Miércoles, Noviembre 20, 2024

Campaña “No más tag”

EL MERCURIO – Hace poco, el ministro de Hacienda se reunió con representantes del gremio de transporte, los cuales llevan días protestando mediante el bloqueo de rutas. Sus demandas incluyen reducir el valor del tag en un 80% y establecer una tarifa plana; derogar el requisito del pago de la deuda por ese concepto para renovar el permiso de circulación, eliminar las multas pasadas y reducir el valor de las tarifas para motocicletas. El Gobierno ya ha negociado con las concesionarias que el peaje no suba más que el IPC en el futuro, por lo que los conductores ya han recibido un beneficio importante. La pregunta es si resulta apropiado acoger estas otras peticiones.
El pago de un peaje por las autopistas concesionadas cumple varios objetivos. Desde luego, consigue financiar los proyectos a partir de los usuarios que se benefician de ellos, y no con los recursos de toda la sociedad. Además, disuade del uso del automóvil, pues eleva el costo del transporte privado en beneficio del público, lo que reduce la congestión, la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero. El uso de una tarifa diferenciada por hora acrecienta este efecto en los momentos de mayor congestión, la que se incrementaría con una tarifa más baja o inexistente. Hay así varias razones de política pública por las cuales el cobro del tag es apropiado, y una reducción como la que se demanda tendría un mal resultado, que se agravaría con un peaje plano. A su vez, eliminar el requisito de pago para la renovación del permiso de circulación aumentaría la morosidad: no parece fácil encontrar una sanción igualmente eficaz para el no pago y justamente ello explica que el gremio del transporte quiera eliminarla.
En cambio, sí parece posible considerar la idea de reducir las multas. Cuando estas corresponden a varias veces el valor de la deuda, su efecto es contraproducente, pues pueden poner a un conductor en una situación en que le sea imposible pagar. Además, dañan la imagen del sistema, al aparecer las multas como un negocio y no como un mecanismo para disuadir la evasión. Lo razonable sería exigir el pago de la deuda más el interés desde que se produjo la infracción, además de un monto para el municipio que realiza la cobranza. El incentivo a pagar seguiría siendo la obligatoriedad para conseguir el permiso de circulación.
En cuanto a las motocicletas, solo cuando el tráfico es muy lento pueden avanzar sin congestionar, al serpentear entre vehículos. Cuando el flujo es rápido, el espacio que utilizan es similar al de un automóvil, ya que, por seguridad, se desplazan por el medio de una pista y quien las sigue debe mantener una distancia prudente.
En rigor, “No más tag” es un movimiento que defiende los intereses de un grupo de presión aprovechando la actual situación de crisis social y movilización ciudadana. Supuestamente, una de las demandas de quienes participan en esta movilización es el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, todas las medidas que pide “No más tag” van en contra de ese objetivo, al incentivar la congestión y el uso de vehículos contaminantes.
Ver artículo
Fuente: El Mercurio, Lunes 11 de Noviembre de 2019

EL MERCURIO – Hace poco, el ministro de Hacienda se reunió con representantes del gremio de transporte, los cuales llevan días protestando mediante el bloqueo de rutas. Sus demandas incluyen reducir el valor del tag en un 80% y establecer una tarifa plana; derogar el requisito del pago de la deuda por ese concepto para renovar el permiso de circulación, eliminar las multas pasadas y reducir el valor de las tarifas para motocicletas. El Gobierno ya ha negociado con las concesionarias que el peaje no suba más que el IPC en el futuro, por lo que los conductores ya han recibido un beneficio importante. La pregunta es si resulta apropiado acoger estas otras peticiones.
El pago de un peaje por las autopistas concesionadas cumple varios objetivos. Desde luego, consigue financiar los proyectos a partir de los usuarios que se benefician de ellos, y no con los recursos de toda la sociedad. Además, disuade del uso del automóvil, pues eleva el costo del transporte privado en beneficio del público, lo que reduce la congestión, la contaminación y la emisión de gases de efecto invernadero. El uso de una tarifa diferenciada por hora acrecienta este efecto en los momentos de mayor congestión, la que se incrementaría con una tarifa más baja o inexistente. Hay así varias razones de política pública por las cuales el cobro del tag es apropiado, y una reducción como la que se demanda tendría un mal resultado, que se agravaría con un peaje plano. A su vez, eliminar el requisito de pago para la renovación del permiso de circulación aumentaría la morosidad: no parece fácil encontrar una sanción igualmente eficaz para el no pago y justamente ello explica que el gremio del transporte quiera eliminarla.
En cambio, sí parece posible considerar la idea de reducir las multas. Cuando estas corresponden a varias veces el valor de la deuda, su efecto es contraproducente, pues pueden poner a un conductor en una situación en que le sea imposible pagar. Además, dañan la imagen del sistema, al aparecer las multas como un negocio y no como un mecanismo para disuadir la evasión. Lo razonable sería exigir el pago de la deuda más el interés desde que se produjo la infracción, además de un monto para el municipio que realiza la cobranza. El incentivo a pagar seguiría siendo la obligatoriedad para conseguir el permiso de circulación.
En cuanto a las motocicletas, solo cuando el tráfico es muy lento pueden avanzar sin congestionar, al serpentear entre vehículos. Cuando el flujo es rápido, el espacio que utilizan es similar al de un automóvil, ya que, por seguridad, se desplazan por el medio de una pista y quien las sigue debe mantener una distancia prudente.
En rigor, “No más tag” es un movimiento que defiende los intereses de un grupo de presión aprovechando la actual situación de crisis social y movilización ciudadana. Supuestamente, una de las demandas de quienes participan en esta movilización es el cuidado del medio ambiente. Sin embargo, todas las medidas que pide “No más tag” van en contra de ese objetivo, al incentivar la congestión y el uso de vehículos contaminantes.
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Fuente: El Mercurio, Lunes 11 de Noviembre de 2019

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