PAÍS CIRCULAR – El informe “Propuestas para el fortalecimiento de la gestión de la sequía en las comunas de Chile”, de la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH), entregó una serie de medidas a corto, mediano y largo plazo para contrarrestar los efectos de la escasez hídrica a nivel local. El documento releva la necesidad de propiciar alianzas multisectoriales para agilizar las medidas. Uno de esos ejemplos es la comuna de Panquehue, cuyo alcalde logró una alianza con el sector privado para construir un tranque que permitirá reutilizar las aguas en regadío y beneficiar a cerca de 60 pequeños agricultores de este sector del valle del Aconcagua.
Desde hace diez años, la comuna de Panquehue, en el valle del Aconcagua, cuenta con una planta de tratamiento de aguas servidas que le ha permitido trabajar a diario hasta con 2.000 millones de metros cúbicos del recurso hídrico. Sin embargo, el agua filtrada al ser vertida al cauce del río simplemente se perdía por falta de infraestructura o por evaporación durante el verano.
De ahí surgió la necesidad de construir un tranque que acumulara el agua que se perdía por el curso del Aconcagua. En efecto, tal embalse acaba de ser inaugurado en la comuna, y permitirá capturar más de 5.000 metros cúbicos de agua diariamente, que se reutilizarán para regadío en pequeños y medianos agricultores de este sector del país golpeado severamente por la sequía.
Panquehue es una de las siete iniciativas de gestión de recursos hídricos a nivel municipal que reseña el informe “Propuestas para el fortalecimiento de la gestión de la sequía en las comunas de Chile”, elaborado por la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH) y presentado en enero pasado. El documento entrega soluciones concretas a corto, mediano y largo plazo que pudieren adoptar los municipios asociados de la zona central del país.
Además del caso de Panquehue, el informe destaca otros casos en ejecución o terminados, como el de la Alianza Programa conjunto PNUD-Unión Europea para combatir la desertificación en la provincia de Cardenal Caro de la Región de O’Higgins (Navidad, La Estrella, Litueche, Marchigüe, Paredones y Pichilemu). “Los proyectos consisten en la implementación de sistemas de cosecha de aguas de lluvia, la instalación de biofiltros para reutilizar para el riego las aguas domésticas de duchas, lavamanos y lavadoras y la construcción de 8 atrapanieblas (horizontales y verticales) para captar agua”, cita el texto, que además cita a un tranque de uso comunitario como parte de las medidas.
El informe también destaca las dos plantas desalinizadoras municipales implementadas por la Municipalidad de La Ligua, además de las obras en curso para aprovechar el descubrimiento de un embalse subterráneo en la provincia de Petorca, que podría ofrecer una solución a la grave crisis hídrica de la zona, en que la sequía se conjuga con un modelo agroexportador que ha dejado sin provisión del recurso a la población más vulnerable.
Esta obra en ejecución, cuyo objetivo es recargar artificialmente las napas con lagunas de infiltración, “se implementó en colaboración con empresas privadas encargadas de purificar el agua; de lo contrario, almacenar agua contaminada podría costarle un daño irreversible al acuífero, que lo inhabilitara en su extracción”, dice el informe. Agrega que este proyecto podría ser perfectamente replicable en al menos 15 puntos más del país: Putaendo, Aconcagua, Mapocho (cuenca norte), Chacabuco, Polpaico, Pan de Azúcar, Mapocho – Maipo, Cachapoal, Copiapó, Lampa, Río Claro, Maule, Loncomilla, Azapa y Tierra Amarilla.
Alianzas público-privadas
El eje que cruza casi todos los ejemplos y de las propuestas en la asociatividad público-privada. El caso de Panquehue es ilustrativo al respecto. El tranque de reciente inauguración surgió fruto de esta alianza: por un lado, el municipio colocó a disposición el terreno y, por otra parte, los empresarios de la palta de la zona se dedicaron a las labores de construcción del embalse.
“Yo mandé a pedir un análisis de las aguas de la planta de tratamiento para saber si cumplíamos lo que exige el decreto 90 de salud, y ser reutilizadas en el riego. Lo cumplíamos a cabalidad. Así que hicimos el tranque a través de un convenio público-privado. Yo les dije a los grandes empresarios que debían tener un área social, donde se reflejara la comunidad, ya que es la comunidad la que les ha permitido tener éxitos en sus negocios. Me entendieron”, cuenta el alcalde de Panquehue, Luis Pradenas, miembro de la Comisión de Sequía de AMUCH.
La mesa hídrica de Panquehue, sin ir más lejos, está conformada por todos los actores locales: concejales, pequeños, medianos y grandes agricultores, APR, miembros de las cooperativas de agua y otras organizaciones. Así, con una comparecencia de un grupo variopinto de entidades territoriales, este proyecto permite regar entre 120 y 150 hectáreas cuyos propietarios son pequeños y medianos campesinos.
Según el alcalde Pradenas, este modelo agiliza la ejecución de unas obras que requieren celeridad para atacar lo que él prefiere llamar, lisa y llanamente, catástrofe. “Una vez invité al ministro de Obras Públicas, y él nos felicitó, porque reconoció que el ministerio se habría demorado dos años. Aquí hay que buscar las soluciones y uno tiene que tirarse a la piscina”, revela el jefe comunal, quien descarta las críticas que pudieran emanar a raíz esta alianza con la industria paltera, sindicada como responsable de agudizar la escasez hídrica de algunas comunas de la Región de Valparaíso.
“Ellos deben tener una línea social, donde se vea reflejado el beneficio a la comunidad. Podría ser replicado este modelo por los empresarios de la provincia de Petorca. Aquí hay que ser solidarios: métanse la mano en el bolsillo y salven a los pequeños agricultores”, invita Pradenas, quien también apeló a la vinculación privada para construir unos pozos de regadío en beneficio de los pequeños agricultores. El municipio, en este proyecto, adquirió un comodato por 50 años.
Reforma al Código de Aguas
Con base en las experiencias recogidas a lo largo del Chile central, las principales propuestas locales de gestión de recursos hídricos fueron articuladas en tres niveles dentro del informe: estructural (medidas que modifican el tejido de una economía, es decir, el marco institucional y regulatorio en el que operan las empresas y los particulares); no estructural (reformas que resuelven problemas específicos de las materias que, sin embargo, no realizan un cambio en el sistema económico o el marco institucional y regulatorio de la gestión hídrica); y mejoramiento del sistema (adaptación e implementación de técnicas de mejoramiento de los procesos y/o prácticas que, sin embargo, se mantienen dentro de las reglas del juego y no modifican ninguna regulación o marco institucional).
A su vez, el informe estableció una temporalidad para aplicar estas medidas: a corto, mediano y largo plazo. Entre el listado de propuestas de orden estructural a largo plazo figura la necesidad de trabajar en el estudio de plantas desalinizadoras, como las de La Ligua, para riego en las cuencas. “Cada cuenca es un sistema independiente. Es una alternativa que disminuye la vulnerabilidad frente a un solo gran sistema como Carretera Hídrica”, se lee en el documento.
A mediano y largo plazo, en tanto, el documento propone como solución estructural la construcción de embalses subterráneos en ríos de Chile y esteros mayores. “Permite asegurar el agua para los acuíferos”, reza el informe. Según éste, de 18 cuencas analizadas desde Arica y Parinacota hasta el Maule, ocho tienen potencial de recarga acuífera.
Para el gran desafío de diseñar y construir esta infraestructura es clave la participación de los privados, expresa Andrés Chacón, director ejecutivo de AMUCH y abogado que encabeza las reuniones interministeriales sobre este tema. “Lo que más destaca del informe es este vínculo público-privado. La velocidad del privado para construir infraestructura es muy diferente a la del Estado, que es más burocrático y más lento para la visación de recursos”, cuenta Chacón, quien también participó en la elaboración del informe sobre la gestión de la sequía en los gobiernos locales.
A juicio de Chacón, esta asociatividad es la “mejor receta”, en tanto el sector privado “está siendo afectado por la sequía, pero también es parte del problema”. A causa de esto, según el representante de AMUCH, es importante “involucrarlos en la solución del problema”, ya que “el privado está dispuesto a invertir en obras, pero la institucionalidad no se lo permite”.
Las medidas no estructurales
Entre las medidas de modernización no estructural en orden a ser ejecutadas en el corto plazo, el texto de AMUCH sugiere propiciar actividades de difusión y formación en gestión rural sostenible, de modo que los actores locales de cada territorio puedan replicar buenas prácticas a nivel internacional y mejorar el uso de tecnología para la agricultura.
Asimismo, el otro instrumento no estructural a corto plazo aboga por “mejorar el estado de la tierra y el manejo del ganado”, haciendo más eficiente “el uso de la lluvia y los nutrientes para aumentar la productividad del pasto y mover las cantidades de carbono y agua que se encuentra en la atmósfera, al suelo”.
En cuanto a las propuestas de mejoramiento del sistema, también a corto plazo, el documento recomienda realizar una modificación según decreto de fuerza de ley al Código de Aguas que rige actualmente, a efectos de fijar derechos de aprovechamiento de agua a los pequeños y medianos agricultores beneficiados por los APR, y no a las grandes industrias como ocurre en esta coyuntura. Adicionalmente, el documento pide a los municipios establecer ordenanzas en acuerdo con orientar el consumo y uso del agua en forma sustentable que habita el territorio, consciente de la situación actual del recurso hídrico que complejiza no sólo la producción, sino la calidad de vida de las personas”.
De acuerdo a Andrés Chacón, las medidas no pueden ser homogéneas, sino diversas en su desarrollo para cada cuenca afectada por la sequía. “Las acciones variarán si las localidades están cerca o no del borde costero. Hay lugares que tienen agua, pero no hay recursos para levantar esas medidas. En Tiltil, por ejemplo, los gobiernos llevan años haciendo estudios y aún no hay soluciones. Hay una burocracia excesiva”, postula Chacón, quien se encuentra actualmente en mesas de trabajo intentando facilitar estas soluciones a través de los ministerios del Interior, Obras Públicas y Agricultura.
Por último, Chacón destaca la trascendencia de las propuestas en su vinculación con la reducción de riesgos de desastres producto de la megasequía. “La sequía es un tema de riesgo local, hay que verlo así. Están totalmente unidos. Por eso es que algunas soluciones locales contemplan la construcción de piscinas para combatir eventuales incendios. Las viñas de Santa Cruz están implementando estas medidas colaborativas, que contemplan alianzas más robustas con CONAF, ONEMI y Bomberos. El incendio afecta tanto a la comunidad como a las viñas, por lo que es clave abordar este tema con una mirada más global”, cierra el director ejecutivo de AMUCH.
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Fuente: País Circular, Martes 04 de Febrero de 2020
AMUCH propone modelo de alianzas público-privadas para combatir la sequía en comunas con crisis hídrica
PAÍS CIRCULAR – El informe “Propuestas para el fortalecimiento de la gestión de la sequía en las comunas de Chile”, de la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH), entregó una serie de medidas a corto, mediano y largo plazo para contrarrestar los efectos de la escasez hídrica a nivel local. El documento releva la necesidad de propiciar alianzas multisectoriales para agilizar las medidas. Uno de esos ejemplos es la comuna de Panquehue, cuyo alcalde logró una alianza con el sector privado para construir un tranque que permitirá reutilizar las aguas en regadío y beneficiar a cerca de 60 pequeños agricultores de este sector del valle del Aconcagua.
Desde hace diez años, la comuna de Panquehue, en el valle del Aconcagua, cuenta con una planta de tratamiento de aguas servidas que le ha permitido trabajar a diario hasta con 2.000 millones de metros cúbicos del recurso hídrico. Sin embargo, el agua filtrada al ser vertida al cauce del río simplemente se perdía por falta de infraestructura o por evaporación durante el verano.
De ahí surgió la necesidad de construir un tranque que acumulara el agua que se perdía por el curso del Aconcagua. En efecto, tal embalse acaba de ser inaugurado en la comuna, y permitirá capturar más de 5.000 metros cúbicos de agua diariamente, que se reutilizarán para regadío en pequeños y medianos agricultores de este sector del país golpeado severamente por la sequía.
Panquehue es una de las siete iniciativas de gestión de recursos hídricos a nivel municipal que reseña el informe “Propuestas para el fortalecimiento de la gestión de la sequía en las comunas de Chile”, elaborado por la Asociación de Municipalidades de Chile (AMUCH) y presentado en enero pasado. El documento entrega soluciones concretas a corto, mediano y largo plazo que pudieren adoptar los municipios asociados de la zona central del país.
Además del caso de Panquehue, el informe destaca otros casos en ejecución o terminados, como el de la Alianza Programa conjunto PNUD-Unión Europea para combatir la desertificación en la provincia de Cardenal Caro de la Región de O’Higgins (Navidad, La Estrella, Litueche, Marchigüe, Paredones y Pichilemu). “Los proyectos consisten en la implementación de sistemas de cosecha de aguas de lluvia, la instalación de biofiltros para reutilizar para el riego las aguas domésticas de duchas, lavamanos y lavadoras y la construcción de 8 atrapanieblas (horizontales y verticales) para captar agua”, cita el texto, que además cita a un tranque de uso comunitario como parte de las medidas.
El informe también destaca las dos plantas desalinizadoras municipales implementadas por la Municipalidad de La Ligua, además de las obras en curso para aprovechar el descubrimiento de un embalse subterráneo en la provincia de Petorca, que podría ofrecer una solución a la grave crisis hídrica de la zona, en que la sequía se conjuga con un modelo agroexportador que ha dejado sin provisión del recurso a la población más vulnerable.
Esta obra en ejecución, cuyo objetivo es recargar artificialmente las napas con lagunas de infiltración, “se implementó en colaboración con empresas privadas encargadas de purificar el agua; de lo contrario, almacenar agua contaminada podría costarle un daño irreversible al acuífero, que lo inhabilitara en su extracción”, dice el informe. Agrega que este proyecto podría ser perfectamente replicable en al menos 15 puntos más del país: Putaendo, Aconcagua, Mapocho (cuenca norte), Chacabuco, Polpaico, Pan de Azúcar, Mapocho – Maipo, Cachapoal, Copiapó, Lampa, Río Claro, Maule, Loncomilla, Azapa y Tierra Amarilla.
Alianzas público-privadas
El eje que cruza casi todos los ejemplos y de las propuestas en la asociatividad público-privada. El caso de Panquehue es ilustrativo al respecto. El tranque de reciente inauguración surgió fruto de esta alianza: por un lado, el municipio colocó a disposición el terreno y, por otra parte, los empresarios de la palta de la zona se dedicaron a las labores de construcción del embalse.
“Yo mandé a pedir un análisis de las aguas de la planta de tratamiento para saber si cumplíamos lo que exige el decreto 90 de salud, y ser reutilizadas en el riego. Lo cumplíamos a cabalidad. Así que hicimos el tranque a través de un convenio público-privado. Yo les dije a los grandes empresarios que debían tener un área social, donde se reflejara la comunidad, ya que es la comunidad la que les ha permitido tener éxitos en sus negocios. Me entendieron”, cuenta el alcalde de Panquehue, Luis Pradenas, miembro de la Comisión de Sequía de AMUCH.
La mesa hídrica de Panquehue, sin ir más lejos, está conformada por todos los actores locales: concejales, pequeños, medianos y grandes agricultores, APR, miembros de las cooperativas de agua y otras organizaciones. Así, con una comparecencia de un grupo variopinto de entidades territoriales, este proyecto permite regar entre 120 y 150 hectáreas cuyos propietarios son pequeños y medianos campesinos.
Según el alcalde Pradenas, este modelo agiliza la ejecución de unas obras que requieren celeridad para atacar lo que él prefiere llamar, lisa y llanamente, catástrofe. “Una vez invité al ministro de Obras Públicas, y él nos felicitó, porque reconoció que el ministerio se habría demorado dos años. Aquí hay que buscar las soluciones y uno tiene que tirarse a la piscina”, revela el jefe comunal, quien descarta las críticas que pudieran emanar a raíz esta alianza con la industria paltera, sindicada como responsable de agudizar la escasez hídrica de algunas comunas de la Región de Valparaíso.
“Ellos deben tener una línea social, donde se vea reflejado el beneficio a la comunidad. Podría ser replicado este modelo por los empresarios de la provincia de Petorca. Aquí hay que ser solidarios: métanse la mano en el bolsillo y salven a los pequeños agricultores”, invita Pradenas, quien también apeló a la vinculación privada para construir unos pozos de regadío en beneficio de los pequeños agricultores. El municipio, en este proyecto, adquirió un comodato por 50 años.
Reforma al Código de Aguas
Con base en las experiencias recogidas a lo largo del Chile central, las principales propuestas locales de gestión de recursos hídricos fueron articuladas en tres niveles dentro del informe: estructural (medidas que modifican el tejido de una economía, es decir, el marco institucional y regulatorio en el que operan las empresas y los particulares); no estructural (reformas que resuelven problemas específicos de las materias que, sin embargo, no realizan un cambio en el sistema económico o el marco institucional y regulatorio de la gestión hídrica); y mejoramiento del sistema (adaptación e implementación de técnicas de mejoramiento de los procesos y/o prácticas que, sin embargo, se mantienen dentro de las reglas del juego y no modifican ninguna regulación o marco institucional).
A su vez, el informe estableció una temporalidad para aplicar estas medidas: a corto, mediano y largo plazo. Entre el listado de propuestas de orden estructural a largo plazo figura la necesidad de trabajar en el estudio de plantas desalinizadoras, como las de La Ligua, para riego en las cuencas. “Cada cuenca es un sistema independiente. Es una alternativa que disminuye la vulnerabilidad frente a un solo gran sistema como Carretera Hídrica”, se lee en el documento.
A mediano y largo plazo, en tanto, el documento propone como solución estructural la construcción de embalses subterráneos en ríos de Chile y esteros mayores. “Permite asegurar el agua para los acuíferos”, reza el informe. Según éste, de 18 cuencas analizadas desde Arica y Parinacota hasta el Maule, ocho tienen potencial de recarga acuífera.
Para el gran desafío de diseñar y construir esta infraestructura es clave la participación de los privados, expresa Andrés Chacón, director ejecutivo de AMUCH y abogado que encabeza las reuniones interministeriales sobre este tema. “Lo que más destaca del informe es este vínculo público-privado. La velocidad del privado para construir infraestructura es muy diferente a la del Estado, que es más burocrático y más lento para la visación de recursos”, cuenta Chacón, quien también participó en la elaboración del informe sobre la gestión de la sequía en los gobiernos locales.
A juicio de Chacón, esta asociatividad es la “mejor receta”, en tanto el sector privado “está siendo afectado por la sequía, pero también es parte del problema”. A causa de esto, según el representante de AMUCH, es importante “involucrarlos en la solución del problema”, ya que “el privado está dispuesto a invertir en obras, pero la institucionalidad no se lo permite”.
Las medidas no estructurales
Entre las medidas de modernización no estructural en orden a ser ejecutadas en el corto plazo, el texto de AMUCH sugiere propiciar actividades de difusión y formación en gestión rural sostenible, de modo que los actores locales de cada territorio puedan replicar buenas prácticas a nivel internacional y mejorar el uso de tecnología para la agricultura.
Asimismo, el otro instrumento no estructural a corto plazo aboga por “mejorar el estado de la tierra y el manejo del ganado”, haciendo más eficiente “el uso de la lluvia y los nutrientes para aumentar la productividad del pasto y mover las cantidades de carbono y agua que se encuentra en la atmósfera, al suelo”.
En cuanto a las propuestas de mejoramiento del sistema, también a corto plazo, el documento recomienda realizar una modificación según decreto de fuerza de ley al Código de Aguas que rige actualmente, a efectos de fijar derechos de aprovechamiento de agua a los pequeños y medianos agricultores beneficiados por los APR, y no a las grandes industrias como ocurre en esta coyuntura. Adicionalmente, el documento pide a los municipios establecer ordenanzas en acuerdo con orientar el consumo y uso del agua en forma sustentable que habita el territorio, consciente de la situación actual del recurso hídrico que complejiza no sólo la producción, sino la calidad de vida de las personas”.
De acuerdo a Andrés Chacón, las medidas no pueden ser homogéneas, sino diversas en su desarrollo para cada cuenca afectada por la sequía. “Las acciones variarán si las localidades están cerca o no del borde costero. Hay lugares que tienen agua, pero no hay recursos para levantar esas medidas. En Tiltil, por ejemplo, los gobiernos llevan años haciendo estudios y aún no hay soluciones. Hay una burocracia excesiva”, postula Chacón, quien se encuentra actualmente en mesas de trabajo intentando facilitar estas soluciones a través de los ministerios del Interior, Obras Públicas y Agricultura.
Por último, Chacón destaca la trascendencia de las propuestas en su vinculación con la reducción de riesgos de desastres producto de la megasequía. “La sequía es un tema de riesgo local, hay que verlo así. Están totalmente unidos. Por eso es que algunas soluciones locales contemplan la construcción de piscinas para combatir eventuales incendios. Las viñas de Santa Cruz están implementando estas medidas colaborativas, que contemplan alianzas más robustas con CONAF, ONEMI y Bomberos. El incendio afecta tanto a la comunidad como a las viñas, por lo que es clave abordar este tema con una mirada más global”, cierra el director ejecutivo de AMUCH.
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Fuente: País Circular, Martes 04 de Febrero de 2020