CPI – La inclusión de una visión de largo plazo, una integración más amigable con la asociación pública privada y el fortalecimiento de la formación universitaria de pre y post grado son algunas de las propuestas sobre infraestructura pública y financiamiento de la generación sub 30 que se han plasmado en la tercera edición del programa “Miradas que construyen futuro”, impulsado por el Consejo Políticas de Infraestructura (CPI).
Un grupo de 17 profesionales de Santiago y regiones conformó el tercer grupo del “Taller de Jóvenes CPI”, que durante tres meses y en 14 sesiones tuvieron la posibilidad de construir un espacio de reflexión y conversación sobre la infraestructura pública del Chile del futuro. En esta tercera edición, el tema central se enfocó además de la infraestructura pública, en el financiamiento de este tipo de iniciativas para el país.
La postura de la generación sub 30 sobre las prioridades de la infraestructura son claras y tienen un acento puesto en la planificación de un largo plazo de al menos 100 años, la consideración del cambio climático como un tema que cruza cualquier propuesta, la creación de confianzas, transparencia y legitimidad por parte del Estado y los privados, la necesidad de incorporar desde la génesis de los proyectos a la ciudadanía y la necesidad de formar académicamente a los nuevos técnicos y especialistas en las materias de financiamiento con un foco en innovación.
Propuestas claves
Algunas ideas interesantes destacables son las siguientes:
1. Planificación de largo plazo con foco en el cambio climático.
Se redefine lo que significa el “largo plazo”. Si antes se consideraban los próximos 20 o 30 años como parte de una planificación estratégica del país, este grupo sostiene y se atreve a plantear un largo plazo que contemple al menos unos 100 años hacia adelante. Hay un factor decisivo que ha cambiado esta visión y es el cambio climático que afecta al planeta. Cada decisión que se tome hoy va a incidir y a tener un impacto profundo en el ecosistema, lo que va a afectar globalmente a las ciudades, las economías y la vida de las personas. Para ello un camino es generar alianzas entre los privados, la academia y el Estado, con el objetivo de construir nuevo conocimiento con miras a esta nueva perspectiva del “largo plazo”.
2. Creación de protocolos de inversión de privados en obras de infraestructura pública.
Es necesario establecer pautas que den confianza a los privados para que inviertan en la infraestructura que el país necesita para los próximos 100 o más años. Esto significa generar protocolos con miradas de largo plazo, que incluyan la importancia de la tecnología, los cambios en la sociedad y que posibiliten que los procesos sean más seguros tanto para los inversionistas, para el Estado y también para las comunidades y sus habitantes. El análisis de escenarios altamente complejos y volátiles es parte de estos protocolos, como por ejemplo pandemias o desastres climáticos y biológicos.
3. La tecnología de la infraestructura del futuro.
Una de las certezas es que las tecnologías y materialidades serán claves en las obras de infraestructura del futuro, considerando el cambio climático y cómo esto va a afectar la forma y alcance de cada obra dentro de las ciudades, en la conectividad y en su durabilidad. Por lo tanto, se hace necesario que exista un equipo que se oriente a la investigación y estudio de las tendencias en esta materia.
4. La transparencia y el diálogo social como parte de la obra de infraestructura.
Un estándar de toda obra de infraestructura pública es aumentar la participación ciudadana y asegurarse de su legitimidad en el “largo plazo”. Esto implica que los proyectos deben “traducirse” a un lenguaje simple y cercano con las personas, que incluya los medios y redes sociales de uso cotidiano para su información transparente y accesible.
5. Estados ágiles, tecnológicos y menos politizados.
Una de las transformaciones importantes que se proponen es el fortalecimiento de un Estado ágil, con una colaboración interministerial, que utilice la tecnología como un eje principal y que no entorpezca sus labores y avance debido a la política. Otro punto urgente es la modernización de los estándares y sistemas de evaluación social de impacto de cada proyecto de infraestructura pública, contemplando el cambio climático y la proyección de las ciudades del futuro.
6. Explorar nuevas alternativas de financiamiento de la infraestructura pública.
Una de las reflexiones y desafíos del grupo de participantes es que se requiere pensar “fuera de la caja” sobre nuevas e innovadoras alternativas de financiamiento para las infraestructuras del Chile en el futuro, que tengan una alta legitimidad social y sean viables y sostenibles en el tiempo.
7. Potenciar la formación universitaria de la materia “financiamiento” de la infraestructura pública.
Muchos de los participantes del taller de jóvenes declararon alto interés en aprender sobre el funcionamiento del financiamiento de la infraestructura pública y por ello proponen que las mallas curriculares de las carreras afines incorporen al menos una asignatura sobre financiamiento. Genera atracción la operación actual en el ámbito público y privado, las formas y métodos de financiamiento, para que a partir de ese conocimiento sea posible impulsar mejoras e innovaciones.
Próximamente se van a compartir con mayor detalle las propuestas y reflexiones del “Taller de Jóvenes CPI” en una publicación que se dará a conocer en el mes de marzo de 2023, junto a conversatorios y diálogos con la industria de la infraestructura, la academia y el Estado.
Fuente: CPI, Martes 31 de Enero de 2023