Martes, Noviembre 26, 2024

Aeropuertos regionales al límite de su capacidad

LA TERCERA – Pese a que en la actualidad se están desarrollando proyectos por US$156 millones en cuatro terminales (Iquique, Concepción, Puerto Montt y Balmaceda), aún se requieren otros US$243 millones para hacer frente al aumento de la demanda y falta de infraestructura adecuada. Isla de Pascua, Valdivia y Castro, son los más afectados por este problema.

La línea aérea low cost JetSmart, anunció esta semana el inicio de la venta de pasajes a cinco nuevas rutas entre Chile y Argentina, lo que permitirá transformar al terminal de La Serena en internacional, quien según datos de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), alcanzaría su capacidad límite en 2019. Una situación que no es ajena a otros aeropuertos regionales.

La industria aeroportuaria ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos 10 años. Para hacerse una idea, el número de pasajeros en este período avanzó a una tasa del 10% anual, hasta llegar a más de 33 millones en 2017.

Los principales factores que explicarían este fenómeno tienen que ver con la reactivación de la minería, la generación de nuevas rutas y la incorporación de aerolíneas low cost, además de una mayor valoración del tiempo de los pasajeros. Estos elementos provocarían que las personas estén cada vez más dispuestas a dejar el bus y viajar en avión, con precios cada vez más competitivos entre ambos modos de transporte.

Por ejemplo, un ticket aéreo a Valdivia puede llegar a costar $30.990, mientras que un pasaje en bus puede alcanzar valores que rondan los $30.000.

“La demanda ha crecido muy rápido, más allá de las estimaciones iniciales. Eso ha provocado que los planes y aeropuertos se hayan ido quedando chicos. Eso se traduce en que existe un conjunto de proyectos en regiones que hoy ven superadas sus capacidades, mientras que otros ya prevén la necesidad de desarrollar iniciativas para impulsar la ampliación de su infraestructura, aunque eso requiere un tiempo”, explica Carlos Piaggio, gerente de Infraestructura de la CChC.

Según datos de esta entidad, en el país existen cuatro terminales que ya superaron su capacidad. Estos son Isla de Pascua, Valdivia, Castro y Balmaceda. “Chile debería tener más de un aeropuerto internacional, el que podría estar ubicado en el norte. Esto, por lo extenso del país y la necesidad de estar conectados con el resto del mundo.

Eso va a aparejado con el ingreso de nuevas líneas aéreas de low cost, que han permitido generar un mayor número de viajes y más oportunidades a los pasajeros. Del mismo, poco a poco se están abriendo los cielos, lo que permite abrir nuevas rutas. Eso también va a impulsar un significativo aumento del tráfico”, afirma Piaggio.

La red aeroportuaria chilena está compuesta por 344 terminales, de los cuales 16 corresponden al sistema primario, 13 al secundario, 303 son pequeños aeródromos y 12 están destinados al uso militar.

“Los aeropuertos regionales están sometidos a un sistema de concesiones inteligente e interesante, pero que se le puede sacar más partido. Esto, por medio de la entrega de más plazo para estudiar y proponer, y evitando la rigidez de los anteproyectos referenciales”, manifiesta Sergio Amunátegui, miembro de Amunátegui Barreau Arquitectos Asociados A.I.A, oficina que desarrolló en conjunto con Stantec, la propuesta para modernizar el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, proyecto que ejecuta actualmente la concesionaria Nueva Pudahuel.

Esta oficina también participó en la elaboración de los planes maestros aeroportuarios complementarios de Iquique, Antofagasta y Concepción, entre otros. “Si se maneja de forma inteligente este incremento en el número de pasajeros, los operadores, las líneas aéreas y los consorcios van a tratar de llenar las horas valle.

Por ejemplo, a las 11:00 am hay pocos vuelos entre Santiago y Concepción. Eso va a atraer mucha más gente a los campus aeroportuarios y por consiguiente, la posibilidad de generar nuevos negocios. Es decir, almacenaje de carga, oficinas y centros comerciales, además de servicios asociados a viajar por el día”, asegura.

Por este motivo, es clave que los planes maestros de los aeropuertos regionales se adapten a esta nueva realidad. “La infraestructura se tiene que preparar para estar en línea con la demanda; además, se va a generar un incremento significativo en el tiempo de permanencia de las personas en los terminales. Estamos despertando a una nueva realidad”, asegura Amunátegui.

Obras de infraestructura

Para responder al crecimiento de la demanda, en regiones se están iniciando las ampliaciones de los aeropuertos de Iquique, Concepción y Puerto Montt, junto con las licitaciones de los terminales de Arica, Balmaceda y Punta Arenas.

De forma paralela, se encuentra en desarrollo el proyecto de ampliación del Aeropuerto La Florida de La Serena y se tiene programado iniciar los proyectos de los terminales El Loa de Calama, Andrés Sabella de Antofagasta, Desierto de Atacama de Caldera y La Araucanía de Freire.

Por ejemplo, la relicitación del terminal Presidente Carlos Ibáñez de Punta Arenas tendrá un costo de US$115 millones a partir de 2019. “Nuestro plan es habilitar aeropuertos regionales que sean capaces de absorber esta nueva demanda, lo que involucra realizar inversiones. Además, deseamos fortalecer a los aeródromos para que estos se puedan utilizar en caso de emergencias”, asegura Lucas Palacios, subsecretario del Ministerio de Obras Públicas (MOP).

Del mismo modo, existen algunas consideraciones. “Los arreglos tienen que hacerse bien y contar con una metodología operativa diferente, que es la que ofrecen los vuelos de bajo costo”, dice Palacios.

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Fuente: La Tercera, Viernes 07 de septiembre de 2018

LA TERCERA – Pese a que en la actualidad se están desarrollando proyectos por US$156 millones en cuatro terminales (Iquique, Concepción, Puerto Montt y Balmaceda), aún se requieren otros US$243 millones para hacer frente al aumento de la demanda y falta de infraestructura adecuada. Isla de Pascua, Valdivia y Castro, son los más afectados por este problema.

La línea aérea low cost JetSmart, anunció esta semana el inicio de la venta de pasajes a cinco nuevas rutas entre Chile y Argentina, lo que permitirá transformar al terminal de La Serena en internacional, quien según datos de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), alcanzaría su capacidad límite en 2019. Una situación que no es ajena a otros aeropuertos regionales.

La industria aeroportuaria ha experimentado un crecimiento sin precedentes en los últimos 10 años. Para hacerse una idea, el número de pasajeros en este período avanzó a una tasa del 10% anual, hasta llegar a más de 33 millones en 2017.

Los principales factores que explicarían este fenómeno tienen que ver con la reactivación de la minería, la generación de nuevas rutas y la incorporación de aerolíneas low cost, además de una mayor valoración del tiempo de los pasajeros. Estos elementos provocarían que las personas estén cada vez más dispuestas a dejar el bus y viajar en avión, con precios cada vez más competitivos entre ambos modos de transporte.

Por ejemplo, un ticket aéreo a Valdivia puede llegar a costar $30.990, mientras que un pasaje en bus puede alcanzar valores que rondan los $30.000.

“La demanda ha crecido muy rápido, más allá de las estimaciones iniciales. Eso ha provocado que los planes y aeropuertos se hayan ido quedando chicos. Eso se traduce en que existe un conjunto de proyectos en regiones que hoy ven superadas sus capacidades, mientras que otros ya prevén la necesidad de desarrollar iniciativas para impulsar la ampliación de su infraestructura, aunque eso requiere un tiempo”, explica Carlos Piaggio, gerente de Infraestructura de la CChC.

Según datos de esta entidad, en el país existen cuatro terminales que ya superaron su capacidad. Estos son Isla de Pascua, Valdivia, Castro y Balmaceda. “Chile debería tener más de un aeropuerto internacional, el que podría estar ubicado en el norte. Esto, por lo extenso del país y la necesidad de estar conectados con el resto del mundo.

Eso va a aparejado con el ingreso de nuevas líneas aéreas de low cost, que han permitido generar un mayor número de viajes y más oportunidades a los pasajeros. Del mismo, poco a poco se están abriendo los cielos, lo que permite abrir nuevas rutas. Eso también va a impulsar un significativo aumento del tráfico”, afirma Piaggio.

La red aeroportuaria chilena está compuesta por 344 terminales, de los cuales 16 corresponden al sistema primario, 13 al secundario, 303 son pequeños aeródromos y 12 están destinados al uso militar.

“Los aeropuertos regionales están sometidos a un sistema de concesiones inteligente e interesante, pero que se le puede sacar más partido. Esto, por medio de la entrega de más plazo para estudiar y proponer, y evitando la rigidez de los anteproyectos referenciales”, manifiesta Sergio Amunátegui, miembro de Amunátegui Barreau Arquitectos Asociados A.I.A, oficina que desarrolló en conjunto con Stantec, la propuesta para modernizar el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, proyecto que ejecuta actualmente la concesionaria Nueva Pudahuel.

Esta oficina también participó en la elaboración de los planes maestros aeroportuarios complementarios de Iquique, Antofagasta y Concepción, entre otros. “Si se maneja de forma inteligente este incremento en el número de pasajeros, los operadores, las líneas aéreas y los consorcios van a tratar de llenar las horas valle.

Por ejemplo, a las 11:00 am hay pocos vuelos entre Santiago y Concepción. Eso va a atraer mucha más gente a los campus aeroportuarios y por consiguiente, la posibilidad de generar nuevos negocios. Es decir, almacenaje de carga, oficinas y centros comerciales, además de servicios asociados a viajar por el día”, asegura.

Por este motivo, es clave que los planes maestros de los aeropuertos regionales se adapten a esta nueva realidad. “La infraestructura se tiene que preparar para estar en línea con la demanda; además, se va a generar un incremento significativo en el tiempo de permanencia de las personas en los terminales. Estamos despertando a una nueva realidad”, asegura Amunátegui.

Obras de infraestructura

Para responder al crecimiento de la demanda, en regiones se están iniciando las ampliaciones de los aeropuertos de Iquique, Concepción y Puerto Montt, junto con las licitaciones de los terminales de Arica, Balmaceda y Punta Arenas.

De forma paralela, se encuentra en desarrollo el proyecto de ampliación del Aeropuerto La Florida de La Serena y se tiene programado iniciar los proyectos de los terminales El Loa de Calama, Andrés Sabella de Antofagasta, Desierto de Atacama de Caldera y La Araucanía de Freire.

Por ejemplo, la relicitación del terminal Presidente Carlos Ibáñez de Punta Arenas tendrá un costo de US$115 millones a partir de 2019. “Nuestro plan es habilitar aeropuertos regionales que sean capaces de absorber esta nueva demanda, lo que involucra realizar inversiones. Además, deseamos fortalecer a los aeródromos para que estos se puedan utilizar en caso de emergencias”, asegura Lucas Palacios, subsecretario del Ministerio de Obras Públicas (MOP).

Del mismo modo, existen algunas consideraciones. “Los arreglos tienen que hacerse bien y contar con una metodología operativa diferente, que es la que ofrecen los vuelos de bajo costo”, dice Palacios.

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Fuente: La Tercera, Viernes 07 de septiembre de 2018

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