Domingo, Noviembre 24, 2024

Aeropuerto de Pudahuel enfrentará diciembre con nuevas medidas para paliar falta de capacidad

EL MERCURIO – Diciembre es un mes clave para el aeropuerto de Santiago: marca el inicio de las vacaciones y fiestas de fin de año. Eso se traduce en un alza de los viajes nacionales e internacionales en un terminal que, desde hace ya un tiempo, está al límite de su capacidad.

Aunque la infraestructura, a cargo de la concesionaria Nueva Pudahuel, se encuentra en expansión -que estará lista para 2020 y que duplicará la capacidad a 30 millones de pasajeros anuales-, se ha comenzado a tomar medidas para enfrentar la demanda cada vez mayor a corto plazo.

Se trata de iniciativas que buscan “mitigar la molestia que genera un aeropuerto que quedó chico”, explica Lucas Palacios, subsecretario de Obras Públicas y quien lidera la mesa para mejorar la gestión del terminal.

Medidas rápidas

Instituciones como Obras Públicas, Policía de Investigaciones (PDI) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) integran la instancia que se inició a fines de junio para atacar los problemas que hoy se experimentan en el aeropuerto y que provocan enormes filas de espera, con la intención de encontrar soluciones que se puedan aplicar en un corto plazo.

Ante la complicada situación, Palacios afirma que “estamos redistribuyendo los flujos de pasajeros para aprovechar mejor los espacios para que no se generen colas y agilizar el paso”.

La semana pasada se definieron algunas medidas que ya se han comenzado a implementar, como la habilitación de una plazoleta circular en el embarque nacional, para ordenar la fila, además de una nueva máquina de rayos X, que se sumó a las seis que ya funcionan.

De hecho, la DGAC señala que con la incorporación del séptimo puesto de control y tres funcionarios de Servicios de Seguridad Aeroportuaria (AVSEC), para la revisión en las cintas, “se contribuye a agilizar el proceso de revisión, pasando de 1.300 a 1.550 pasajeros por hora”.

Al otro extremo del aeropuerto, en Policía Internacional, se redistribuirá el personal para cubrir las casetas en horas punta, que funcionarán con un sistema automatizado para que los pasajeros accedan a atenderse.

Además, según el subsecretario, la PDI está realizando un estudio “para distribuir mejor al personal durante las horas punta, las que se han extendido”.

“Antes de Navidad tendremos habilitado todo”, promete.

En tanto, dentro de lo que ya se ha incorporado desde el inicio de la mesa de trabajo se cuentan iniciativas como la declaración previa del SAG, que ha disminuido en 70% los tiempos de revisión, y la instalación de buses de acercamiento desde los estacionamientos remotos.

El caótico panorama inquieta a aerolíneas como Latam: “Estamos ante un aeropuerto colapsado”, apunta la empresa, que expresa “la total disposición para apoyar toda medida que apunte a mejorar la experiencia de nuestros pasajeros, especialmente ante la temporada alta que empieza en dos semanas más”.

Tacos para llegar

Actualmente, según Obras Públicas, el aeropuerto está recibiendo más de 2 mil pasajeros por hora en el embarque nacional, que fue construido para soportar 1.500 personas.

Mientras en el caso de los vuelos, se realizan 38 por hora en el terminal aéreo, que tiene capacidad para ejecutar 30. Para colmo, los estacionamientos habilitados también han presentado complejidades, debido a la mayor cantidad de gente que viaja y a las obras que se ejecutan para ampliar el aeropuerto. Así, incluso acceder al recinto de Pudahuel puede resultar un trámite tortuoso.

Al respecto, Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), sostiene que “es difícil llegar al aeropuerto, los tacos son gigantes. Llegar un par de horas antes a veces no alcanza a ser suficiente. Vamos a tener que soportar un colapso permanente mientras no estén todas las obras de expansión terminadas”.

Advierte también que en el verano podría haber mayores complicaciones por la alta demanda: “Mucha gente podría quedar sin poder volar por el colapso de los accesos y la falta de capacidad del aeropuerto. Hay que hacer los accesos más expeditos y promover un trato especial para los pasajeros que prefieran los horarios más bajos”.

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Fuente: El Mercurio, Sábado 24 de noviembre de 2018

EL MERCURIO – Diciembre es un mes clave para el aeropuerto de Santiago: marca el inicio de las vacaciones y fiestas de fin de año. Eso se traduce en un alza de los viajes nacionales e internacionales en un terminal que, desde hace ya un tiempo, está al límite de su capacidad.

Aunque la infraestructura, a cargo de la concesionaria Nueva Pudahuel, se encuentra en expansión -que estará lista para 2020 y que duplicará la capacidad a 30 millones de pasajeros anuales-, se ha comenzado a tomar medidas para enfrentar la demanda cada vez mayor a corto plazo.

Se trata de iniciativas que buscan “mitigar la molestia que genera un aeropuerto que quedó chico”, explica Lucas Palacios, subsecretario de Obras Públicas y quien lidera la mesa para mejorar la gestión del terminal.

Medidas rápidas

Instituciones como Obras Públicas, Policía de Investigaciones (PDI) y la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC) integran la instancia que se inició a fines de junio para atacar los problemas que hoy se experimentan en el aeropuerto y que provocan enormes filas de espera, con la intención de encontrar soluciones que se puedan aplicar en un corto plazo.

Ante la complicada situación, Palacios afirma que “estamos redistribuyendo los flujos de pasajeros para aprovechar mejor los espacios para que no se generen colas y agilizar el paso”.

La semana pasada se definieron algunas medidas que ya se han comenzado a implementar, como la habilitación de una plazoleta circular en el embarque nacional, para ordenar la fila, además de una nueva máquina de rayos X, que se sumó a las seis que ya funcionan.

De hecho, la DGAC señala que con la incorporación del séptimo puesto de control y tres funcionarios de Servicios de Seguridad Aeroportuaria (AVSEC), para la revisión en las cintas, “se contribuye a agilizar el proceso de revisión, pasando de 1.300 a 1.550 pasajeros por hora”.

Al otro extremo del aeropuerto, en Policía Internacional, se redistribuirá el personal para cubrir las casetas en horas punta, que funcionarán con un sistema automatizado para que los pasajeros accedan a atenderse.

Además, según el subsecretario, la PDI está realizando un estudio “para distribuir mejor al personal durante las horas punta, las que se han extendido”.

“Antes de Navidad tendremos habilitado todo”, promete.

En tanto, dentro de lo que ya se ha incorporado desde el inicio de la mesa de trabajo se cuentan iniciativas como la declaración previa del SAG, que ha disminuido en 70% los tiempos de revisión, y la instalación de buses de acercamiento desde los estacionamientos remotos.

El caótico panorama inquieta a aerolíneas como Latam: “Estamos ante un aeropuerto colapsado”, apunta la empresa, que expresa “la total disposición para apoyar toda medida que apunte a mejorar la experiencia de nuestros pasajeros, especialmente ante la temporada alta que empieza en dos semanas más”.

Tacos para llegar

Actualmente, según Obras Públicas, el aeropuerto está recibiendo más de 2 mil pasajeros por hora en el embarque nacional, que fue construido para soportar 1.500 personas.

Mientras en el caso de los vuelos, se realizan 38 por hora en el terminal aéreo, que tiene capacidad para ejecutar 30. Para colmo, los estacionamientos habilitados también han presentado complejidades, debido a la mayor cantidad de gente que viaja y a las obras que se ejecutan para ampliar el aeropuerto. Así, incluso acceder al recinto de Pudahuel puede resultar un trámite tortuoso.

Al respecto, Hernán Calderón, presidente de la Corporación Nacional de Consumidores y Usuarios (Conadecus), sostiene que “es difícil llegar al aeropuerto, los tacos son gigantes. Llegar un par de horas antes a veces no alcanza a ser suficiente. Vamos a tener que soportar un colapso permanente mientras no estén todas las obras de expansión terminadas”.

Advierte también que en el verano podría haber mayores complicaciones por la alta demanda: “Mucha gente podría quedar sin poder volar por el colapso de los accesos y la falta de capacidad del aeropuerto. Hay que hacer los accesos más expeditos y promover un trato especial para los pasajeros que prefieran los horarios más bajos”.

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Fuente: El Mercurio, Sábado 24 de noviembre de 2018

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