Miércoles, Octubre 30, 2024

Ante la sequía, la urgencia es todo

DIARIO FINANCIERO – Esta semana se conoció el primer informe de la Mesa Nacional del Agua, que luego de cuatro meses de análisis ha planteado una estrategia ordenada en torno a tres grandes desafíos y 12 ejes temáticos, junto con un cronograma de trabajo para 2020. Este es un esfuerzo valioso de “diagnóstico y tratamiento” que sin duda servirá para orientar acciones hacia adelante, pero en vista de la severidad de esta crisis hídrica, tampoco hay duda de que aquello debe combinarse con un mayor sentido de urgencia y una aún más amplia gama de medidas en el corto plazo. Que eso será doblemente difícil en un año tan complejo en lo social, político y económico es evidente.
Desde el sector privado surgen iniciativas de efecto rápido que denotan el necesario sentido de urgencia que debe animar a todos los actores, como el compromiso de reducir su uso de agua en 10% de parte de las empresas que más consumen, especialmente en la Región Metropolitana. El anuncio de que minera Escondida dejará de extraer aguas subterráneas va en la misma línea, y otras empresas del sector contemplan ya sus propias medidas. El reciente llamado de la Sociedad Nacional de Agricultura y la Federación de Productores de Fruta de Chile a darle carácter de urgente al combate a la sequía se suma a la presión por una agilidad poco habitual de parte del estado y sus instituciones.
En entrevista con este diario, por ejemplo, un representante del gremio de la reutilización de aguas planteaba las plantas desaladoras de pequeña escala podrían aliviar la escasez de agua en numerosas localidades de menor tamaño, pero someterlas a la misma tramitación que a las plantas grandes representa una barrera importante, en muchos casos insalvable. Y en carta a la directora publicada hace unos días, un lector hacía ver que si bien la Ley 21.075 permite la reutilización de aguas grises —lo que podría ser un paliativo a la sequía—, el respectivo reglamento se tramita hace dos años y no es posible instalar dichos sistemas.
La capacidad de respuesta del Estado será puesta a prueba muy duramente por esta crisis, más allá de cualquier esfuerzo que aporten los privados.
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Fuente: Diario Financiero,  Viernes 07 de Febrero de 2020

DIARIO FINANCIERO – Esta semana se conoció el primer informe de la Mesa Nacional del Agua, que luego de cuatro meses de análisis ha planteado una estrategia ordenada en torno a tres grandes desafíos y 12 ejes temáticos, junto con un cronograma de trabajo para 2020. Este es un esfuerzo valioso de “diagnóstico y tratamiento” que sin duda servirá para orientar acciones hacia adelante, pero en vista de la severidad de esta crisis hídrica, tampoco hay duda de que aquello debe combinarse con un mayor sentido de urgencia y una aún más amplia gama de medidas en el corto plazo. Que eso será doblemente difícil en un año tan complejo en lo social, político y económico es evidente.
Desde el sector privado surgen iniciativas de efecto rápido que denotan el necesario sentido de urgencia que debe animar a todos los actores, como el compromiso de reducir su uso de agua en 10% de parte de las empresas que más consumen, especialmente en la Región Metropolitana. El anuncio de que minera Escondida dejará de extraer aguas subterráneas va en la misma línea, y otras empresas del sector contemplan ya sus propias medidas. El reciente llamado de la Sociedad Nacional de Agricultura y la Federación de Productores de Fruta de Chile a darle carácter de urgente al combate a la sequía se suma a la presión por una agilidad poco habitual de parte del estado y sus instituciones.
En entrevista con este diario, por ejemplo, un representante del gremio de la reutilización de aguas planteaba las plantas desaladoras de pequeña escala podrían aliviar la escasez de agua en numerosas localidades de menor tamaño, pero someterlas a la misma tramitación que a las plantas grandes representa una barrera importante, en muchos casos insalvable. Y en carta a la directora publicada hace unos días, un lector hacía ver que si bien la Ley 21.075 permite la reutilización de aguas grises —lo que podría ser un paliativo a la sequía—, el respectivo reglamento se tramita hace dos años y no es posible instalar dichos sistemas.
La capacidad de respuesta del Estado será puesta a prueba muy duramente por esta crisis, más allá de cualquier esfuerzo que aporten los privados.
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Fuente: Diario Financiero,  Viernes 07 de Febrero de 2020

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