Sábado, Agosto 17, 2024

Un estratégico corredor bioceánico, por Carlos Cruz

ESTRATEGIA – El presidente Boric ha impulsado el Corredor Bioceánico Capricornio, que unirá el norte de Chile con la costa del Brasil, cruzando por Argentina y Paraguay. Tras su visita a este último país, se conformó una comisión especial, encabezada por el ministro de Economía, Nicolás Grau, para coordinar a las agencias públicas en apoyo a esta iniciativa.

Esto toma aún más fuerza con la gira del presidente de Brasil a Chile, ocasión en la que también se abordó la relevancia de ese proyecto.

El potencial de este corredor no es una novedad. Desde la década de los 90, en Chile se ha hablado de aprovechar nuestra ubicación estratégica como puerta de entrada de los países del Cono Sur al Asia Pacífico. Nuestras ventajas comparativas no se limitan a la disposición de minerales, a un clima privilegiado para la agricultura y el rubro forestal, una costa con un potencial pesquero y a la capacidad de generar energías renovables no convencionales, sino que también a nuestra localización estratégica.

Los países de la cuenca del Pacífico son nuestros principales socios comerciales y, de no mediar conflictos internacionales que alteren las relaciones, esta tendencia probablemente continuará por largo tiempo. En ese contexto, por ejemplo, la decisión de promover Mejillones como un puerto de gran escala fue visionaria: el propósito fue convertirse en una plataforma significativa para facilitar el comercio exterior nacional y proveer servicios a los países de la región, generando un impacto productivo y de desarrollo en el norte grande.

Aunque ese terminal ha tenido otra evolución, la oportunidad sigue siendo válida. Por ello, es valioso sumarse activamente al desarrollo de la infraestructura vial que origina el corredor.

Sin embargo, nuestra falta de planificación integrada de infraestructura, la coordinación deficiente entre las diferentes agencias públicas y la falta de una visión compartida del futuro podrían jugar en contra. La construcción del Puerto de Chancay, en Perú y otras iniciativas similares en ese país podrían sustituir el rol que Chile debería cumplir por su ubicación. Aunque algunos operadores navieros no ven este riesgo, la forma de impulsar nuestro territorio es mediante infraestructura que maximice su potencial.

En ese sentido, es crucial que Chile se sume activamente a este proyecto del corredor a través del impulso dado a los puertos de San Antonio y Valparaíso y al esfuerzo en la Región del Biobío por integrarse físicamente con Argentina.

Por ello, insistimos en la necesidad de contar con una entidad supra ministerial -un Consejo Asesor en Infraestructura- que apoye al Presidente en la visión de largo plazo respecto a nuestras oportunidades y al rol que juegan las obras clave para mejorar nuestra economía.

Carlos Cruz,
Director ejecutivo
Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

Ver artículo

Fuente: Estrategia, Martes 06 de Agosto de 2024

ESTRATEGIA – El presidente Boric ha impulsado el Corredor Bioceánico Capricornio, que unirá el norte de Chile con la costa del Brasil, cruzando por Argentina y Paraguay. Tras su visita a este último país, se conformó una comisión especial, encabezada por el ministro de Economía, Nicolás Grau, para coordinar a las agencias públicas en apoyo a esta iniciativa.

Esto toma aún más fuerza con la gira del presidente de Brasil a Chile, ocasión en la que también se abordó la relevancia de ese proyecto.

El potencial de este corredor no es una novedad. Desde la década de los 90, en Chile se ha hablado de aprovechar nuestra ubicación estratégica como puerta de entrada de los países del Cono Sur al Asia Pacífico. Nuestras ventajas comparativas no se limitan a la disposición de minerales, a un clima privilegiado para la agricultura y el rubro forestal, una costa con un potencial pesquero y a la capacidad de generar energías renovables no convencionales, sino que también a nuestra localización estratégica.

Los países de la cuenca del Pacífico son nuestros principales socios comerciales y, de no mediar conflictos internacionales que alteren las relaciones, esta tendencia probablemente continuará por largo tiempo. En ese contexto, por ejemplo, la decisión de promover Mejillones como un puerto de gran escala fue visionaria: el propósito fue convertirse en una plataforma significativa para facilitar el comercio exterior nacional y proveer servicios a los países de la región, generando un impacto productivo y de desarrollo en el norte grande.

Aunque ese terminal ha tenido otra evolución, la oportunidad sigue siendo válida. Por ello, es valioso sumarse activamente al desarrollo de la infraestructura vial que origina el corredor.

Sin embargo, nuestra falta de planificación integrada de infraestructura, la coordinación deficiente entre las diferentes agencias públicas y la falta de una visión compartida del futuro podrían jugar en contra. La construcción del Puerto de Chancay, en Perú y otras iniciativas similares en ese país podrían sustituir el rol que Chile debería cumplir por su ubicación. Aunque algunos operadores navieros no ven este riesgo, la forma de impulsar nuestro territorio es mediante infraestructura que maximice su potencial.

En ese sentido, es crucial que Chile se sume activamente a este proyecto del corredor a través del impulso dado a los puertos de San Antonio y Valparaíso y al esfuerzo en la Región del Biobío por integrarse físicamente con Argentina.

Por ello, insistimos en la necesidad de contar con una entidad supra ministerial -un Consejo Asesor en Infraestructura- que apoye al Presidente en la visión de largo plazo respecto a nuestras oportunidades y al rol que juegan las obras clave para mejorar nuestra economía.

Carlos Cruz,
Director ejecutivo
Consejo de Políticas de Infraestructura (CPI)

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Fuente: Estrategia, Martes 06 de Agosto de 2024

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