipa que en la medida que se acer-quen las cosechas de nueces y kiwis, y que terminen las de uva de mesa y manzanas, habrá un porcentaje mayor de productores y trabajadores complicados por la actual situación.
“Aunque todavía no es posible cuantificar precisamente el impacto final que tendrá la crisis sanitaria (puesto que siguen avanzando contagios a nivel local y global, así como la implementación de medidas paliativas, por ejemplo), es evidente que una economía abierta como Chile sentirá un impacto dado el menor crecimiento de sus socios comerciales, además de la disrupción de las actividades domésticas”, aseguró el economista jefe de Itaú, Miguel Ricaurte.

Diez años

El menor dinamismo de las ventas al exterior no es un fenómeno de 2019-2020. En seis años de la últi-ma década las exportaciones descendieron.
Una realidad que contrasta con lo ocurrido entre 1990 y 2011, cuando aumentaron 10 veces hasta llegar a su peak de US$ 81.438 millones en ese último año, lo que según economistas es una marca que hoy se ve difícil de repetir dado el entorno internacional.
Así, en los últimos 10 años la participación de las exportaciones en el PIB ha perdido terreno. Si en di-ciembre de 2010 llegó a 31,9% a septiembre del año pasado bajó a 24,7%, según cifras del Banco Cen-tral.
Álvaro Merino complementa que en el caso específico de la minería entre 2010 y 2019 pasó de una participación de 14,7% del PIB a un 8,3%.
Durante el primer gobierno de Sebastián Piñera la economía creció a un ritmo de 5,3%, impulsada por el comercio exterior y el favorable desempeño del precio del cobre, que tuvo registros históricos.
En 2011, el mejor año para los embarques al exterior, el precio del cobre se cotizó en torno a US$ 4 la libra. Entonces, se exportaron 5,5 millones de toneladas de cobre, generando retornos por US$ 44.670 millones. El año pasado, en cambio, las exportaciones físicas de cobre alcanzaron a 5,8 millones de toneladas, valorizadas en US$ 33.401 millones. El menor valor exportado se explica fundamentalmente por menor precio.

Impacto en el PIB

En términos de flujos nominales, las exportaciones han representado cerca de 1/4 del PIB en los últimos años, mientras que en términos reales (en promedio desde 2008) han aportado cerca de 0,2-0,3 puntos porcentuales al crecimiento anual.
No obstante, puntualiza Ricaurte, el motor del crecimiento no ha sido directamente la venta de bienes, sino la inversión que va a los sectores exportadores, particularmente minería, que en el periodo post crisis financiera explicó entre un cuarto y cuatro quintos del crecimiento de la inversión en el país.
“En la medida que esta inversión se mantenga baja (como ocurrió tras la caída de los precios del cobre), el aporte neto del sector exportador al crecimiento sería bajo”, señala.
Según el Consensus Forecast este año la inversión total se contraerá un 2,1%.
De hecho, las estimaciones preliminares de Itaú -considerando que la mayor disrupción de la actividad se concentra en el segundo trimestre, que la propagación del virus se contiene y que las medidas de apoyo monetario y fiscal favorecen una normalización de la actividad a contar del tercer trimestre- apuntan a un escenario de contracción del PIB este año en torno a 1,6%.

La cereza de la torta
Más allá del número de años de alzas y bajas en las exportaciones, lo importante a juicio de Ricaurte es que entre 2009 y 2019 los envíos crecieron 8% acumulado, de la mano del sector agropecuario (+61%), mientras que las mineras sólo avanzaron 8%.  “El impacto de los tratados comerciales se plasmaría en el buen desempeño del primer grupo, mientras que el efecto precio (particularmente del cobre) habría limitado el crecimiento de las exportaciones mineras”, precisa el economista. El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, detalla que en los últimos 10 años la cantidad de toneladas de frutas exportadas se mantenido pareja, no obstante su precio ha aumentado en 30%. “Tener nuevos mercados, el efecto de los tratados de comercio, las mejoras en la calidad de la fruta, la mayor cantidad de la oferta y el uso de la tecnología para preservar los productores, han impulsado el precio”, añade. Destaca el desempeño de algunos productos como la cereza, que entre 2010 y 2009 elevó sus envíos en 510%, al pasar de US$ 256 millones a US$ 1.562 millones. Frente al impacto del corona virus en la cereza, si bien en Asia hubo un efecto en precio en las dos pri-meras semanas de peak de contagios en China, el dirigente estima que se ha tendido a disipar. Otros productos frutícolas que han tenido un buen desempeño son las paltas y arándanos, que han crecido 76% y 58% en el mismo período. La uva de mesa se espera que retome ventas por US$ 1.500-1.600 millones con el cambio de varietal que viene con una productividad distinta. “En los próximos cinco años esperamos volver a los 100 millones de cajas”, comenta. También destacan los nogales y las avellanas europeas que, aunque no marcan en las exportaciones, sí son importantes en materia de producción.

Futuro del metal rojo
Más allá del impacto que puede tener el Covid-19 en los envíos mineros, Merino señala que el futuro para la minería del cobre es promisorio, de la mano de la electromovilidad y las energías limpias que debieran impulsar la demanda por el metal.  Asimismo, indica que la oferta a nivel mundial tiene restricciones para un crecimiento acelerado debido a menores leyes de los minerales, necesidad de mayores recursos para inversión, limitaciones al finan-ciamiento, normativas ambientales y comunitarias más exigentes (Licencia Social), además de que par-te importante de los nuevos proyectos se encuentran en zonas potencialmente inestables.

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Fuente: Diario Financiero, Jueves 26 de Marzo de 2020

DIARIO FINANCIERO -Las expectativas que apuntaban a un alza en las exportaciones este año comenzaron a ajustarse a la baja por el Covid-19. Precio del metal rojo ha resentido el contagio. Entre mediados de enero y fines de marzo descendió un cuarto de su valor. Por cada centavo de dólar promedio anual que cae la cotización del cobre, Chile disminuye sus ingre-sos por exportaciones en US$125 millones y el Fisco en US$60 millones, por concepto de excedentes de Codelco y tributación de la minería privada.
El 2019 no fue un buen año para el motor del crecimiento de la economía chilena por la guerra comer-cial. Con 10 de los 12 meses en rojo, los embarques al exterior cerraron en US$ 69.682 millones con una caída de 7,6%. Y este año podría ser peor.
Las expectativas de un alza de 2,2% para 2020 prevista en diciembre por el Banco Central debieran ser ajustadas con el próximo IPoM, pues ya comenzaron las revisiones a la baja.


El Consensus Forecast de febrero rebajó sus estimaciones para los envíos chilenos a US$ 71.900 millo-nes, desde los US$ 72.300 millones estimados en enero y los US$ 73.000 millones previstos hace 3 me-ses. Incluso Gemines, Corp Research y Oxford Economics anticiparon un menor desempeño que en 2019. La última entidad espera exportaciones por US$ 67.500 millones, un 3,1% inferior a lo registrado el año pasado.
Tales expectativas se irán contrayendo en la medida que avance la pandemia. En enero los envíos cayeron 0,7%, la merma se acentuó en febrero (-6,6%) y se agudizó en la primera quincena de marzo: -14,3%, las ventas de cobre en este período retrocedieron 16%.
El efecto más nítido del coronavirus, justamente, se ha visto en la cotización del metal, dice Alvaro Me-rino, gerente de Estudios de la Sonami. Detalla que entre mediados de enero y fines de marzo el precio del cobre descendió un cuarto de su valor, cayendo su cotización en torno a 70 centavos de dólar por libra.
“Esta situación está golpeando con fuerza los ingresos y márgenes operacionales de las compañías mineras. Debemos tener presente que muchos inversionistas utilizan el precio del cobre como barómetro de la salud de la economía mundial”, complementa.
Merino advierte que para Chile no es indiferente esta situación pues por cada centavo de dólar promedio anual que cae la cotización del cobre disminuyen los ingresos por exportaciones en US$ 125 millones y el Fisco en US$60 millones, por concepto de excedentes de Codelco y tributación de la minería privada. “Todo indica que este complejo panorama nos continuará acompañando, a lo menos en el corto plazo, pues el debilitamiento de la economía mundial seguirá impactando el valor de los activos y materias primas, particularmente el cobre, generando alta volatilidad en su cotización”, asevera el gerente de Estudios de Sonami.
Por efectos del coronavirus hasta ahora el 38% de los fruticultores ha visto afectadas sus labores de cosecha y packing, según una encuesta realiza por Fedefruta entre el 18 y 19 de marzo. Si bien en un porcentaje mayoritario no se reportan problemas, el gremio anticipa que en la medida que se acer-quen las cosechas de nueces y kiwis, y que terminen las de uva de mesa y manzanas, habrá un porcentaje mayor de productores y trabajadores complicados por la actual situación.
“Aunque todavía no es posible cuantificar precisamente el impacto final que tendrá la crisis sanitaria (puesto que siguen avanzando contagios a nivel local y global, así como la implementación de medidas paliativas, por ejemplo), es evidente que una economía abierta como Chile sentirá un impacto dado el menor crecimiento de sus socios comerciales, además de la disrupción de las actividades domésticas”, aseguró el economista jefe de Itaú, Miguel Ricaurte.

Diez años

El menor dinamismo de las ventas al exterior no es un fenómeno de 2019-2020. En seis años de la últi-ma década las exportaciones descendieron.
Una realidad que contrasta con lo ocurrido entre 1990 y 2011, cuando aumentaron 10 veces hasta llegar a su peak de US$ 81.438 millones en ese último año, lo que según economistas es una marca que hoy se ve difícil de repetir dado el entorno internacional.
Así, en los últimos 10 años la participación de las exportaciones en el PIB ha perdido terreno. Si en di-ciembre de 2010 llegó a 31,9% a septiembre del año pasado bajó a 24,7%, según cifras del Banco Cen-tral.
Álvaro Merino complementa que en el caso específico de la minería entre 2010 y 2019 pasó de una participación de 14,7% del PIB a un 8,3%.
Durante el primer gobierno de Sebastián Piñera la economía creció a un ritmo de 5,3%, impulsada por el comercio exterior y el favorable desempeño del precio del cobre, que tuvo registros históricos.
En 2011, el mejor año para los embarques al exterior, el precio del cobre se cotizó en torno a US$ 4 la libra. Entonces, se exportaron 5,5 millones de toneladas de cobre, generando retornos por US$ 44.670 millones. El año pasado, en cambio, las exportaciones físicas de cobre alcanzaron a 5,8 millones de toneladas, valorizadas en US$ 33.401 millones. El menor valor exportado se explica fundamentalmente por menor precio.

Impacto en el PIB

En términos de flujos nominales, las exportaciones han representado cerca de 1/4 del PIB en los últimos años, mientras que en términos reales (en promedio desde 2008) han aportado cerca de 0,2-0,3 puntos porcentuales al crecimiento anual.
No obstante, puntualiza Ricaurte, el motor del crecimiento no ha sido directamente la venta de bienes, sino la inversión que va a los sectores exportadores, particularmente minería, que en el periodo post crisis financiera explicó entre un cuarto y cuatro quintos del crecimiento de la inversión en el país.
“En la medida que esta inversión se mantenga baja (como ocurrió tras la caída de los precios del cobre), el aporte neto del sector exportador al crecimiento sería bajo”, señala.
Según el Consensus Forecast este año la inversión total se contraerá un 2,1%.
De hecho, las estimaciones preliminares de Itaú -considerando que la mayor disrupción de la actividad se concentra en el segundo trimestre, que la propagación del virus se contiene y que las medidas de apoyo monetario y fiscal favorecen una normalización de la actividad a contar del tercer trimestre- apuntan a un escenario de contracción del PIB este año en torno a 1,6%.

La cereza de la torta
Más allá del número de años de alzas y bajas en las exportaciones, lo importante a juicio de Ricaurte es que entre 2009 y 2019 los envíos crecieron 8% acumulado, de la mano del sector agropecuario (+61%), mientras que las mineras sólo avanzaron 8%.  “El impacto de los tratados comerciales se plasmaría en el buen desempeño del primer grupo, mientras que el efecto precio (particularmente del cobre) habría limitado el crecimiento de las exportaciones mineras”, precisa el economista. El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, detalla que en los últimos 10 años la cantidad de toneladas de frutas exportadas se mantenido pareja, no obstante su precio ha aumentado en 30%. “Tener nuevos mercados, el efecto de los tratados de comercio, las mejoras en la calidad de la fruta, la mayor cantidad de la oferta y el uso de la tecnología para preservar los productores, han impulsado el precio”, añade. Destaca el desempeño de algunos productos como la cereza, que entre 2010 y 2009 elevó sus envíos en 510%, al pasar de US$ 256 millones a US$ 1.562 millones. Frente al impacto del corona virus en la cereza, si bien en Asia hubo un efecto en precio en las dos pri-meras semanas de peak de contagios en China, el dirigente estima que se ha tendido a disipar. Otros productos frutícolas que han tenido un buen desempeño son las paltas y arándanos, que han crecido 76% y 58% en el mismo período. La uva de mesa se espera que retome ventas por US$ 1.500-1.600 millones con el cambio de varietal que viene con una productividad distinta. “En los próximos cinco años esperamos volver a los 100 millones de cajas”, comenta. También destacan los nogales y las avellanas europeas que, aunque no marcan en las exportaciones, sí son importantes en materia de producción.

Futuro del metal rojo
Más allá del impacto que puede tener el Covid-19 en los envíos mineros, Merino señala que el futuro para la minería del cobre es promisorio, de la mano de la electromovilidad y las energías limpias que debieran impulsar la demanda por el metal.  Asimismo, indica que la oferta a nivel mundial tiene restricciones para un crecimiento acelerado debido a menores leyes de los minerales, necesidad de mayores recursos para inversión, limitaciones al finan-ciamiento, normativas ambientales y comunitarias más exigentes (Licencia Social), además de que par-te importante de los nuevos proyectos se encuentran en zonas potencialmente inestables.

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Fuente: Diario Financiero, Jueves 26 de Marzo de 2020

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