EL OBSERVATODO – Una vieja demanda es la descentralización del país. O, en la misma línea, darle más recursos y autonomía a las regiones. No obstante, ¿sabemos realmente cuántos recursos manejan las regiones? O más aún ¿de dónde proviene ese dinero, y cómo se reparte a lo largo del país?
De acuerdo a cifras de 2019 del Congreso Nacional, el presupuesto de los Gobiernos Regionales se compone de gastos de funcionamiento, gastos de inversión y las provisiones que los Gobiernos Regionales pueden recibir desde la Subdere (Subdirección de Desarrollo Regional). Estos últimos recursos, finalmente también terminan destinándose a iniciativas de inversión. Por tanto, la gran mayoría del presupuesto de las regiones corresponde a recursos para la inversión.
El 74,8% de los recursos para la inversión regional se distribuyen entre los GORE considerando el criterio determinado para repartir el 90% del Fondo Nacional de Desarrollo Regional. Esto implica que la distribución del 74,8% de la inversión se realiza considerando indicadores de pobreza y características territoriales, cuyos coeficientes se encuentran definidos por ley.
Un 18,8% de la inversión regional se provisiona a través de transferencias desde Subdere. Más allá de ciertos lineamientos generales, como agilizar la ejecución del presupuesto, no se conocen parámetros o coeficientes mediante los cuales el Gobierno Central distribuye estos recursos entre regiones.
Finalmente, el 6,4% de recursos restantes, son propios de las regiones, por patentes y regalías (concesiones mineras, impuestos a casinos de juegos, acuicultura, derechos de agua, entre otras), en cuya distribución el Gobierno Central no tiene ninguna influencia, pues son asignados directamente a las regiones en que se explotan estas actividades. En otras palabras, las regiones solo controlan el 6,4% de sus recursos.
¿Y cómo se distribuye todo esto a nivel nacional?
Los gastos de funcionamiento son cubiertos prácticamente en su totalidad por el aporte fiscal establecido en la Ley de Presupuestos de cada año. Como regla general, a las regiones con más habitantes, como la Metropolitana, Bíobío y Valparaíso, se les asignan mayores gastos para cubrir su funcionamiento. La excepción son las regiones de Aysén y Magallanes, que siendo las dos regiones menos pobladas reciben un aporte fiscal equivalente al del resto de las regiones.
No obstante, un gran obstáculo que demora la ejecución de estos recursos suele ser la burocracia ¿qué se puede hacer al respecto?
Según informó Diario Financiero, a partir de este año, 2023, los fondos de los Gores no estarán bajo la tutela del Ministerio del Interior, lo cual, le otorgará a las regiones más libertad para ejecutar sus recursos. En términos prácticos, esto debiera agilizar la tramitación para el uso de recursos, disminuyendo los tiempos que tardan en ser ejecutados.
Fuente: El Observatorio, Miércoles 1 de Marzo de 2023