Lunes, Diciembre 23, 2024

Análisis a fondo de la CNP sobre la productividad en Chile: Se trata de “tener más tiempo libre”

EMOL – Este miércoles la Comisión Nacional de Productividad llevó a cabo su primera cuenta pública para detallar en qué se ha centrado su gestión desde su creación en 2015, además de entregar sus recomendaciones para el futuro.

Desde el año 2000 aproximadamente que la productividad en Chile se desaceleró. Con este dato arrancó este miércoles la primera cuenta pública de la Comisión Nacional de Productividad (CNP), entidad consultiva de carácter independiente que fue creada durante el 2015 y que asesora a los diversos gobiernos en materia de rendimiento.

La presentación estuvo a cargo del presidente de la CNP, Raphael Bergoeing, quien resaltó que la contribución de la productividad al crecimiento promedio anual ha sido de tan solo 0,1% en los últimos años, mientras que en la década de los noventa la cifra estuvo en torno a 2,3%.

Al relacionar estos datos con el tema del bienestar y la calidad de vida, el economista subrayó que “de haberse mantenido este ritmo, el país tendría un nivel de ingreso per cápita superior en un tercio al actual y, por ello, una calidad de vida mejor”.

“En los países más productivos las personas tienen acceso a más tiempo libre y a bienes más variados, de mejor calidad y a menores precios, los salarios reales son más altos, y el mayor ingreso permite, normalmente, financiar más y mejores servicios públicos. Además crecen sostenidamente protegiendo el medio ambiente, porque usan menos recursos naturales”, agregó.

De hecho, según Bergoeing, al comparar con países que han alcanzado el desarrollo, como es el caso de Alemania, en dicha nación “se produce por persona tres veces lo que producimos en Chile trabajando 550 horas menos al año (…) significan muchas semanas menos efectivas de trabajo”.

Tras ello, explicó que “en los países avanzados se trabaja menos horas que en los países menos avanzados, incluso uno como Chile que tienen ingreso medio alto, y muchas horas menos, por lo tanto, se libera tiempo para disfrutar, para educarse más, para compartir familia (…) para, en definitiva, hacer lo que uno quiera hacer”. Asimismo, aseguró que “la productividad es sobre tener más tiempo libre, no es sobre producir mejores tecnologías y menos empleo”.

Empresas

Otro aspecto importante al que se refirió tiene que ver con hallazgos emanados de los estudios realizados por la CNP. En ese sentido, comentó que las empresas grandes en Chile tienen mayores brechas de productividad respecto a sus pares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que las micro y pequeñas.

Según el titular de la CNP, a nivel empresarial, existe una brecha importante de productividad – valor agregado por trabajador – con los países desarrollados, pues en promedio, las empresas de países de la OCDE tienen una productividad casi tres veces mayor a las de las empresas chilenas. Y aunque durante los últimos diez años la productividad en Chile aumentó más entre las firmas de mayor tamaño, la mayor brecha de productividad con compañías de países de la OCDE se da entre las empresas grandes.

“En efecto, estas en países desarrollados son tres veces más productivas que las empresas grandes en Chile, mientras que las micro y pequeñas empresas de los países de la OCDE, muestran el doble de la productividad que sus pares chilenas”, apuntó Bergoeing.

Por otra parte, agregó que apenas el 5% de las empresas en Chile explican el grueso del crecimiento del empleo y productividad entre 2005 al 2015, y declaró que en el país “casi 90% de las ganancias de productividad durante la última década se explica por solo 5% de las empresas”.

Luego añadió que “estas empresas ‘gacelas‘ – cuyas ventas crecen sobre 20% anual por tres años o más-, explican por sí solas el 75% del crecimiento del empleo y el 88% del crecimiento de la productividad del periodo antes señalado. Esto evidencia el rol fundamental de la actividad económica, y la importancia, por tanto, de facilitar y promover el escalamiento de las empresas de menor tamaño”.

Una de las razones que explican este fenómeno, dice relación con la falta de competencia en mercados locales. En esa línea, Bergoeing enfatizó que “la OCDE ha destacado que el ambiente competitivo en Chile es débil, comparado con países más desarrollados, lo que se traduce en menores incentivos al emprendimiento y menor reasignación de recursos hacia empresas más eficientes (…) si hay menos competencia en un país, hay menos posibilidad de que avancemos en la elección de asumir riesgos”.

E indicó que esta situación, se ha generado, en parte, “por excesivas regulaciones que actúan como barrera al desarrollo”, como por ejemplo, las restricciones al cabotaje marítimo internacional. Con todo, valoró avances recientes como una reducción en los costos para iniciar emprender con una nueva empresa, la nueva ley de quiebras y reformas a leyes de libre competencia.

Desafíos para el Estado

En cuanto a los desafíos que se plantean para el Estado, el economista advirtió que “Chile no cuenta con un sistema regulatorio de calidad, entendido como uno eficaz, eficiente y coherente para el desarrollo de inversiones”.

Considerando lo anterior, recalcó que una recomendaciones estructurales de la CNP es cambiar la forma en que se definen, diseñan y evalúan las normas. “Esto incluye un proceso permanente de revisión de la regulación vigente, con activa participación del Estado y el sector privado, y crear una entidad enfocada en la calidad de las políticas públicas, con mandato de constante monitoreo y apoyo en el proceso de diseño e implementación de la nueva regulación”, aseveró.

Respecto a la realidad que enfrenta el país a raíz de la pandemia, el representante de la CNP deslizó la posibilidad de que una vez terminada la crisis sanitaria, Chile enfrente aprietos laborales, en términos de que sea difícil recuperar los empleos que actualmente no están disponibles.

“Hoy Chile produce lo mismo con un millón menos de personas trabajando. En los datos estamos siendo más productivos, pero por la razón equivocada, porque la gracia de ser más productivos, es producir más con menos horas trabajadas, no con menos empleo, sino incluyendo a todos los que quieran participar del mercado laboral”, explicó.

Luego, en materia tecnológica, sostuvo que sus avances “pueden significar que se produzca más con menos personas trabajando, y que en este punto hay un gran desafío: tomar esa posible realidad, hacer que esas tecnologías que están permitiendo que sustituyamos trabajo, se complementen con el mismo, y así terminar finalmente con más personas ocupadas”.

Pero remarcó que “esa situación no es azarosa, depende que se tomen las decisiones correctas ex ante. Hay un desafío mayor, que es la educación continua, la capacitación y los problemas que tiene Chile en esta materia”.

“La aceleración en la adopción de nuevas tecnologías, asociadas con el teletrabajo, la inteligencia artificial y la robótica, deberían generar oportunidades para mejorar la eficiencia agregada, aunque también representan un reto para la capacitación, de modo de complementar el trabajo para aprovecharlas”, agregó.

Impacto de la CNP

Finalmente, el experto se refirió a los aspectos más relevantes de los 17 estudios y cerca de 400 recomendaciones propuestas por la entidad durante los últimos años, como elevar la participación femenina en el mercado laboral, la priorización de listas de espera en recintos de salud y extensión del uso de pabellones, alternativas para mejorar la productividad en la minería, entre otras.

Durante la presentación, el presidente de la CNP comentó que un 44% de las sugerencias han sido acogidas, y concluyó “el hecho de que varias de nuestras recomendaciones hayan sido recogidas y consideradas, por distintos gobiernos, demuestra que la productividad es un tema transversal y de largo plazo, que está sobre el ciclo político partidista, y que puede acabar beneficiando a todos”.

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Fuente: Emol, Miércoles 25 de Agosto de 2021

EMOL – Este miércoles la Comisión Nacional de Productividad llevó a cabo su primera cuenta pública para detallar en qué se ha centrado su gestión desde su creación en 2015, además de entregar sus recomendaciones para el futuro.

Desde el año 2000 aproximadamente que la productividad en Chile se desaceleró. Con este dato arrancó este miércoles la primera cuenta pública de la Comisión Nacional de Productividad (CNP), entidad consultiva de carácter independiente que fue creada durante el 2015 y que asesora a los diversos gobiernos en materia de rendimiento.

La presentación estuvo a cargo del presidente de la CNP, Raphael Bergoeing, quien resaltó que la contribución de la productividad al crecimiento promedio anual ha sido de tan solo 0,1% en los últimos años, mientras que en la década de los noventa la cifra estuvo en torno a 2,3%.

Al relacionar estos datos con el tema del bienestar y la calidad de vida, el economista subrayó que “de haberse mantenido este ritmo, el país tendría un nivel de ingreso per cápita superior en un tercio al actual y, por ello, una calidad de vida mejor”.

“En los países más productivos las personas tienen acceso a más tiempo libre y a bienes más variados, de mejor calidad y a menores precios, los salarios reales son más altos, y el mayor ingreso permite, normalmente, financiar más y mejores servicios públicos. Además crecen sostenidamente protegiendo el medio ambiente, porque usan menos recursos naturales”, agregó.

De hecho, según Bergoeing, al comparar con países que han alcanzado el desarrollo, como es el caso de Alemania, en dicha nación “se produce por persona tres veces lo que producimos en Chile trabajando 550 horas menos al año (…) significan muchas semanas menos efectivas de trabajo”.

Tras ello, explicó que “en los países avanzados se trabaja menos horas que en los países menos avanzados, incluso uno como Chile que tienen ingreso medio alto, y muchas horas menos, por lo tanto, se libera tiempo para disfrutar, para educarse más, para compartir familia (…) para, en definitiva, hacer lo que uno quiera hacer”. Asimismo, aseguró que “la productividad es sobre tener más tiempo libre, no es sobre producir mejores tecnologías y menos empleo”.

Empresas

Otro aspecto importante al que se refirió tiene que ver con hallazgos emanados de los estudios realizados por la CNP. En ese sentido, comentó que las empresas grandes en Chile tienen mayores brechas de productividad respecto a sus pares de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que las micro y pequeñas.

Según el titular de la CNP, a nivel empresarial, existe una brecha importante de productividad – valor agregado por trabajador – con los países desarrollados, pues en promedio, las empresas de países de la OCDE tienen una productividad casi tres veces mayor a las de las empresas chilenas. Y aunque durante los últimos diez años la productividad en Chile aumentó más entre las firmas de mayor tamaño, la mayor brecha de productividad con compañías de países de la OCDE se da entre las empresas grandes.

“En efecto, estas en países desarrollados son tres veces más productivas que las empresas grandes en Chile, mientras que las micro y pequeñas empresas de los países de la OCDE, muestran el doble de la productividad que sus pares chilenas”, apuntó Bergoeing.

Por otra parte, agregó que apenas el 5% de las empresas en Chile explican el grueso del crecimiento del empleo y productividad entre 2005 al 2015, y declaró que en el país “casi 90% de las ganancias de productividad durante la última década se explica por solo 5% de las empresas”.

Luego añadió que “estas empresas ‘gacelas‘ – cuyas ventas crecen sobre 20% anual por tres años o más-, explican por sí solas el 75% del crecimiento del empleo y el 88% del crecimiento de la productividad del periodo antes señalado. Esto evidencia el rol fundamental de la actividad económica, y la importancia, por tanto, de facilitar y promover el escalamiento de las empresas de menor tamaño”.

Una de las razones que explican este fenómeno, dice relación con la falta de competencia en mercados locales. En esa línea, Bergoeing enfatizó que “la OCDE ha destacado que el ambiente competitivo en Chile es débil, comparado con países más desarrollados, lo que se traduce en menores incentivos al emprendimiento y menor reasignación de recursos hacia empresas más eficientes (…) si hay menos competencia en un país, hay menos posibilidad de que avancemos en la elección de asumir riesgos”.

E indicó que esta situación, se ha generado, en parte, “por excesivas regulaciones que actúan como barrera al desarrollo”, como por ejemplo, las restricciones al cabotaje marítimo internacional. Con todo, valoró avances recientes como una reducción en los costos para iniciar emprender con una nueva empresa, la nueva ley de quiebras y reformas a leyes de libre competencia.

Desafíos para el Estado

En cuanto a los desafíos que se plantean para el Estado, el economista advirtió que “Chile no cuenta con un sistema regulatorio de calidad, entendido como uno eficaz, eficiente y coherente para el desarrollo de inversiones”.

Considerando lo anterior, recalcó que una recomendaciones estructurales de la CNP es cambiar la forma en que se definen, diseñan y evalúan las normas. “Esto incluye un proceso permanente de revisión de la regulación vigente, con activa participación del Estado y el sector privado, y crear una entidad enfocada en la calidad de las políticas públicas, con mandato de constante monitoreo y apoyo en el proceso de diseño e implementación de la nueva regulación”, aseveró.

Respecto a la realidad que enfrenta el país a raíz de la pandemia, el representante de la CNP deslizó la posibilidad de que una vez terminada la crisis sanitaria, Chile enfrente aprietos laborales, en términos de que sea difícil recuperar los empleos que actualmente no están disponibles.

“Hoy Chile produce lo mismo con un millón menos de personas trabajando. En los datos estamos siendo más productivos, pero por la razón equivocada, porque la gracia de ser más productivos, es producir más con menos horas trabajadas, no con menos empleo, sino incluyendo a todos los que quieran participar del mercado laboral”, explicó.

Luego, en materia tecnológica, sostuvo que sus avances “pueden significar que se produzca más con menos personas trabajando, y que en este punto hay un gran desafío: tomar esa posible realidad, hacer que esas tecnologías que están permitiendo que sustituyamos trabajo, se complementen con el mismo, y así terminar finalmente con más personas ocupadas”.

Pero remarcó que “esa situación no es azarosa, depende que se tomen las decisiones correctas ex ante. Hay un desafío mayor, que es la educación continua, la capacitación y los problemas que tiene Chile en esta materia”.

“La aceleración en la adopción de nuevas tecnologías, asociadas con el teletrabajo, la inteligencia artificial y la robótica, deberían generar oportunidades para mejorar la eficiencia agregada, aunque también representan un reto para la capacitación, de modo de complementar el trabajo para aprovecharlas”, agregó.

Impacto de la CNP

Finalmente, el experto se refirió a los aspectos más relevantes de los 17 estudios y cerca de 400 recomendaciones propuestas por la entidad durante los últimos años, como elevar la participación femenina en el mercado laboral, la priorización de listas de espera en recintos de salud y extensión del uso de pabellones, alternativas para mejorar la productividad en la minería, entre otras.

Durante la presentación, el presidente de la CNP comentó que un 44% de las sugerencias han sido acogidas, y concluyó “el hecho de que varias de nuestras recomendaciones hayan sido recogidas y consideradas, por distintos gobiernos, demuestra que la productividad es un tema transversal y de largo plazo, que está sobre el ciclo político partidista, y que puede acabar beneficiando a todos”.

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Fuente: Emol, Miércoles 25 de Agosto de 2021

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