EL SUR – Autoridades han anunciado que el año 2019 aumentará en cerca de 20 kilómetros la red de ciclovías en la región, con lo que cuando estos proyectos estén ejecutados se totalizarán 40 kilómetros de vías exclusivas para los ciclistas. Las obras se efectuarán en San Pedro de la Paz, Cabrero, Los Angeles, Hualpén, que ya cuentan con financiamiento, mientras las de Talcahuano, Chillán y Chiguayante esperan los fondos que deberán asignarse en el presupuesto para 2019.
El seremi de Vivienda y Urbanismo, Emilio Armstrong, ha dicho que se trata de proyectos exclusivos para ciclovías y otros, en corredores del transporte, incluyen una vía para ciclistas, como la construcción del tramo 3 y 4A del corredor Hualpén-Talcahuano que, demás de segregar buses y autos particulares, también ofrece la alternativa de una ciclobanda de alto estándar. Estará a la altura de la calzada o en bandejones centrales, tendrá un ancho de 2 metros en el caso de las bidireccionales y 1.8 metros en las unidireccionales.
La Región ha mostrado, al igual que el resto del país, un explosivo aumento del parque automotor, por lo cual la congestión de las calles es evidente. Por ello, hay que hacer más eficientes los servicios de apoyo, que no se han desarrollado al mismo ritmo del despegue demográfico e inmobiliario de las ciudades.
Las calles se hacen insuficientes para enfrentar el crecimiento vehicular y esto se traduce en congestión, de manera que hay sectores que quedan estrangulados, como ocurre en San Pedro de la Paz yen Las Lomas, entre otros. Asimismo, el centro comercial penquista tiene una infraestructura y una tradición que es indispensable potenciar, pero a la vez muestra los signos evidentes de la saturación del tránsito.
Para que las ciudades funcionen bien, hay que ir limitando en forma paulatina el espacio del automovilista privado y dar mayor capacidad al transporte público y a sistemas menos contaminantes, como la bicicleta. Pero a la vez hay que tener una movilización colectiva de mayor calidad, para que los tiempos de viaje se acorten y la gente pueda optar por los buses o el Biotrén, de forma integrada.
En ese sentido, han hecho bien las autoridades al establecer vías exclusivas para los buses y crear una red de ciclovías, porque se aprecia un marcado crecimiento en el uso de la bicicleta, que permite descongestionar las calles, no contamina y genera beneficios directos para la salud y la calidad de vida de sus usuarios. Durante los últimos años en la Región del Biobío se ha construido una extensa red de bandas para bicicletas, que han permitido ir avanzando en esa segregación del tránsito. Pese a ello, ciclistas denuncian que son amenazados por automóviles que circulan velozmente por las calles, provocando un aumento de los accidentes de tránsito, y que para evitar estas situaciones suben sus bicicletas a las veredas, desatando las quejas de los peatones que se ven pasados a llevar. A sus reclamos se suman los motociclistas, que protestan por el poco espacio que les deja el tránsito de buses y vehículos.
También los ciclistas expresan que las ciclovías en ocasiones son mal usadas por automovilistas que se estacionan sobre ellas, o por peatones que las obstruyen en las esquinas, cuando esperan el cambio de las luces del semáforo. Del mismo modo, señalan que hay pis-tas para bicicletas que se encuentran poco iluminadas, como la de Manuel Rodríguez, y otras que quedaron mal construidas, por lo que se inundan cuando llueve.
En abril de este año se promulgó la ley de convivencia de modos de transportes, que establece nuevas reglas para mejorar la seguridad y disminuir los accidentes en las calles y que comenzará a regir seis meses después de su publicación, con la idea de ordenar la circulación en las vías públicas, que por estos días genera situaciones de conflicto. Sin embargo, lo que importa ahora es que los distintos participantes vayan asumiendo desde ya la cultura del respeto a los demás actores.
Fuente: El Sur, Martes 24 de julio de 2018