IAGUA – Almar Water Solutions cuenta con un alto compromiso con la calidad, la innovación y la sostenibilidad. Produce agua a través de nuevas fuentes de agua no convencionales como la desalación, desarrollando infraestructuras sostenibles y eficientes que respetan el medioambiente y permanecen operativas durante más tiempo.
Arantxa Mencía, directora global de desarrollo de negocio en Almar Water Solutions, nos habla en esta entrevista sobre el panorama a nivel mundial del sector de la desalinización, sobre la necesidad de apostar por las fuentes de agua no convencionales y dónde se sitúa la compañía en este ámbito.
¿Por qué es importante apostar por los recursos de agua no convencionales como la desalación?
Las fuentes de agua dulce son escasas, y muchas de ellas, debido a la mano del hombre y el cambio climático, están deterioradas y/o contaminadas. El 97% del agua del planeta es agua salada, por tanto, existe una gran oportunidad en la tecnología de desalación para dotar de agua limpia y fresca para sus distintos usos: doméstico, agrícola o industrial.
El aumento de la población, el desarrollo económico e industrial y el cambio climático hacen más que necesaria la desalación. Si seguimos extrayendo agua dulce al ritmo actual, pronto nos encontraremos con un agotamiento generalizado de las fuentes naturales de agua, que ya es una realidad en ciertas zonas del planeta. La desalación se presenta como un alternativa real y viable a los problemas de abastecimiento, a la par que suponen un respiro para el medioambiente.
En Almar Water Solutions apostamos por esta tecnología, junto con la reutilización, para cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y conseguir agua para todos.
¿Podría hablarme de la experiencia y las principales cifras en desalación de la compañía?
Almar Water Solutions y su equipo tienen una gran experiencia en este sector. Todos hemos trabajado en grandes multinacionales del sector del agua y hemos desarrollado proyectos en diversidad de países y regiones. Conocemos bien el mercado y su regulación, y estamos a la vanguardia en cuanto a tecnología y esquemas de proyecto.
“Almar Water Solutions y su equipo tienen una gran experiencia en este sector”
Actualmente contamos con la desaladora de Shuqaiq 3 que tiene una capacidad nominal de 450.000 metros cúbicos diarios de producción. También contamos con plantas más pequeñas en Latinoamérica y Norte de África que van desde 75 metros cúbicos diarios a 35.000. No llevamos muchos años como empresa, pero llevamos un ritmo de trabajo y de adjudicación de proyectos muy bueno. Esperamos ampliar estas cifras próximamente.
¿Cuáles son los proyectos más importantes que tienen ahora mismo en este ámbito?
Nuestro proyecto más emblemático es Shuqaiq 3, en la provincia de Jizan en Arabia Saudí. Esta planta desaladora utiliza tecnología de ósmosis inversa y ha sido diseñada para obtener una alta eficiencia energética. Además de ser una de las mayores plantas desaladoras del país y del mundo, que dará servicio a una población de casi cuatro millones de personas, lo increíble de este proyecto ha sido la época en la que se ha desarrollado. Pese a la pandemia de la COVID-19 y los inconvenientes en viajes, logística y proveedores, este proyecto no ha sufrido retrasos. Se han cumplido todos los plazos y se ha puesto en marcha en la fecha acordada. Estamos muy orgullosos de cómo se ha desarrollado todo.
Por otro lado, contamos con plantas de desalación más pequeñas en Latinoamérica y Norte de África, que sobre todo dan servicio a clientes industriales y al sector de servicios/turismo. Son proyectos más pequeños, pero igual de importantes, pues producen agua para llevar a cabo los procesos productivos de muchas empresas y sus actividades, que de otra manera no sería posible.
¿Cuáles son las últimas innovaciones en el sector de desalinización del agua?
En innovación podemos hablar de tecnología, donde las membranas están siendo el campo donde más se ha progresado. Cada vez existen membranas más eficientes y cuya durabilidad es mayor. Por otro lado, las energías renovables junto con los procesos de desalación son el otro punto a destacar, ya que soluciona uno de los problemas habituales en la desalación, que es conseguir suministro eléctrico continuado y económico, que haga viable el proceso de desalación.
Conseguir hacer proyectos más sostenibles y ahorrar en costes son dos puntos clave en la industria. El coste energético de las plantas de desalación ha sido la cuestión más crítica de estos proyectos, y ya se han alcanzado grandes avances en este campo.
Bajo su punto de vista, ¿cómo ve el panorama actual de la desalación a nivel mundial? ¿Y concretamente en España?
A nivel mundial, Oriente Medio está a la cabeza en cuanto a proyectos y capacidad. En esta región, donde el agua es tan escasa, la desalación está siendo el motor principal para el desarrollo de su economía y para hacer frente a las actividades diarias de su población. Creen firmemente en la tecnología y en la profesionalidad de las empresas del sector. Creo que esta zona seguirá apostando por la desalación en los próximos años.
Asimismo, Estados Unidos también seguirá creciendo en este sector, debido a las grandes sequías que sufre la costa oeste, y el Norte de África debido al incremento en la demanda y el cambio climático, sobre todo liderado por Egipto, Marruecos y Argelia.
En Latinoamérica, principalmente en Perú y Chile, la desalación está muy enfocada a la actividad minera e industrial, por lo que también hay y habrá gran actividad en la región, ya que existe una necesidad urgente de liberar los recursos hídricos existentes para el consumo de la población y usar fuentes de agua no convencional para el uso industrial, minero y hasta para las grandes inversiones en agricultura que se están ejecutando en la zona.
En España hemos sido pioneros en la desalación, puesto que somos un país seco y muy agrícola. En la actualidad la mayor parte de las grandes desaladoras están en operación, aunque no al total de su capacidad. Pero sí es verdad que no se esperan grandes cambios en cuanto a nuevos desarrollos. Lo que sí se necesitaría es actualizar las plantas existentes a las nuevas tecnologías y, sobre todo, utilizar las energías renovables en las mismas, para abaratar el costo del agua producida en las plantas existentes.
Fuente: iAgua, Lunes 4 de Abril de 2022