Jueves, Diciembre 26, 2024

Cómo los visionarios arquitectos de Japón predijeron (y construyeron) las ciudades del futuro

T13 – Ciudades de ensueño suspendidas en el aire, pueblos flotantes, edificios inspirados en formar orgánicas o en la estructura del ADN. Tras la II Guerra Mundial, el crecimiento urbano se disparó en Japón. Y los arquitectos pusieron su imaginación al servicio de ese fenómeno.

Desde ciudades en el aire hasta pueblos flotantes en la Bahía de Tokio.

Un grupo de avanzados arquitectos japoneses, homenajeados recientemente en la exposición “Japan-Ness” en el museo Pompidou de Metz, Franc mostraron la manera creativa en que los mejores arquitectos del país se acercaron al “urbanismo en expansión” en Japón después de 1945.

El arquitecto Kenzo Tange impulsó el movimiento conocido como Metabolismo, que duró una década e incorporó tecnologías innovadoras y el uso unidades modulares en la arquitectura. Diseñó la propuesta Plan para Tokio de 1960 durante un período de gran desarrollo urbano en Japón.

El proyecto fue diseñado para acomodar la expansión de la ciudad a través de una arquitectura que conectara la bahía de Tokio. Esto llevó a una nueva forma de abordar el diseño urbano. Tange concibió el trazado de un gran eje que cruzaría la bahía y haría posible la existencia de plataformas para edificios creativamente diseñados.

En 1966, Tange fue más allá en el desarrollo de sus ideas urbanas y diseñó el Centro de Prensa y Radiodifusión Yamanashi en Kofu.

Creado por tres empresas mediáticas diferentes, el edificio albergaba una planta de impresión de periódicos, una emisora de radio y un estudio de televisión.

Para aprovechar el espacio al máximo, Tange agrupó las funciones similares de cada sector y colocó la maquinaria de impresión de periódicos en la planta baja, los estudios en las plantas superiores y las oficinas en pisos con paredes de vidrio rodeadas de balcones. Se dejó espacio en el edificio futuras expansiones, pero ahora se usa para jardines y terrazas.

El proyecto Marine City de 1958, del visionario arquitecto Kiyonori Kikutake, fue una de las primeras grandes ideas del Metabolismo y fomentó el concepto de una ciudad flotante en el océano.

La estructura sería autosustentable, flexible, limpia, a prueba de terremotos y resistente a las inundaciones. Además, estaría ubicada lejos de la vida urbana de la isla y haría uso de grandes anillos de acero con torres magnéticas para mantener las bases circulares en su sitio. Idealmente, las bases flotarían al estilo de una botella y crearían una rica industria de agricultura acuática.

El concepto de vida alternativa de Kikutake fue radical en su tiempo, pero fue una de las primeras ideas para abordar temas de sostenibilidad y trabajo en módulos.

Otro proyecto que ayudó a los arquitectos japoneses a crear un escaparate para la innovación en su disciplina fue el Joint System Core (conocido también como Ciudad en el Aire) que fue desarrollado en 1960 por Arata Isozaki.

Su plan incluyó una ciudad en múltiples niveles con autopistas y edificios de aparcamientos tejidos entre complejos de oficinas y apartamentos. En bocetos originales, esas estructuras parecen árboles que crecen uno junto al otro.

Las ramas funcionan como pasadizos a unidades de vivienda, mientras que los troncos actúan como grandes pilares. Este proyecto a veces se conoce como “Racimos en el aire” ya que los árboles desarrollan y crean una estructura similar a un bosque.

La carrera por conseguir más espacio

El arquitecto Kisho Kurokawa era un líder del Metabolismo en los años 60 y su primera estructura metabólica, Helix City, fue impulsada por la creciente falta de espacio en Japón.

La idea era construir una estructura que funcionara de forma más eficiente y sensata. Construida con un diseño consistente hecho de una serie de estructuras vinculadas en espiral, Helix City se apoya en torres de servicio que están conectadas por una infraestructura de puentes sobre tierra y mar.

Edificios residenciales llenan los huecos entre las torres, creando un patrón que hipotéticamente podría continuar sin fin. El diseño fue inspirado por el descubrimiento del ADN en 1953, un punto de inflexión significativo en el estudio de los seres vivos.

El diseño de Kurokawa de la Ciudad Agrícola empezó después de que el arquitecto sobreviviera al tifón de la bahía de Ise en 1959.

Este proyecto se creó para evitar que un hábitat fuera inundado y consistía en una estructura al estilo de una red de bloques de cemento, alzados sobre soportes en tierra agrícola para sincronizar el paisaje rural con las áreas residenciales. La red daría apoyo a carreteras, servicios de agua, electricidad, monorraíles y estructuras como escuelas y edificios de oficinas de gobierno.

La vivienda se diseñaría en forma de champiñón, de una a tres plantas, con un marco de madera y un techo de aluminio. Aunque las unidades para vivir estarían separadas, la vinculación entre ellas daría lugar a un pueblo.

La red completa ofrecería suficiente espacio para unas 200 personas y el sistema de agua se establecería debajo del complejo.

Entre 1970 y 1972, Kurokawa y su equipo diseñarían la Torre Cápsula Nakagin en Ginza, Tokio. Este fue el primer diseño arquitectónico de cápsula de la historia, creado con el objetivo de albergar a personas de negocios que se quedan en la ciudad entre semana.

El edificio representó un prototipo de arquitectura que se centró en la sostenibilidad y la posibilidad de ser reciclado. Cada uno de los 140 módulos podía ser anexado al punto central o reemplazado e intercambiado cuando fuera necesario.

Esta flexibilidad ofreció opciones prácticas de vivienda para las relativamente cortas estancias de estos visitantes. Con hasta 14 pisos de altura, el edificio fue una iniciativa del movimiento Metabolismo para ofrecer diseños adaptables e intercambiables en las ciudades.

También basado en los principios metabólicos estaba el proyecto de Kurokawa Resort Centre Yamagata Hawai de 1966. El arquitecto diseñó este edificio con la intención de crear un lugar sin un centro, para representar fluidez y movimiento.

El Resort Centre Yamagata Hawaii Dreamland apelaba a personas que empezaban a viajar en la posguerra en Japón al infundir placer y descanso. La estructura era muy metabólica, y su arquitectura podía crecer y cambiar según fuera necesario para transformar su forma a lo largo de los años.

El edificio fue demolido alrededor de 1975 y en su lugar se construyeron torres residenciales.

Las ideas del arquitecto Masato Otaka, mientras tanto, no obtuvieron tanto reconocimiento internacional como algunas de las de sus colegas, pero diseños se basaron en elementos claves del Metabolismo.

Desde 1962, el desarrollo de viviendas de Otaka, Sakaide Artificial Ground, se basó en métodos de construcción con cemento para crear un nuevo tipo de urbanismo en un proyecto de viviendas en la isla Shikoku. Otaka diseñó un plano de terreno artificial ligeramente elevado para facilitar que los edificios interactuaran de forma más flexible.

Este diseño tardó unos 20 años en desarrollarse, solapándose con la realización de la Ley de Redesarrollo Urbano de 1969.

La Estructura Golgi del arquitecto Fumihiko Maki recibió su nombre del ganador del premio Nobel Camillo Golgi, un científico que encontró la manera de visualizar los cuerpos de células nerviosas. La estructura de Maki combina un área urbana densa con espacios abiertos sin estructura para crear un efecto de alternancia.

Los espacios abiertos en la estructura están contenidos por células que absorben la luz que permiten la comunicación y distribución de energía. Este aspecto del proyecto era clave para Maki, que enfatizó la idea de la forma colectiva a través de tres tipos específicos: de composición, de estructura y de secuencia.

La Estructura Golgi contribuyó a este concepto a través del uso de espacios abiertos, ofreciendo movilidad para los residentes y dándoles una oportunidad para interactuar entre ellos en un entorno social. Era un diseño metabólico por excelencia.

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Fuente: T13, Jueves 27 de septiembre de 2018

T13 – Ciudades de ensueño suspendidas en el aire, pueblos flotantes, edificios inspirados en formar orgánicas o en la estructura del ADN. Tras la II Guerra Mundial, el crecimiento urbano se disparó en Japón. Y los arquitectos pusieron su imaginación al servicio de ese fenómeno.

Desde ciudades en el aire hasta pueblos flotantes en la Bahía de Tokio.

Un grupo de avanzados arquitectos japoneses, homenajeados recientemente en la exposición “Japan-Ness” en el museo Pompidou de Metz, Franc mostraron la manera creativa en que los mejores arquitectos del país se acercaron al “urbanismo en expansión” en Japón después de 1945.

El arquitecto Kenzo Tange impulsó el movimiento conocido como Metabolismo, que duró una década e incorporó tecnologías innovadoras y el uso unidades modulares en la arquitectura. Diseñó la propuesta Plan para Tokio de 1960 durante un período de gran desarrollo urbano en Japón.

El proyecto fue diseñado para acomodar la expansión de la ciudad a través de una arquitectura que conectara la bahía de Tokio. Esto llevó a una nueva forma de abordar el diseño urbano. Tange concibió el trazado de un gran eje que cruzaría la bahía y haría posible la existencia de plataformas para edificios creativamente diseñados.

En 1966, Tange fue más allá en el desarrollo de sus ideas urbanas y diseñó el Centro de Prensa y Radiodifusión Yamanashi en Kofu.

Creado por tres empresas mediáticas diferentes, el edificio albergaba una planta de impresión de periódicos, una emisora de radio y un estudio de televisión.

Para aprovechar el espacio al máximo, Tange agrupó las funciones similares de cada sector y colocó la maquinaria de impresión de periódicos en la planta baja, los estudios en las plantas superiores y las oficinas en pisos con paredes de vidrio rodeadas de balcones. Se dejó espacio en el edificio futuras expansiones, pero ahora se usa para jardines y terrazas.

El proyecto Marine City de 1958, del visionario arquitecto Kiyonori Kikutake, fue una de las primeras grandes ideas del Metabolismo y fomentó el concepto de una ciudad flotante en el océano.

La estructura sería autosustentable, flexible, limpia, a prueba de terremotos y resistente a las inundaciones. Además, estaría ubicada lejos de la vida urbana de la isla y haría uso de grandes anillos de acero con torres magnéticas para mantener las bases circulares en su sitio. Idealmente, las bases flotarían al estilo de una botella y crearían una rica industria de agricultura acuática.

El concepto de vida alternativa de Kikutake fue radical en su tiempo, pero fue una de las primeras ideas para abordar temas de sostenibilidad y trabajo en módulos.

Otro proyecto que ayudó a los arquitectos japoneses a crear un escaparate para la innovación en su disciplina fue el Joint System Core (conocido también como Ciudad en el Aire) que fue desarrollado en 1960 por Arata Isozaki.

Su plan incluyó una ciudad en múltiples niveles con autopistas y edificios de aparcamientos tejidos entre complejos de oficinas y apartamentos. En bocetos originales, esas estructuras parecen árboles que crecen uno junto al otro.

Las ramas funcionan como pasadizos a unidades de vivienda, mientras que los troncos actúan como grandes pilares. Este proyecto a veces se conoce como “Racimos en el aire” ya que los árboles desarrollan y crean una estructura similar a un bosque.

La carrera por conseguir más espacio

El arquitecto Kisho Kurokawa era un líder del Metabolismo en los años 60 y su primera estructura metabólica, Helix City, fue impulsada por la creciente falta de espacio en Japón.

La idea era construir una estructura que funcionara de forma más eficiente y sensata. Construida con un diseño consistente hecho de una serie de estructuras vinculadas en espiral, Helix City se apoya en torres de servicio que están conectadas por una infraestructura de puentes sobre tierra y mar.

Edificios residenciales llenan los huecos entre las torres, creando un patrón que hipotéticamente podría continuar sin fin. El diseño fue inspirado por el descubrimiento del ADN en 1953, un punto de inflexión significativo en el estudio de los seres vivos.

El diseño de Kurokawa de la Ciudad Agrícola empezó después de que el arquitecto sobreviviera al tifón de la bahía de Ise en 1959.

Este proyecto se creó para evitar que un hábitat fuera inundado y consistía en una estructura al estilo de una red de bloques de cemento, alzados sobre soportes en tierra agrícola para sincronizar el paisaje rural con las áreas residenciales. La red daría apoyo a carreteras, servicios de agua, electricidad, monorraíles y estructuras como escuelas y edificios de oficinas de gobierno.

La vivienda se diseñaría en forma de champiñón, de una a tres plantas, con un marco de madera y un techo de aluminio. Aunque las unidades para vivir estarían separadas, la vinculación entre ellas daría lugar a un pueblo.

La red completa ofrecería suficiente espacio para unas 200 personas y el sistema de agua se establecería debajo del complejo.

Entre 1970 y 1972, Kurokawa y su equipo diseñarían la Torre Cápsula Nakagin en Ginza, Tokio. Este fue el primer diseño arquitectónico de cápsula de la historia, creado con el objetivo de albergar a personas de negocios que se quedan en la ciudad entre semana.

El edificio representó un prototipo de arquitectura que se centró en la sostenibilidad y la posibilidad de ser reciclado. Cada uno de los 140 módulos podía ser anexado al punto central o reemplazado e intercambiado cuando fuera necesario.

Esta flexibilidad ofreció opciones prácticas de vivienda para las relativamente cortas estancias de estos visitantes. Con hasta 14 pisos de altura, el edificio fue una iniciativa del movimiento Metabolismo para ofrecer diseños adaptables e intercambiables en las ciudades.

También basado en los principios metabólicos estaba el proyecto de Kurokawa Resort Centre Yamagata Hawai de 1966. El arquitecto diseñó este edificio con la intención de crear un lugar sin un centro, para representar fluidez y movimiento.

El Resort Centre Yamagata Hawaii Dreamland apelaba a personas que empezaban a viajar en la posguerra en Japón al infundir placer y descanso. La estructura era muy metabólica, y su arquitectura podía crecer y cambiar según fuera necesario para transformar su forma a lo largo de los años.

El edificio fue demolido alrededor de 1975 y en su lugar se construyeron torres residenciales.

Las ideas del arquitecto Masato Otaka, mientras tanto, no obtuvieron tanto reconocimiento internacional como algunas de las de sus colegas, pero diseños se basaron en elementos claves del Metabolismo.

Desde 1962, el desarrollo de viviendas de Otaka, Sakaide Artificial Ground, se basó en métodos de construcción con cemento para crear un nuevo tipo de urbanismo en un proyecto de viviendas en la isla Shikoku. Otaka diseñó un plano de terreno artificial ligeramente elevado para facilitar que los edificios interactuaran de forma más flexible.

Este diseño tardó unos 20 años en desarrollarse, solapándose con la realización de la Ley de Redesarrollo Urbano de 1969.

La Estructura Golgi del arquitecto Fumihiko Maki recibió su nombre del ganador del premio Nobel Camillo Golgi, un científico que encontró la manera de visualizar los cuerpos de células nerviosas. La estructura de Maki combina un área urbana densa con espacios abiertos sin estructura para crear un efecto de alternancia.

Los espacios abiertos en la estructura están contenidos por células que absorben la luz que permiten la comunicación y distribución de energía. Este aspecto del proyecto era clave para Maki, que enfatizó la idea de la forma colectiva a través de tres tipos específicos: de composición, de estructura y de secuencia.

La Estructura Golgi contribuyó a este concepto a través del uso de espacios abiertos, ofreciendo movilidad para los residentes y dándoles una oportunidad para interactuar entre ellos en un entorno social. Era un diseño metabólico por excelencia.

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Fuente: T13, Jueves 27 de septiembre de 2018

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