DIARIO FINANCIERO – Un sabor amargo, y sobre todo de preocupación hacia adelante, se desprende del último índice de actividad de la industria de ingeniería (ICON). El indicador se situó en 1,13 puntos en el trimestre final de 2022, lo que significa un alza de 1% frente al período precedente, pero una baja de 0,2% al comparar con octubre a diciembre del año anterior.
Desde la Asociación de Empresas Consultoras de Ingeniería (AIC) -que elabora el índice- acotan que la participación del mandante privado en el ICON se elevó hasta un 66% en el trimestre, pero frente al mismo período de 2021 éste dio cuenta de una “considerable disminución en la actividad”, con una baja de 14,3%, que se explica por los “resultados negativos en las tres áreas de ingeniería”.
El presidente de AIC, Iván Rayo, destaca que “el nivel de actividad de la ingeniería de proyectos sigue siendo alta”, pero advierte que el peak se produjo a fines de 2021 y el primer semestre de 2022, “para luego comenzar a descender, tendencia que seguirá en el año 2023”.
La asociación subraya que el mandante público -que tiene una participación de 34% en el ICON- mostró una “histórico” alza de 42,3% ante octubre-diciembre 2021.
Rayo alerta que las licitaciones de ingeniería por nuevos proyectos, sobre todo para mandantes privados, “se han detenido progresivamente en la segunda mitad de 2022, lo que implicará una inevitable disminución de las actividades de ingeniería, cuya profundidad y extensión aún no se visualiza”.
Advierte que “se estaría configurando un escenario de potencial crisis económica, donde los capitales privados dejan de invertir en el país, lo que impacta, inicialmente, en la generación de nuevos proyectos”. Y, acota que el impacto posterior se produce en la construcción, “que es el más complejo e incidente a nivel país, debido a la envergadura de las inversiones que contempla”.
En contraste, el reporte señala que las actividades de ingeniería crecen “fuertemente” en el sector público, “como una respuesta desde el Estado para generar mayor actividad económica en un período de estancamiento en las inversiones”, resaltan.
Incluso, en la última parte de 2022 se vio un incremento en los procesos de licitación por ingeniería e inspección técnica para obras públicas.
Cada paso
Las actividades asociadas a ingeniería preinversional representan el 20% de las horas de ingeniería del trimestre, y disminuyen tanto en la variación trimestral como anual.
Rayo explica que las iniciativas que se analizan en esa etapa tienen un potencial de transformarse en proyectos de inversión en los siguientes dos o tres años. “Se puede suponer que la inversión por proyectos nuevos será bastante menor en dos o tres años más, respecto a la actualidad”, anticipa.
Lo asociado a la ingeniería de detalles equivale al 17% de las horas, y también se contrae en ambas comparaciones. De hecho, con el desempeño del cierre del año pasado se revierte la tendencia al alza observada en los dos trimestres previos, y se mantiene en los niveles más bajos desde 2018.
Cierta diferencia llega desde las actividades asociadas a gerenciamiento de proyectos e inspección técnica de obras, que representan el 63% de las horas, y aumentan en ambos casos.
El timonel de AIC precisa que más proyectos están en implementación -o sea generando inversiones- pero “no se observa que se estén generando proyectos que repongan los que se encuentran en implementación, por lo que a mediano plazo se espera que las actividades de gerenciamiento de proyectos comiencen a disminuir”.
Minería pierde vuelo
A nivel sectorial, las actividades de ingeniería para la minería, que representa el 41% de todas las horas, registraron caídas en ingenierías de prefactibilidad y detalle -de 19,9% y 32,5% respectivamente-, algo ante lo que Rayo se declara “particularmente preocupado”, pese a que en gerenciamiento de proyectos se logró un alza de 23,8%.
“Es posible que la reforma tributaria, que afectará directamente a la industria minera vía un nuevo royalty, está desincentivando nuevos proyectos de inversión”, sugiere.
Las actividades de ingeniería para infraestructura general equivalen al 34% de las horas, y con ellas pasó lo contrario: los primeros dos pasos alcanzaron aumentos de 33,5% y 42,3%, pero el gerenciamiento de proyectos cayó un 4,4% en el trimestre.
En energía, responsable del 10% de las horas totales, la ingeniería de prefactibilidad y detalle subieron un 13,7% y 3%, en contraste con la baja de 19,4% del gerenciamiento de proyectos.
Rayo afirma que “el Gobierno debe dar señales de mayor certidumbre a la industria minera y energética, que sus proyectos serán evaluados en base a antecedentes técnicos y que las instancias de calificación ambiental y de permisos, deben ser entendidas como etapas para mejorar los proyectos y su impacto en la naturaleza y la sociedad, y no ser consideradas como instancias para rechazar proyectos”.
Esto, porque para ambos sectores -donde los procesos de ingeniería pueden tardar hasta cuatro años y la construcción otros dos a tres años-, “las medidas que hoy se tomen para fomentar proyectos privados comenzarán a ser percibidos por la economía y la sociedad posiblemente en el Gobierno siguiente”.
¿Qué pasa en cada etapa de la ingeniería de un proyecto?
Tres fases conforman la vida de un proyecto de ingeniería. La primera de ellas es la preinversión, que corresponde a las etapas iniciales de evaluación. Este paso permite decidir si la iniciativa es factible de realizar, desde el punto de vista ambiental, logístico, económico y social, entre otros factores.
Superada la preinversión, es el turno de la ingeniería de detalle. Esta segunda etapa comprende el conjunto de documentos definitivos que se preparan para ser entregados en la obra, para la construcción, o en el taller, para la fabricación. El último paso es el gerenciamiento de proyectos, proceso que involucra la planeación, ejecución y monitoreo de un proyecto para que se lleve a cabo.
Esto significa que, en vez de ir decidiendo sobre la marcha, es preferible planificar las etapas del proyecto para que se puedan cumplir todos los objetivos y requerimientos a tiempo, además de ejecutar el presupuesto proyectado. Esta fase incluye compras, contratación de personal, subcontratación de especialidades, obtención de permisos, por nombrar algunas especificidades.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 20 de Febrero de 2023