Viernes, Noviembre 22, 2024

Con la vivienda no se juega, por Pablo Allard

LA TERCERA – Lamentable la polémica entre los alcaldes Lavín y Torrealba respecto del uso de un terreno propiedad de Las Condes, ubicado en Vitacura. So pretexto de la necesaria integración social, se ha exacerbado el discurso clasista y de paso estigmatizado a los vecinos de Vitacura como un “gueto cuico”.
Para aclarar los términos del conflicto, el orden de los factores aquí alteró al producto: La comuna de Vitacura nunca se ha negado a promover la integración social en su territorio; al contrario, la iniciativa de modificar el Plan Regulador Comunal para establecer áreas verdes en los paños propiedad de Las Condes surgió de un trabajo abierto y participativo para planificar la comuna donde la integración social es un eje fundamental. Desde 2013 Vitacura impulsó un Plan Maestro -en el cual declaro participar como asesor externo del alcalde y Concejo-, para resolver los problemas de movilidad y espacio público que aquejan a la comuna, particularmente a lo largo de la Av. San José María Escrivá.

Uno de los elementos clave de dicho plan es garantizar la extensión de Av. San José María Escrivá hasta Lo Barnechea, permitiendo una nueva conectividad local entre ambas comunas, garantizando un acceso directo y expedito de los vecinos de las expoblaciones La Ermita de San Antonio y Juan Pablo II a las oportunidades, servicios y áreas verdes de Vitacura. Pese a las aprehensiones de algunos, soy testigo de que tanto vecinos como autoridades estuvieron de acuerdo con la medida, la cual se encuentra en obras.
A partir de dicho plan, Vitacura decide revisar las normas y usos de suelo a lo largo del río Mapocho, detectando que los predios propiedad de Las Condes contaban con norma para desarrollo habitacional en densidad, pese a que originalmente habían sido cedidos por sus propietarios con la condición de que se dispusieran para vialidad o espacio público. Lamentablemente, y a horas de validarse la modificación, Las Condes ingresa un anteproyecto con el objetivo de bloquear la iniciativa.

Las razones del bloqueo no tienen que ver con una política de vivienda o inclusión social; más bien se trata de una movida urgente para proteger el valor de mercado de un predio que Las Condes no necesita, pero ve como reserva de sus arcas municipales. Por muy legítima que sea la defensa de sus activos, el jaque mate político-comunicacional de Lavín es lapidario, ya que pone a la vivienda social como argumento para defender su posición. Prueba de ello es que el proyecto ingresado por Las Condes son departamentos DFL2, y que en la solicitud de anteproyecto no se declaran como vivienda social. Pese a la oportuna mediación salomónica del ministro de Vivienda y Urbanismo, lo más seguro es que Las Condes termine vendiendo a un tercero y destinando parte de los recursos a viviendas sociales en su comuna, pero el daño ya está hecho.

Vitacura es la única comuna en Chile sin vivienda social, pero tampoco tiene barrios cerrados con guardias como Las Condes, y sí cuenta con barrios de clase media vulnerable como la Villa el Dorado, que enriquecen la diversidad e identidad comunal. Sin duda Vitacura tiene que explorar caminos para que más familias de bajos ingresos accedan a las oportunidades que ofrece su calidad de vida, pero ello no puede venir impuesto por la contingencia, ya que con la vivienda no se juega.

Pablo Allard
Arquitecto Urbanista

Ver columna

Fuente: La Tercera, Lunes 23 de abril de 2018

LA TERCERA – Lamentable la polémica entre los alcaldes Lavín y Torrealba respecto del uso de un terreno propiedad de Las Condes, ubicado en Vitacura. So pretexto de la necesaria integración social, se ha exacerbado el discurso clasista y de paso estigmatizado a los vecinos de Vitacura como un “gueto cuico”.
Para aclarar los términos del conflicto, el orden de los factores aquí alteró al producto: La comuna de Vitacura nunca se ha negado a promover la integración social en su territorio; al contrario, la iniciativa de modificar el Plan Regulador Comunal para establecer áreas verdes en los paños propiedad de Las Condes surgió de un trabajo abierto y participativo para planificar la comuna donde la integración social es un eje fundamental. Desde 2013 Vitacura impulsó un Plan Maestro -en el cual declaro participar como asesor externo del alcalde y Concejo-, para resolver los problemas de movilidad y espacio público que aquejan a la comuna, particularmente a lo largo de la Av. San José María Escrivá.

Uno de los elementos clave de dicho plan es garantizar la extensión de Av. San José María Escrivá hasta Lo Barnechea, permitiendo una nueva conectividad local entre ambas comunas, garantizando un acceso directo y expedito de los vecinos de las expoblaciones La Ermita de San Antonio y Juan Pablo II a las oportunidades, servicios y áreas verdes de Vitacura. Pese a las aprehensiones de algunos, soy testigo de que tanto vecinos como autoridades estuvieron de acuerdo con la medida, la cual se encuentra en obras.
A partir de dicho plan, Vitacura decide revisar las normas y usos de suelo a lo largo del río Mapocho, detectando que los predios propiedad de Las Condes contaban con norma para desarrollo habitacional en densidad, pese a que originalmente habían sido cedidos por sus propietarios con la condición de que se dispusieran para vialidad o espacio público. Lamentablemente, y a horas de validarse la modificación, Las Condes ingresa un anteproyecto con el objetivo de bloquear la iniciativa.

Las razones del bloqueo no tienen que ver con una política de vivienda o inclusión social; más bien se trata de una movida urgente para proteger el valor de mercado de un predio que Las Condes no necesita, pero ve como reserva de sus arcas municipales. Por muy legítima que sea la defensa de sus activos, el jaque mate político-comunicacional de Lavín es lapidario, ya que pone a la vivienda social como argumento para defender su posición. Prueba de ello es que el proyecto ingresado por Las Condes son departamentos DFL2, y que en la solicitud de anteproyecto no se declaran como vivienda social. Pese a la oportuna mediación salomónica del ministro de Vivienda y Urbanismo, lo más seguro es que Las Condes termine vendiendo a un tercero y destinando parte de los recursos a viviendas sociales en su comuna, pero el daño ya está hecho.

Vitacura es la única comuna en Chile sin vivienda social, pero tampoco tiene barrios cerrados con guardias como Las Condes, y sí cuenta con barrios de clase media vulnerable como la Villa el Dorado, que enriquecen la diversidad e identidad comunal. Sin duda Vitacura tiene que explorar caminos para que más familias de bajos ingresos accedan a las oportunidades que ofrece su calidad de vida, pero ello no puede venir impuesto por la contingencia, ya que con la vivienda no se juega.

Pablo Allard
Arquitecto Urbanista

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Fuente: La Tercera, Lunes 23 de abril de 2018

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