Viernes, Diciembre 27, 2024

Chile tiene (apenas) 4,2 metros cuadrados por habitante de espacio público

PAUTA – La película es conocida: hasta la década de los 80, Chile concentró sus esfuerzos en satisfacer la principal demanda de las familias, que era tener una casa. Y aunque aún existe déficit habitacional, estimado en torno a 500 mil viviendas, Chile tiene políticas en curso para ir reduciendo esa brecha. Así, no es de extrañar que hoy la principal demanda de los chilenos en materia de infraestructura no se centre en mejorar sus viviendas, sino en acceder a una mejor calidad de vida. Ello implica un factor esencial: espacio público. Es decir, lugares de libre acceso donde reunirse, jugar, entretenerse, hacer deporte y participar de actividades culturales.

Según el informe Infraestructura Crítica para el Desarrollo 2018-2027 (ICD), elaborado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC, controladora de PAUTA.cl), Chile tiene hoy un promedio de 4,2 metros cuadrados (m2) de espacio público por habitante.

Por cierto, se trata de un promedio. Si esa cifra fuese el estándar, lograr que aquellas zonas del país que están por debajo lleguen a ese número exige incorporar 8,8 millones de m2 de espacio público. Eso implicaría una inversión de US$ 640 millones en el periodo 2018-2027, el monto más bajo entre los 14 sectores analizados donde destacan vialidad urbana (que requiere inversiones por US$ 60 mil millones) y telecomunicaciones (US$ 24 mil millones) en el mismo lapso.

¿Cuánto tenemos?

En el informe ICD, el espacio público se entiende en forma más amplia que simplemente las áreas verdes. Así, se asocia a lugares recurrentes de la vida urbana, que tienen libre acceso por parte de la ciudadanía y donde es posible satisfacer colectivamente necesidades como recreación (plazas y parques), deporte (canchas y estadios) y cultura (museos y bibliotecas), entre otros. Se excluyen propiedades privadas (clubes, terrenos de instituciones) y playas, aunque se considera el espacio consolidado de costaneras y malecones.

La información disponible por región indica que en Magallanes existen 8,6 m2/habitante de espacio público, mientras que en Tarapacá el indicador llega apenas a 1 m2/habitante.

En general, en la zona norte la superficie de espacio público disponible hace que el promedio sea menor que si se consideraran solo las zonas centrales y del sur. Los bajos registros nortinos se asocian con la mayor dificultad de mantener áreas verdes. Sin embargo, es perfectamente posible asegurar que la provisión espacio público sea independiente de consideraciones geográficas, empleando diseños que utilicen especies vegetales de bajo consumo de agua, pavimentos pétreos en lugar de césped, y la construcción en base a pérgolas y otras estructuras que aprovechen el viento y el sol.

El ICD analizó las nueve ciudades y agrupaciones urbanas más extensas, donde vive el 51% de la población del país. Las cifras revelaron que Temuco es la ciudad con mayor superficie de espacio público del país, con 18,8 m2/habitante; Iquique y Antofagasta sólo alcanzan 1,6 m2/habitante. En la misma medición, la cifra llega a 8,3 en Puerto Montt, 6,6 en Punta Arenas, 6,2 en Coquimbo- La Serena, 4,6 en Valparaíso, 3,9 en Santiago y 3,8 en Concepción.

¿Cuánto necesitamos?

Saber cuánto espacio público necesitamos no es fácil. Esto porque Chile no tiene una regulación que defina la provisión de espacios públicos, su tamaño mínimo, cobertura o calidad. Sólo existen exigencias para los proyectos inmobiliarios, públicos o privados, en el sentido de garantizar terrenos para vialidad, equipamiento y áreas verdes, aunque la reciente ley de Aportes al Espacio Público que actualiza esos requerimientos aún no entra en vigencia.

Junto con alertar sobre la necesidad de construir consenso en torno a cuáles deben ser los estándares de disponibilidad de espacio público (incluso limitados sólo a áreas verdes), en el ICD se detallan los adoptados por algunos países y recomendados por instituciones internacionales que Chile podría usar como referencia.

La realidad actual de Chile (4,2m2/hab) está muy lejos de todos esos referentes. Por ejemplo, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más que duplica lo que Chile tiene hoy, ya que llega a 9 m2/hab. La Agencia Europea para el Medio Ambiente apunta a 20m2/hab, y la Organización de Naciones Unidas (ONU), a 60 m2/hab. En cuanto a países, Japón se autoimpuso 40 m2/hab; Estados Unidos y Canadá, 40,5 m2/hab.

Ya que la construcción y mantenimiento de espacios comunitarios tienen impactos benéficos en la vida diaria de las personas (salud física y mental, positivo efecto en medio ambiente, plusvalía de viviendas, entre otros), los déficits existentes no pasan inadvertidos. En la encuesta Casen 2015, antes que el alumbrado o pavimentación, los encuestados pusieron en primer lugar de sus necesidades de equipamiento comunitario a las plazas y áreas verdes. Esto, considerando que la nueva manera de medir la pobreza, con un enfoque multidimensional, considera al hogar como carente cuando declara que en su barrio o localidad se presentan insuficiencia o mal estado de plazas y áreas verdes, infraestructura deportiva, lugares de reunión social o recreación, entre otros.

Brecha de inversión

El informe de la CChC afirma que aunque Chile destina a la infraestructura para recreación, deporte y cultura en torno al 25% de lo que gastan otros países que tienen el mismo nivel de desarrollo, los recursos destinados a esas actividades han ido incrementándose.

Según el Informe de Finanzas Públicas de la Dirección de Presupuestos, en durante 2017 el gasto destinado a actividades recreativas, cultura y religión superó levemente los $326 mil millones de pesos, equivalentes al 0,2% del PIB. Como referencia, el ICD señala que el gasto promedio de los países miembros de la OCDE (incluido Chile) llega a un 0,72% del PIB.

El gasto total en estas áreas se duplicó entre 2007 y 2016, ya que los recursos destinados a servicios culturales crecieron 155% (de $66 mil millones a $157 mil millones) en el mismo período, mientras que los asignados a actividades recreativas y deportivas se incrementaron en 70% (de $92 mil millones a $157 mil millones).

Si se usara como referencia el promedio OCDE de 0,72% del PIB, implicaría que se requiere un gasto adicional de $850 mil millones; es decir, en torno a US$ 1.417 millones para el período 2018-2027. El monto más que duplica lo estimado para el periodo en el informe ICD, que suma US$ 640 millones.

El texto detalla que es importante que la inversión se realice en las zonas más deficitarias. Esto ya que, en general, las ciudades del norte son las que presentan una menor superficie de espacio público por habitante, mientras que las ubicadas en la zona sur suelen tener más extensiones de áreas verdes. Los 14 parques desarrollados entre 2014-2017 aportaron una superficie total de 1,2 millones de m2 de áreas verdes, donde el 40% de las nuevas áreas verdes se asignaron a Santiago. Pero si se localiza esta inversión en las zonas con mayor déficit, el avance sería mayor.

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Fuente: Pauta, Martes 10 de julio de 2018

PAUTA – La película es conocida: hasta la década de los 80, Chile concentró sus esfuerzos en satisfacer la principal demanda de las familias, que era tener una casa. Y aunque aún existe déficit habitacional, estimado en torno a 500 mil viviendas, Chile tiene políticas en curso para ir reduciendo esa brecha. Así, no es de extrañar que hoy la principal demanda de los chilenos en materia de infraestructura no se centre en mejorar sus viviendas, sino en acceder a una mejor calidad de vida. Ello implica un factor esencial: espacio público. Es decir, lugares de libre acceso donde reunirse, jugar, entretenerse, hacer deporte y participar de actividades culturales.

Según el informe Infraestructura Crítica para el Desarrollo 2018-2027 (ICD), elaborado por la Cámara Chilena de la Construcción (CChC, controladora de PAUTA.cl), Chile tiene hoy un promedio de 4,2 metros cuadrados (m2) de espacio público por habitante.

Por cierto, se trata de un promedio. Si esa cifra fuese el estándar, lograr que aquellas zonas del país que están por debajo lleguen a ese número exige incorporar 8,8 millones de m2 de espacio público. Eso implicaría una inversión de US$ 640 millones en el periodo 2018-2027, el monto más bajo entre los 14 sectores analizados donde destacan vialidad urbana (que requiere inversiones por US$ 60 mil millones) y telecomunicaciones (US$ 24 mil millones) en el mismo lapso.

¿Cuánto tenemos?

En el informe ICD, el espacio público se entiende en forma más amplia que simplemente las áreas verdes. Así, se asocia a lugares recurrentes de la vida urbana, que tienen libre acceso por parte de la ciudadanía y donde es posible satisfacer colectivamente necesidades como recreación (plazas y parques), deporte (canchas y estadios) y cultura (museos y bibliotecas), entre otros. Se excluyen propiedades privadas (clubes, terrenos de instituciones) y playas, aunque se considera el espacio consolidado de costaneras y malecones.

La información disponible por región indica que en Magallanes existen 8,6 m2/habitante de espacio público, mientras que en Tarapacá el indicador llega apenas a 1 m2/habitante.

En general, en la zona norte la superficie de espacio público disponible hace que el promedio sea menor que si se consideraran solo las zonas centrales y del sur. Los bajos registros nortinos se asocian con la mayor dificultad de mantener áreas verdes. Sin embargo, es perfectamente posible asegurar que la provisión espacio público sea independiente de consideraciones geográficas, empleando diseños que utilicen especies vegetales de bajo consumo de agua, pavimentos pétreos en lugar de césped, y la construcción en base a pérgolas y otras estructuras que aprovechen el viento y el sol.

El ICD analizó las nueve ciudades y agrupaciones urbanas más extensas, donde vive el 51% de la población del país. Las cifras revelaron que Temuco es la ciudad con mayor superficie de espacio público del país, con 18,8 m2/habitante; Iquique y Antofagasta sólo alcanzan 1,6 m2/habitante. En la misma medición, la cifra llega a 8,3 en Puerto Montt, 6,6 en Punta Arenas, 6,2 en Coquimbo- La Serena, 4,6 en Valparaíso, 3,9 en Santiago y 3,8 en Concepción.

¿Cuánto necesitamos?

Saber cuánto espacio público necesitamos no es fácil. Esto porque Chile no tiene una regulación que defina la provisión de espacios públicos, su tamaño mínimo, cobertura o calidad. Sólo existen exigencias para los proyectos inmobiliarios, públicos o privados, en el sentido de garantizar terrenos para vialidad, equipamiento y áreas verdes, aunque la reciente ley de Aportes al Espacio Público que actualiza esos requerimientos aún no entra en vigencia.

Junto con alertar sobre la necesidad de construir consenso en torno a cuáles deben ser los estándares de disponibilidad de espacio público (incluso limitados sólo a áreas verdes), en el ICD se detallan los adoptados por algunos países y recomendados por instituciones internacionales que Chile podría usar como referencia.

La realidad actual de Chile (4,2m2/hab) está muy lejos de todos esos referentes. Por ejemplo, la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) más que duplica lo que Chile tiene hoy, ya que llega a 9 m2/hab. La Agencia Europea para el Medio Ambiente apunta a 20m2/hab, y la Organización de Naciones Unidas (ONU), a 60 m2/hab. En cuanto a países, Japón se autoimpuso 40 m2/hab; Estados Unidos y Canadá, 40,5 m2/hab.

Ya que la construcción y mantenimiento de espacios comunitarios tienen impactos benéficos en la vida diaria de las personas (salud física y mental, positivo efecto en medio ambiente, plusvalía de viviendas, entre otros), los déficits existentes no pasan inadvertidos. En la encuesta Casen 2015, antes que el alumbrado o pavimentación, los encuestados pusieron en primer lugar de sus necesidades de equipamiento comunitario a las plazas y áreas verdes. Esto, considerando que la nueva manera de medir la pobreza, con un enfoque multidimensional, considera al hogar como carente cuando declara que en su barrio o localidad se presentan insuficiencia o mal estado de plazas y áreas verdes, infraestructura deportiva, lugares de reunión social o recreación, entre otros.

Brecha de inversión

El informe de la CChC afirma que aunque Chile destina a la infraestructura para recreación, deporte y cultura en torno al 25% de lo que gastan otros países que tienen el mismo nivel de desarrollo, los recursos destinados a esas actividades han ido incrementándose.

Según el Informe de Finanzas Públicas de la Dirección de Presupuestos, en durante 2017 el gasto destinado a actividades recreativas, cultura y religión superó levemente los $326 mil millones de pesos, equivalentes al 0,2% del PIB. Como referencia, el ICD señala que el gasto promedio de los países miembros de la OCDE (incluido Chile) llega a un 0,72% del PIB.

El gasto total en estas áreas se duplicó entre 2007 y 2016, ya que los recursos destinados a servicios culturales crecieron 155% (de $66 mil millones a $157 mil millones) en el mismo período, mientras que los asignados a actividades recreativas y deportivas se incrementaron en 70% (de $92 mil millones a $157 mil millones).

Si se usara como referencia el promedio OCDE de 0,72% del PIB, implicaría que se requiere un gasto adicional de $850 mil millones; es decir, en torno a US$ 1.417 millones para el período 2018-2027. El monto más que duplica lo estimado para el periodo en el informe ICD, que suma US$ 640 millones.

El texto detalla que es importante que la inversión se realice en las zonas más deficitarias. Esto ya que, en general, las ciudades del norte son las que presentan una menor superficie de espacio público por habitante, mientras que las ubicadas en la zona sur suelen tener más extensiones de áreas verdes. Los 14 parques desarrollados entre 2014-2017 aportaron una superficie total de 1,2 millones de m2 de áreas verdes, donde el 40% de las nuevas áreas verdes se asignaron a Santiago. Pero si se localiza esta inversión en las zonas con mayor déficit, el avance sería mayor.

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Fuente: Pauta, Martes 10 de julio de 2018

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