CONSTITUCIONAL – La planificación urbana es cada vez más importante y urgente. Al día de hoy, más de 4,300 mil millones de personas en todo el mundo viven en áreas urbanas.
Se entiende por Ciudades Verdes aquellas con abundantes espacios naturales -parques, bosques y jardines- para disfrute de sus habitantes, bajas emisiones de gases efecto invernadero, bajos niveles de contaminación atmosférica, escasa contaminación acústica, gestión eficiente de sus residuos, uso de energías renovables, movilidad sostenible, estaciones de metro cercanas, edificación bioclimática sostenible y habitantes educados en el respeto medioambiental.
En la pugna electoral de gobernadores, un candidato ofrece enverdecer Santiago. La planificación urbana es cada vez más importante y urgente. Al día de hoy, más de 4,300 mil millones de personas en todo el mundo viven en áreas urbanas. Se calcula que para el año 2050 esta cifra superará los 7 mil millones. Además, se estima que las ciudades del mundo consumen el 75% de los recursos naturales y producen entre el 60 y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
¿Qué se entiende por una Ciudad Verde? Se entiende por Ciudades Verdes aquellas con abundantes espacios naturales -parques, bosques y jardines- para disfrute de sus habitantes, bajas emisiones de gases efecto invernadero, bajos niveles de contaminación atmosférica, escasa contaminación acústica, gestión eficiente de sus residuos, uso de energías renovables, movilidad sostenible, estaciones de metro cercanas, edificación bioclimática sostenible y habitantes educados en el respeto medioambiental.
Reconectarse con la naturaleza lleva a sus habitantes a vivir un medio ambiente sano y amigable, que contribuye a un mejorar sus estados de ánimo y su salud.
Ciudades como Copenhague, Singapur, Vancouver, Curitiba y Friburgo, son buenos ejemplos de ciudades verdes. En alguna de ellas proliferan jardines en las azoteas y en muros de los edificios y casas. Curitiba, por ejemplo, cuenta con 10 enormes parques públicos, que la han convertido en una de las ciudades más verdes del mundo. Vancouver es un referente mundial porque ha conseguido reducir sus gases con efecto invernadero hasta posicionarse como una de las cinco ciudades más sostenibles del planeta. En la reducción de residuos ha puesto en marcha una tecnología capaz de reducir, hasta en cinco veces, los residuos de toda la ciudad, empleando tan solo energía solar. También Curitiba es referente mundial en reciclaje ya, que reutiliza el 70% de toda la basura generada por sus habitantes. Reykjavik obtiene la totalidad e sus energía de fuentes renovables al transformar la actividad geotérmica de Islandia en energía limpia. En Malmo, Suecia, el cien por ciento de su energía procede del sol.
El premio Capital Verde Europea se concede a ciudades que promueven una vida urbana saludable; ciudades que han mejorado sus condiciones de vida a través de la puesta en marcha de distintas medidas tales como:
Cooperación y asociación entre autoridades, ciudadanos, empresas y otras partes interesadas, dirigidas a desarrollar y mejorar las condiciones de vida urbana.
Aplicación de soluciones de movilidad sostenibles: Creación y ampliación de parques y zonas de recreo; Un enfoque moderno de la gestión de residuos; Soluciones innovadoras a la contaminación acústica; y un enfoque integrado de la gestión urbana que garantice resultados positivos a largo plazo.
Entre los ejes para alcanzar la máxima sostenibilidad se encuentra el consumo y gestión del agua con el que se han conseguido significativos ahorros en los consumos domésticos por habitante con un objetivo de consumo diario por persona inferior a los 110 litros.
Son lugares que reconectan con la naturaleza y con los bienes que ésta ofrece de manera gratuita. Aprovechan los beneficios de estar en contacto con el entorno natural.
Aplicar las ideas que las Ciudades Verdes plantean a la planificación urbana es cada vez más importante. A día de hoy, más de 4,300 mil millones de personas en todo el mundo viven en áreas urbanas. Se calcula que para el año 2050 esta cifra superará los 7 mil millones. Además, se estima que las ciudades del mundo consumen el 75% de los recursos naturales y producen entre el 60 y el 80% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Una tendencia son los llamados bosques urbanos, esto es, cuando se cambian los parques por bosques que se componen de árboles autóctonos y fauna capaces de convivir con el resto de elementos de ciudad. Son espacios verdes en los que los ciudadanos pueden realizar actividades y disfrutar del contacto con la naturaleza sin salir de su lugar de residencia. Aportan diversos beneficios como:
- Una mejora de la calidad del aire: las plantas actúan como sumideros de carbono.
- Reducen la temperatura local hasta 5ºC: la vegetación amortiguan las altas temperaturas a través del efecto de evapotranspiración.
- Mejora de la calidad de vida: está estudiado que el contacto con la naturaleza reduce el estrés y mejora la salud mental.
- Promueve la infiltración del agua de lluvia: disminuye la pérdida por evaporación.
- Aumento de la biodiversidad urbana: la presencia de estos «pulmones verdes» permite el desarrollo de una gran variedad de biodiversidad como insectos, aves, pequeños mamíferos, etc.
Otro de los elementos esenciales de las Ciudades Verdes es la edificación bioclimática y sostenible. Edificios integrados cuyo impacto en el entorno sea mínimo. Además, deberán estar construidos con materiales sostenibles o reciclados y evitar los tóxicos y contaminantes químicos.
En cuanto al uso de recursos naturales, estas edificaciones deberán caracterizarse por un bajo consumo y cuyas fuentes de energía sean renovables. El aislamiento térmico es otro de los requisitos para este tipo de construcciones. Y es que un buen sistema de aislamiento térmico de exteriores puede suponer entre un ahorro de energía de entre un 60% y un 90%.
Uno de los ejemplos más famosos de este tipo de arquitectura es el edificio Tao Zhu Yin Yuan, ubicado en Taiwán el que se diseñó bajo una filosofía de sostenibilidad para tratar de aprovechar las condiciones climáticas y ambientales del lugar.
Se trata de un complejo residencial que incluye la plantación de 23.000 árboles y arbustos. Según sus estimaciones, las plantas podrían absorber hasta 130 toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2) cada año.
Además, ha sido pensado para que sus residentes ahorren en consumo de energía. El diseño utiliza la luz y la ventilación natural e incluye un sistema de reciclaje de agua lluvia y paneles solares en la azotea.
Han surgido diversas iniciativas que pretenden transformar la manera en la que nos movemos: las supermanzanas que se plantean como células urbanas de unos 400 por 400 metros, en cuyo interior se reduce al mínimo el tráfico motorizado y el aparcamiento de vehículos en superficie y se da la máxima preferencia a los peatones en el espacio público y las llamadas ciudades de aproximación para organizar las ciudades de tal forma que sus habitantes puedan satisfacer las necesidades básicas en desplazamientos de menos de un cuarto de hora (a pie o en bicicleta). La vivienda, el trabajo, el abastecimiento, la educación, la salud y el ocio, en lo posible que pudiera estar a esta misma distancia o a un poco más.
Un ejemplo interesante es el de Paris que para evitar la alta contaminación, además de limitar el uso de vehículos particulares, aplica durante varios días la gratuidad en el transporte público y el dispositivo de circulación alternada de vehículos (los de matrícula par unos días y los impares otros) y fomenta los transportes alternativos, como la bicicleta. Ha planteado, además, crear más jardines, huertos y espacios verdes, muchos de ellos sobre los edificios, para construir así, con la suma de todos, un pulmón que permita a los parisinos respirar un aire más limpio. Desde el año 2015, la legislación obliga a que los edificios de nueva construcción dispongan de jardines y paneles solares en las azoteas y el Ayuntamiento, además, facilita a los ciudadanos que lo soliciten un espacio para cultivar un huerto durante tres años prorrogables. Y Vancouver, que se ha propuesto que en el 2050 toda la energía que se consuma proceda de fuentes renovables. Las acciones llevadas a cabo hasta ahora abarcan ámbitos muy diversos y, entre ellas, se incluye la Rain City Strategy, un sistema con el que se pretende captar y tratar anualmente el 90 % del agua procedente de la lluvia combinando los sistemas tradicionales con novedosas infraestructuras ecológicas.
Nueva York, que debe hacer frente a graves problemas medioambientales, ha sabido poner en marcha importantes soluciones. El cambio de cristales en el Empire State, por ejemplo, permitió un ahorro de 7,5 millones de dólares gracias al mejor aislamiento del rascacielos y la creación del High Line Elevator Park, una antigua línea de ferrocarril, sin uso durante varias décadas, la convirtió en una zona verde de dos kilómetros de longitud llena de vida. Manhattan dispone además de una red de 200 kilómetros de pistas para bicicletas y los mercados de productos frescos ecológicos se han multiplicado por la ciudad. Nueva York es también una de las grandes capitales del mundo donde se ha puesto de moda la instalación de colmenas en las azoteas de los edificios cuyas abejas se nutren de las flores de los abundantes parques y jardines, de todas las dimensiones, que pintan de verde esta ciudad. (Santiago, 2 junio 2021)
Fuente: Constitucional, Miércoles 02 de Junio de 2021