MUNDO MARÍTIMO – Investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) analizaron cómo Argentina, Bolivia, Costa Rica, Chile, Jamaica y Perú invirtieron en energía, transporte, telecomunicaciones, agua y saneamiento. Su trabajo concluyó que, en promedio, no invertir en nueva infraestructura costaba a los seis países aproximadamente 15 puntos porcentuales de crecimiento si las brechas persisten durante 10 años. En números simples, esto equivale a una pérdida aproximada de US$900.000 millones para toda la región.
“Descubrimos que la productividad laboral en la agricultura, por ejemplo, se beneficiaría de las inversiones en los tres sectores relacionados con la infraestructura: transporte, energía y construcción”, dijo Eduardo Cavallo, uno de los coordinadores del informe macroeconómico y economista del BID, tras el estudio sobre cómo el transporte, la energía y la construcción afectan la productividad laboral en la industria, el comercio o los sectores agrícolas en unos 70 países.
Un aumento del 1% en la productividad del transporte aumentaría la productividad agrícola en un 1,2%, mientras que un incremento del 1% en la productividad de los servicios públicos elevaría la productividad agrícola en sólo un 0,5%, según la investigación del BID.
Un productor de aguacates (paltas) en México se beneficiaría tanto de mejores caminos como de energía más barata, pero ganaría más con mejores carreteras. “En resumen, las inversiones en el sector de servicios públicos ayudan a que la agricultura y la minería sean más productivas a largo plazo”, afirmó Alejandro Izquierdo, quien ha estado trabajando en el área de infraestructura en el BID.
Inversión en transporte
Según el investigador, las inversiones en transporte son particularmente útiles para la agricultura. Ahora, el equipo del BID está explorando si los datos agregados obtenidos de muchos países también se aplican a un país específico, dadas sus características únicas. “La evidencia a nivel sectorial de nuestra muestra mundial proporciona una hoja de ruta en cuanto a qué inversiones en infraestructura son mejores para qué sectores económicos”, comentó Izquierdo.
El siguiente paso es contrastar esta evidencia con los datos específicos del país para confirmar que las asignaciones de inversión son correctas. “Por eso ahora estamos realizando estudios de casos piloto, como en Argentina, para idear estrategias de inversión en infraestructura bien fundadas”, añadió Izquierdo.
En este escenario, los planes de inversión pública de un país, debieran estar alineados con los hallazgos de los estudios. “En tiempos de presupuestos ajustados, cada dólar de inversión cuenta”, indicó.
Según los especialistas del BID, si los países incrementaran la inversión en infraestructura para cerrar las brechas con los países desarrollados agrupados en la OCDE, el crecimiento de la productividad en toda la economía podría aumentar en un 75% con respecto al promedio histórico.
Esto significa que el ingreso per cápita de la región podría duplicarse en casi la mitad del tiempo y de paso asegurar el crecimiento, aun cuando las recesiones y las dificultades económicas son cada vez más recurrentes en América Latina, concluyeron los investigadores.
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Fuente: Mundo Marítimo, lunes 6 de Mayo de 2019
BID: falta de infraestructura en transporte afectaría especialmente a la agricultura en América Latina
MUNDO MARÍTIMO – Investigadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) analizaron cómo Argentina, Bolivia, Costa Rica, Chile, Jamaica y Perú invirtieron en energía, transporte, telecomunicaciones, agua y saneamiento. Su trabajo concluyó que, en promedio, no invertir en nueva infraestructura costaba a los seis países aproximadamente 15 puntos porcentuales de crecimiento si las brechas persisten durante 10 años. En números simples, esto equivale a una pérdida aproximada de US$900.000 millones para toda la región.
“Descubrimos que la productividad laboral en la agricultura, por ejemplo, se beneficiaría de las inversiones en los tres sectores relacionados con la infraestructura: transporte, energía y construcción”, dijo Eduardo Cavallo, uno de los coordinadores del informe macroeconómico y economista del BID, tras el estudio sobre cómo el transporte, la energía y la construcción afectan la productividad laboral en la industria, el comercio o los sectores agrícolas en unos 70 países.
Un aumento del 1% en la productividad del transporte aumentaría la productividad agrícola en un 1,2%, mientras que un incremento del 1% en la productividad de los servicios públicos elevaría la productividad agrícola en sólo un 0,5%, según la investigación del BID.
Un productor de aguacates (paltas) en México se beneficiaría tanto de mejores caminos como de energía más barata, pero ganaría más con mejores carreteras. “En resumen, las inversiones en el sector de servicios públicos ayudan a que la agricultura y la minería sean más productivas a largo plazo”, afirmó Alejandro Izquierdo, quien ha estado trabajando en el área de infraestructura en el BID.
Inversión en transporte
Según el investigador, las inversiones en transporte son particularmente útiles para la agricultura. Ahora, el equipo del BID está explorando si los datos agregados obtenidos de muchos países también se aplican a un país específico, dadas sus características únicas. “La evidencia a nivel sectorial de nuestra muestra mundial proporciona una hoja de ruta en cuanto a qué inversiones en infraestructura son mejores para qué sectores económicos”, comentó Izquierdo.
El siguiente paso es contrastar esta evidencia con los datos específicos del país para confirmar que las asignaciones de inversión son correctas. “Por eso ahora estamos realizando estudios de casos piloto, como en Argentina, para idear estrategias de inversión en infraestructura bien fundadas”, añadió Izquierdo.
En este escenario, los planes de inversión pública de un país, debieran estar alineados con los hallazgos de los estudios. “En tiempos de presupuestos ajustados, cada dólar de inversión cuenta”, indicó.
Según los especialistas del BID, si los países incrementaran la inversión en infraestructura para cerrar las brechas con los países desarrollados agrupados en la OCDE, el crecimiento de la productividad en toda la economía podría aumentar en un 75% con respecto al promedio histórico.
Esto significa que el ingreso per cápita de la región podría duplicarse en casi la mitad del tiempo y de paso asegurar el crecimiento, aun cuando las recesiones y las dificultades económicas son cada vez más recurrentes en América Latina, concluyeron los investigadores.
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Fuente: Mundo Marítimo, lunes 6 de Mayo de 2019