Lunes, Noviembre 25, 2024

El Banco Central frente a la crisis del coronavirus

LA TERCERA – Las medidas que está tomando el mundo respecto al contagio económico del coronavirus, parecen ir en la dirección correcta. Los gobiernos del mundo han ido dimensionando los duros efectos que puede tener sobre la economía global la virtual paralización en la que se encuentran varios países que buscan contener el contagio de la pandemia y evitar que cobre más vidas humanas.

La FED en Estados Unidos tomó la delantera y anunció -después de una reunión extraordinaria el fin de semana pasado- que rebajaría la tasa de política monetaria a un rango entre 0% y 0,25%. Además, anunció una inyección monetaria al mercado de US$ 700 mil millones, lo que implica el mayor estímulo desde la crisis subprime y lo que grafica con creces el riesgo que prevé el organismo norteamericano. En contraste, el Banco Central Europeo aparece algo más rezagado en relación a medidas para paliar la crisis, porque pese a tomar algunas medidas para apoyar a la zona euro, sus autoridades han dado señales equívocas respecto al rol que deben jugar las economías locales para enfrentar los efectos económicos de la pandemia, posiblemente por el escaso margen de maniobra que tiene en materia monetaria.

En este contexto el Banco Central de Chile se reunió de emergencia este lunes y anunció -en decisión que dividió al Consejo- que rebajaría la tasa de política monetaria (TPM) en 75 puntos base, hasta 1%. Además, el Consejo decidió adoptar una serie de medidas para asegurar el normal funcionamiento de los mercados de crédito y una transmisión efectiva del mayor impulso monetario. La nota de alerta que puso el Banco Central en su comunicado revela la profundidad con la que evalúan la magnitud de la crisis, ya que alertaron que las señales disponibles “sugieren que los impactos en las ventas y flujos de caja de las empresas afectadas podrían ser significativos, en particular para pequeñas y medianas empresas”.

Esta positiva reacción, sincronizada con otros bancos centrales en el mundo, puede ayudar a mitigar los severos efectos de segunda vuelta que puede tener una eventual crisis económica internacional. Garantizar la liquidez y evitar restricciones crediticias innecesarias debe ser el principal foco en momentos de crisis, para evitar que el sistema financiero se convierta en un amplificador de eventos económicos disruptivos. Esta reacción decidida tiene una contrapartida de corto plazo, cuyos efectos podrían llevar a la inflación interanual por sobre el rango meta definido por el Banco Central por algunos meses. Esta es una externalidad necesaria de asumir para intentar evitar que la desaceleración que traía la economía derivara rápidamente en una recesión.
El turno ahora recae en Hacienda. El gobierno avanza por una delgada línea fiscal, luego de que comprometiera un elevado crecimiento del gasto para mitigar los efectos del estallido social. Sin mucho espacio, debe comprometer un paquete de medidas que reactive al sector privado, sin caer en excesos que lo expongan a la irresponsabilidad en materia de gasto público. Porque lo que no es aceptable es que la meta fiscal vuelva a abandonarse otra vez más.
Fuente: La Tercera, Martes 17 de Marzo de 2020

LA TERCERA – Las medidas que está tomando el mundo respecto al contagio económico del coronavirus, parecen ir en la dirección correcta. Los gobiernos del mundo han ido dimensionando los duros efectos que puede tener sobre la economía global la virtual paralización en la que se encuentran varios países que buscan contener el contagio de la pandemia y evitar que cobre más vidas humanas.

La FED en Estados Unidos tomó la delantera y anunció -después de una reunión extraordinaria el fin de semana pasado- que rebajaría la tasa de política monetaria a un rango entre 0% y 0,25%. Además, anunció una inyección monetaria al mercado de US$ 700 mil millones, lo que implica el mayor estímulo desde la crisis subprime y lo que grafica con creces el riesgo que prevé el organismo norteamericano. En contraste, el Banco Central Europeo aparece algo más rezagado en relación a medidas para paliar la crisis, porque pese a tomar algunas medidas para apoyar a la zona euro, sus autoridades han dado señales equívocas respecto al rol que deben jugar las economías locales para enfrentar los efectos económicos de la pandemia, posiblemente por el escaso margen de maniobra que tiene en materia monetaria.

En este contexto el Banco Central de Chile se reunió de emergencia este lunes y anunció -en decisión que dividió al Consejo- que rebajaría la tasa de política monetaria (TPM) en 75 puntos base, hasta 1%. Además, el Consejo decidió adoptar una serie de medidas para asegurar el normal funcionamiento de los mercados de crédito y una transmisión efectiva del mayor impulso monetario. La nota de alerta que puso el Banco Central en su comunicado revela la profundidad con la que evalúan la magnitud de la crisis, ya que alertaron que las señales disponibles “sugieren que los impactos en las ventas y flujos de caja de las empresas afectadas podrían ser significativos, en particular para pequeñas y medianas empresas”.

Esta positiva reacción, sincronizada con otros bancos centrales en el mundo, puede ayudar a mitigar los severos efectos de segunda vuelta que puede tener una eventual crisis económica internacional. Garantizar la liquidez y evitar restricciones crediticias innecesarias debe ser el principal foco en momentos de crisis, para evitar que el sistema financiero se convierta en un amplificador de eventos económicos disruptivos. Esta reacción decidida tiene una contrapartida de corto plazo, cuyos efectos podrían llevar a la inflación interanual por sobre el rango meta definido por el Banco Central por algunos meses. Esta es una externalidad necesaria de asumir para intentar evitar que la desaceleración que traía la economía derivara rápidamente en una recesión.
El turno ahora recae en Hacienda. El gobierno avanza por una delgada línea fiscal, luego de que comprometiera un elevado crecimiento del gasto para mitigar los efectos del estallido social. Sin mucho espacio, debe comprometer un paquete de medidas que reactive al sector privado, sin caer en excesos que lo expongan a la irresponsabilidad en materia de gasto público. Porque lo que no es aceptable es que la meta fiscal vuelva a abandonarse otra vez más.
Fuente: La Tercera, Martes 17 de Marzo de 2020

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