EL MERCURIO – La pandemia ha sido un período complejo para las empresas proveedoras de internet. Su tráfico ha subido en forma extrema, y es notable que en general hayan podido enfrentar la mayor demanda sin que su servicio haya colapsado. Esto es importante, porque gran parte de la actividad de los ciudadanos, tanto en su trabajo como en educación, compras o entretención, se ha volcado a la red, pasando a ser una necesidad prioritaria.
Pese a ello, la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) ha estado cursando multas a las principales firmas del sector debido a deficiencias en la calidad del servicio. En general, se trataría de problemas puntuales, pero no sistémicos, causados por el aumento en la demanda y tal vez por la congestión en la componente móvil de sus servicios. Un exceso de demanda (por ejemplo, en horario laboral y de clases) puede copar la capacidad de una compañía en una determinada zona, pues esta se calcula a partir de criterios que suponen que no todos los usuarios estarán conectados al mismo tiempo. Con todo, puede haber eventualmente otras situaciones que conviene observar.
Así, por ejemplo, en el caso de una de las firmas que acumula más reclamos, la Subtel sostiene que la capacidad contratada en sus enlaces internacionales y nacionales no se condice con los requerimientos totales de sus clientes. La firma ha contestado haciendo ver sus esfuerzos para responder al aumento en la demanda a que se ha visto enfrentada. De hecho, ha incrementado su dotación de personal en terreno y adelantado inversiones.
Sin embargo, parece haber otros dos factores que podrían explicar la insatisfacción de los clientes con algunas de las compañías. Un primer grupo de dificultades se vincularía a problemas de configuración que estarían produciendo cortes de servicio, los que, si bien son de corta duración, desconectan a los usuarios de aplicaciones interactivas, como las utilizadas por estudiantes en clase o por trabajadores. Aunque estos pueden reconectarse al poco tiempo, tales interrupciones suponen un importante costo para ellos.
Un segundo grupo de problemas parece vincularse al deterioro de los cables coaxiales utilizados en la última milla de gran parte de la red, los que deben ser reemplazados por fibra óptica para proveer un mejor servicio. La situación sugiere que algunas empresas han optado por una estrategia de recambio lenta, tratando de compensar esta deficiencia mediante un aumento en su personal de terreno para resolver rápidamente las fallas. El problema es que ello no necesariamente aminora el daño que sufren los afectados, por ejemplo, si se trata de estudiantes que pierden una clase o de empleados que quedan impedidos de participar en una reunión.
Si se revisa las tasas de inversión en propiedades y equipos, no parecen muy distintas entre empresas que registran alto número de reclamos y otras cuyos usuarios se muestran más satisfechos. La diferencia podría estar dada por el hecho de que algunas de las firmas parecen haber privilegiado expandir su red óptica a nuevos clientes y en cambio renovar los cables coaxiales solo cuando la tasa de fallas ha sido alta, lo que podría explicar las deficiencias que hoy, en situación de alta exigencia, se advierten. Ello parece confirmar la idea de que existe una competencia limitada en algunos mercados, cuyas consecuencias son las que ahora se observan.
Fuente: El Mercurio, Miércoles 19 de Agosto de 2020
Calidad de internet
EL MERCURIO – La pandemia ha sido un período complejo para las empresas proveedoras de internet. Su tráfico ha subido en forma extrema, y es notable que en general hayan podido enfrentar la mayor demanda sin que su servicio haya colapsado. Esto es importante, porque gran parte de la actividad de los ciudadanos, tanto en su trabajo como en educación, compras o entretención, se ha volcado a la red, pasando a ser una necesidad prioritaria.
Pese a ello, la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) ha estado cursando multas a las principales firmas del sector debido a deficiencias en la calidad del servicio. En general, se trataría de problemas puntuales, pero no sistémicos, causados por el aumento en la demanda y tal vez por la congestión en la componente móvil de sus servicios. Un exceso de demanda (por ejemplo, en horario laboral y de clases) puede copar la capacidad de una compañía en una determinada zona, pues esta se calcula a partir de criterios que suponen que no todos los usuarios estarán conectados al mismo tiempo. Con todo, puede haber eventualmente otras situaciones que conviene observar.
Así, por ejemplo, en el caso de una de las firmas que acumula más reclamos, la Subtel sostiene que la capacidad contratada en sus enlaces internacionales y nacionales no se condice con los requerimientos totales de sus clientes. La firma ha contestado haciendo ver sus esfuerzos para responder al aumento en la demanda a que se ha visto enfrentada. De hecho, ha incrementado su dotación de personal en terreno y adelantado inversiones.
Sin embargo, parece haber otros dos factores que podrían explicar la insatisfacción de los clientes con algunas de las compañías. Un primer grupo de dificultades se vincularía a problemas de configuración que estarían produciendo cortes de servicio, los que, si bien son de corta duración, desconectan a los usuarios de aplicaciones interactivas, como las utilizadas por estudiantes en clase o por trabajadores. Aunque estos pueden reconectarse al poco tiempo, tales interrupciones suponen un importante costo para ellos.
Un segundo grupo de problemas parece vincularse al deterioro de los cables coaxiales utilizados en la última milla de gran parte de la red, los que deben ser reemplazados por fibra óptica para proveer un mejor servicio. La situación sugiere que algunas empresas han optado por una estrategia de recambio lenta, tratando de compensar esta deficiencia mediante un aumento en su personal de terreno para resolver rápidamente las fallas. El problema es que ello no necesariamente aminora el daño que sufren los afectados, por ejemplo, si se trata de estudiantes que pierden una clase o de empleados que quedan impedidos de participar en una reunión.
Si se revisa las tasas de inversión en propiedades y equipos, no parecen muy distintas entre empresas que registran alto número de reclamos y otras cuyos usuarios se muestran más satisfechos. La diferencia podría estar dada por el hecho de que algunas de las firmas parecen haber privilegiado expandir su red óptica a nuevos clientes y en cambio renovar los cables coaxiales solo cuando la tasa de fallas ha sido alta, lo que podría explicar las deficiencias que hoy, en situación de alta exigencia, se advierten. Ello parece confirmar la idea de que existe una competencia limitada en algunos mercados, cuyas consecuencias son las que ahora se observan.
Fuente: El Mercurio, Miércoles 19 de Agosto de 2020