EL MERCURIO – Con cierta razón, históricamente los habitantes del extremo sur se han quejado de que su lejanía geográfica no ha sido aliviada por inversiones estatales. El resultado de ello es la dependencia de Argentina para muchos de sus servicios básicos, con los complejos alcances estratégicos que ello implica.
Hasta ahora, de hecho, los servicios de internet en la zona eran provistos casi totalmente a través del vecino país, con una calidad deficiente, debido a su latencia (tiempo de respuesta). La Fibra Óptica Austral viene a ofrecer una salida a esa situación. Se trata de un proyecto concebido en el gobierno anterior y completado este año, que entregará conectividad de alta calidad desde el sur de Puerto Montt hasta Puerto Williams. Consiste en un troncal submarino que llega hasta Navarino, del cual se descuelgan dos troncales terrestres que recorren Aysén, desde Tortel a Coyhaique, y Magallanes, desde Puerto Natales a Timaukel, respectivamente. Además, hay otro troncal terrestre que va de Puerto Montt a Palena, en Aysén. Se trata de casi 4.000 km de fibra óptica en un proyecto que se terminó en la fecha planificada y que provee conexión completa a esta vasta y accidentada zona.
La obra se financia con un subsidio de $64 mil millones, más el ingreso que la empresa pueda generar mediante el arriendo de la capacidad de la fibra, a precios fijados en la subasta, a compañías de telecomunicaciones y otros usuarios. Es una gran inversión del Estado, justificable por razones estratégicas y porque es importante para Chile que sus habitantes no se sientan abandonados por el resto del país.
Las fibras ópticas como las del proyecto tienen una baja latencia y enorme capacidad de transmisión. El plan es que las empresas de telecomunicaciones arrienden parte de esta capacidad para proveer los distintos servicios de internet y telecomunicaciones a los usuarios de la zona. Así, la calidad de internet será equivalente a la que se recibe en la zona central.
El proceso final de recepción y puesta en operaciones ha ocurrido en medio de la crisis del covid-19, lo que ha aumentado el valor de los servicios que presta el proyecto. Los habitantes de la zona, sin embargo, reclaman que las empresas de telecomunicaciones no han sido lo suficientemente rápidas en adoptar la nueva conexión y siguen proveyendo el servicio mediante la red argentina. Una de las firmas aduce que debe instalar fibra óptica para conectar sus instalaciones propias con las del proyecto, lo que es inviable bajo la crisis. Otra parece estar negociando una rebaja en el costo de arriendo. Este retraso debería ser momentáneo, en parte provocado por la pandemia.
Con todo, se comprende la frustración de los habitantes de la zona, que deben sufrir una cuarentena sin disponer a plenitud de los servicios que podría proveer la nueva línea que está al alcance de la mano. Aunque sea momentáneo, es un retraso costoso para esos ciudadanos. Frente a ello, el Gobierno ha creado una mesa de trabajo con las empresas para proveer lo más rápidamente posible los servicios que requieren las localidades con cuarentena. Cabe esperar que, con un esfuerzo de las empresas involucradas, las dificultades puedan resolverse a la brevedad.
Fuente: El Mercurio, Martes 07 de Abril de 2020
Conectividad austral
EL MERCURIO – Con cierta razón, históricamente los habitantes del extremo sur se han quejado de que su lejanía geográfica no ha sido aliviada por inversiones estatales. El resultado de ello es la dependencia de Argentina para muchos de sus servicios básicos, con los complejos alcances estratégicos que ello implica.
Hasta ahora, de hecho, los servicios de internet en la zona eran provistos casi totalmente a través del vecino país, con una calidad deficiente, debido a su latencia (tiempo de respuesta). La Fibra Óptica Austral viene a ofrecer una salida a esa situación. Se trata de un proyecto concebido en el gobierno anterior y completado este año, que entregará conectividad de alta calidad desde el sur de Puerto Montt hasta Puerto Williams. Consiste en un troncal submarino que llega hasta Navarino, del cual se descuelgan dos troncales terrestres que recorren Aysén, desde Tortel a Coyhaique, y Magallanes, desde Puerto Natales a Timaukel, respectivamente. Además, hay otro troncal terrestre que va de Puerto Montt a Palena, en Aysén. Se trata de casi 4.000 km de fibra óptica en un proyecto que se terminó en la fecha planificada y que provee conexión completa a esta vasta y accidentada zona.
La obra se financia con un subsidio de $64 mil millones, más el ingreso que la empresa pueda generar mediante el arriendo de la capacidad de la fibra, a precios fijados en la subasta, a compañías de telecomunicaciones y otros usuarios. Es una gran inversión del Estado, justificable por razones estratégicas y porque es importante para Chile que sus habitantes no se sientan abandonados por el resto del país.
Las fibras ópticas como las del proyecto tienen una baja latencia y enorme capacidad de transmisión. El plan es que las empresas de telecomunicaciones arrienden parte de esta capacidad para proveer los distintos servicios de internet y telecomunicaciones a los usuarios de la zona. Así, la calidad de internet será equivalente a la que se recibe en la zona central.
El proceso final de recepción y puesta en operaciones ha ocurrido en medio de la crisis del covid-19, lo que ha aumentado el valor de los servicios que presta el proyecto. Los habitantes de la zona, sin embargo, reclaman que las empresas de telecomunicaciones no han sido lo suficientemente rápidas en adoptar la nueva conexión y siguen proveyendo el servicio mediante la red argentina. Una de las firmas aduce que debe instalar fibra óptica para conectar sus instalaciones propias con las del proyecto, lo que es inviable bajo la crisis. Otra parece estar negociando una rebaja en el costo de arriendo. Este retraso debería ser momentáneo, en parte provocado por la pandemia.
Con todo, se comprende la frustración de los habitantes de la zona, que deben sufrir una cuarentena sin disponer a plenitud de los servicios que podría proveer la nueva línea que está al alcance de la mano. Aunque sea momentáneo, es un retraso costoso para esos ciudadanos. Frente a ello, el Gobierno ha creado una mesa de trabajo con las empresas para proveer lo más rápidamente posible los servicios que requieren las localidades con cuarentena. Cabe esperar que, con un esfuerzo de las empresas involucradas, las dificultades puedan resolverse a la brevedad.
Fuente: El Mercurio, Martes 07 de Abril de 2020