Lunes, Noviembre 25, 2024

Columna de Juan Eduardo Saldivia: Tarifas del agua potable y sequía

LA TERCERA – El sistema tarifario del sector sanitario fue implementado a partir de 1989 y perfeccionado en 1997. Comprende, básicamente, tarifas de periodo no punta y punta (invierno/verano) y un cargo por sobreconsumo para los mayores usuarios en periodo punta. Dicho sistema se ideó en un contexto en que la naturaleza era pródiga. El agua era más o menos abundante.

El panorama ha cambiado drásticamente. La naturaleza ya no es prodiga. Llevamos más de 10 años de sequía extrema. Entonces, cabe preguntarse si el sistema tarifario debe hacerse cargo de dicho cambio de contexto.

Por otro lado, existen gigantescas diferencias en el consumo, asociadas, fundamentalmente, a la realidad socioeconómica de los clientes y al uso que le dan al recurso. Según datos de la Superintendencia de Servicios Sanitarios un habitante de Lo Barnechea consume en promedio 1.523 litros de agua al día, uno de Santiago 323, en La Reina 885, Vitacura 897, Huechuraba 782, Maipú 592. Por otra parte, otras estadísticas del mismo órgano reflejan que los consumos –comparados anualmente– no han bajado prácticamente en nada, salvo en la Región Metropolitana, en que se ha marcado un leve descenso, posiblemente asociado a los cambios en el riego de plazas implementado por las municipalidades. Al parecer, la actual señal de precios no es suficiente para reducir consumos asociados a la falta de conciencia de la escasez. Algo tendrá que cambiar.

Recientemente, el MOP ha anunciado que, durante el 2023, presentará al Congreso una indicación legislativa para modificar el sistema de cobro de tarifas, de tal manera que los clientes que tengan consumos bajo el promedio paguen menos que aquellos que están sobrepasando los promedios. Sistema de cobro por bloque crecientes de consumo. En dicha modalidad, el precio del metro cúbico se incrementa según aumenta el volumen consumido.

En el caso de Barcelona (España), las tarifas comienzan en un bloque que tiene unas tarifas lo suficientemente bajas para que nadie quede excluido del servicio. El segundo bloque, cubre costos y consumos medios y del tercero al quinto se dirigen quienes gastan más agua y pueden y deben pagar más por consumos no esenciales. En esa ciudad, se ha logrado que disminuyan los consumos per cápita.

Si lo anterior lo unimos con la esperada entrada en vigor del reglamento de la ley de aguas grises, que permitirá el reúso domestico de este tipo de aguas en nuestro país, es posible pensar que se están dando pasos efectivos para enfrentar el hecho indubitado que la naturaleza ya no nos provee de toda el agua que necesitamos. Es de esperar que el sistema político comprenda la relevancia y urgencia del cambio anunciado de tal manera que se pueda concretar en el próximo proceso de fijación tarifaria.

Por Juan Eduardo Saldivia, ex superintendente de Servicios Sanitarios y consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

Fuente: La Tercera, Martes 27 de Diciembre de 2022

LA TERCERA – El sistema tarifario del sector sanitario fue implementado a partir de 1989 y perfeccionado en 1997. Comprende, básicamente, tarifas de periodo no punta y punta (invierno/verano) y un cargo por sobreconsumo para los mayores usuarios en periodo punta. Dicho sistema se ideó en un contexto en que la naturaleza era pródiga. El agua era más o menos abundante.

El panorama ha cambiado drásticamente. La naturaleza ya no es prodiga. Llevamos más de 10 años de sequía extrema. Entonces, cabe preguntarse si el sistema tarifario debe hacerse cargo de dicho cambio de contexto.

Por otro lado, existen gigantescas diferencias en el consumo, asociadas, fundamentalmente, a la realidad socioeconómica de los clientes y al uso que le dan al recurso. Según datos de la Superintendencia de Servicios Sanitarios un habitante de Lo Barnechea consume en promedio 1.523 litros de agua al día, uno de Santiago 323, en La Reina 885, Vitacura 897, Huechuraba 782, Maipú 592. Por otra parte, otras estadísticas del mismo órgano reflejan que los consumos –comparados anualmente– no han bajado prácticamente en nada, salvo en la Región Metropolitana, en que se ha marcado un leve descenso, posiblemente asociado a los cambios en el riego de plazas implementado por las municipalidades. Al parecer, la actual señal de precios no es suficiente para reducir consumos asociados a la falta de conciencia de la escasez. Algo tendrá que cambiar.

Recientemente, el MOP ha anunciado que, durante el 2023, presentará al Congreso una indicación legislativa para modificar el sistema de cobro de tarifas, de tal manera que los clientes que tengan consumos bajo el promedio paguen menos que aquellos que están sobrepasando los promedios. Sistema de cobro por bloque crecientes de consumo. En dicha modalidad, el precio del metro cúbico se incrementa según aumenta el volumen consumido.

En el caso de Barcelona (España), las tarifas comienzan en un bloque que tiene unas tarifas lo suficientemente bajas para que nadie quede excluido del servicio. El segundo bloque, cubre costos y consumos medios y del tercero al quinto se dirigen quienes gastan más agua y pueden y deben pagar más por consumos no esenciales. En esa ciudad, se ha logrado que disminuyan los consumos per cápita.

Si lo anterior lo unimos con la esperada entrada en vigor del reglamento de la ley de aguas grises, que permitirá el reúso domestico de este tipo de aguas en nuestro país, es posible pensar que se están dando pasos efectivos para enfrentar el hecho indubitado que la naturaleza ya no nos provee de toda el agua que necesitamos. Es de esperar que el sistema político comprenda la relevancia y urgencia del cambio anunciado de tal manera que se pueda concretar en el próximo proceso de fijación tarifaria.

Por Juan Eduardo Saldivia, ex superintendente de Servicios Sanitarios y consejero del Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

Fuente: La Tercera, Martes 27 de Diciembre de 2022

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