EL MOSTRADOR – Pese al complejo escenario que se ha instalado debido a la profunda escasez hídrica y a que se mantienen los efectos de la pandemia por Covid-19, la compañía ejecutó en 2021 inversiones por $ 154.239 millones en proyectos para reforzar la seguridad y el respaldo en el suministro de la ciudad, destacando obras como los Pozos de Cerro Negro – Lo Mena, y la modernización y ampliación de la Planta Padre Hurtado.
Aguas Andinas entregó los resultados de su gestión financiera del año 2021, donde ha continuado ejecutando un intensivo plan de inversiones, aún en medio de un contexto marcado por las dificultades de los efectos del cambio climático y la emergencia sanitaria por Covid-19. En esa línea, la compañía informó que el año pasado realizó inversiones superiores a las del periodo anterior, alcanzando $154.239 millones, casi 30 mil millones más que en 2020 ($124.620 millones).
El foco de la gestión durante el periodo ha estado centrado en realizar las inversiones y acciones necesarias para enfrentar los efectos del cambio climático como la mega sequía y los eventos meteorológicos extremos que permitan velar por la entrega de un suministro robustecido de cara a la ciudadanía. Para esto, se requirió realizar mayores compras de agua (que se incrementaron en $2.236 millones respecto al año anterior), permitiendo mantener el nivel de seguridad del embalse El Yeso con un volumen de 158,2 hm3 al cierre del año 2021, lo que representa un 13% de incremento respecto de los 140,1 hm3 de volumen almacenado al 31 de diciembre de 2020.
La profunda escasez hídrica se da un contexto de importante desequilibrio en el balance de oferta y demanda, siendo fundamental sumar nuevas fuentes, contar con mayor redundancia en la infraestructura y aumentar la resiliencia del sistema para entregar un suministro cada vez más robusto frente al cambio climático.
En esta línea, destacan el inicio de las obras de los Pozos de Cerro Negro – Lo Mena, infraestructura que permitirá reforzar el abastecimiento en el sector sur de la ciudad; la ampliación y modernización de planta de tratamiento agua potable Padre Hurtado; la nueva matriz de gran envergadura de agua potable de Providencia y la renovación de redes de agua potable y aguas servidas, así como la mayor autonomía de Aguas Cordillera gracias a los nuevos estanques de San Antonio y San Enrique. También destacan los resultados del Plan de Eficiencia Hidráulica, que permitió recuperar 500 l/s de producción de agua potable en el periodo comprendido entre 2019 – 2021, equivalentes al consumo anual de 240.000 personas, es decir, más que el de una ciudad como Temuco (230.000 habitantes).
Además, en agosto del año pasado se firmó un histórico acuerdo de colaboración junto a las Asociaciones de Regantes de la Primera Sección del río Maipo, para reforzar el suministro a la población, mejorando y optimizando la gestión hídrica de la cuenca.
Por su parte, la Gerenta General de Aguas Andinas, Marta Colet, señaló que “estamos viviendo un contexto actual complejo, el cual nos exige seguir realizando un gran esfuerzo de adaptación para abastecer a la ciudadanía de un recurso esencial como es el agua. Por lo mismo, es necesario no solamente contar con nuevas fuentes, sino también mayor redundancia en la infraestructura y fortalecer la resiliencia del sistema para entregar un suministro cada vez más robustecido a pesar de las condiciones climáticas cada vez más extremas. Para ello, hemos desplegado durante todo el año pasado una intensa estrategia preventiva y de implementación de nuevas obras de infraestructura claves, disponiendo de todos los recursos económicos, técnicos y humanos para asegurar la continuidad de la operación y el abastecimiento para la población del esencial recurso”.
Resultados financieros
En cuanto a la utilidad neta de la compañía ascendió a $100.645 millones, un incremento de 2% respecto al año anterior. Asimismo, se informó sobre mayores ingresos sanitarios por importe de $18.314 millones asociados principalmente a ajustes tarifarios producto de aplicación de polinomio de indexación, que tiene alta correlación con la inflación, a la entrada en operación de nuevas inversiones y al incremento de ingresos no sanitarios por $6.799 millones, debido principalmente a mayor actividad en servicios domiciliarios a clientes, convenios con urbanizadores, asesorías técnicas de agua potable rural y mayor actividad en filiales no sanitarias. El incremento en ingresos ha sido parcialmente compensando por mayores costos de operación asociados principalmente a mayor compra de agua cruda por importe de $2.236 millones y a mayores costos de mantenimiento de redes por importe de $7.577 millones.
A nivel no operacional, se presenta un mayor costo financiero por $29.800 millones respecto al año anterior, asociado principalmente a la revalorización de la deuda financiera por la variación de la Unidad de Fomento (6,6% en 2021 vs 2,7% en 2020).
Fuente: El Mostrador, Martes 15 de Febrero de 2022