EL DÍA – Recientemente, un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, Centro EULA, del Centro de Recursos Hídricos para la Agricultura y la Minería (CRHIAM), Instituto Milenio SECOS y Centro ANID, realizó un estudio que analizó, a través de Sistemas de Información Geográfica, una serie de criterios para establecer los sitios donde es apropiado o no instalar plantas desaladoras, investigación que incluyó el territorio que se extiende entre Arica y la Región Metropolitana.
Junto con definir los lugares más aptos para la ubicación de estas plantas, la idea es que esta ubicación, permita alcanzar un menor costo técnico e impacto ambiental.
Para ello, se seleccionaron diversos factores y restricciones espaciales, criterios que se definieron por medio de encuestas enviadas a 22 expertos internacionales en el tema, que incluía personas del área de la ingeniería, mantenimiento, académicos de las ciencias ambientales, actores del sector público, entre otros.
Así, se establecieron una serie de factores tales como la altitud, la distancia a la costa, pendiente, distancia a urbes, distancia a la red energética y distancia a la red de carreteras. Asimismo, definieron restricciones que limitan la factibilidad del proyecto, como la presencia de áreas protegidas con una distancia mínima de 3 Km o de comunidades indígenas con una distancia mínima de 1 Km.
Con ello, el estudio creó mapas interactivos que destacan áreas idóneas o más apropiadas para la construcción de estas plantas.
Coquimbo, la más “apta”
Es así como la investigación concluyó que de 114.540 km2 en las zonas norte y centro-norte del país que se consideraron, solo el 4,54% fue establecido como “altamente apropiado” para la instalación de platas desaladoras.
En ese sentido, destaca la situación de la Región de Coquimbo, la cual es identificada como la región con mayores áreas de territorio aptas para instalar desaladoras, con 1.241 km2, seguida por Antofagasta, con 1.053 km2, y Atacama, con 1.039 km2
En tanto, el 60% de los sitios se consideraron como poco o nada apropiados, lo que puede explicarse en gran medida por la fuerte influencia de la cordillera y cordones montañosos que atraviesan Chile.
Para Carlos Foxley, presidente de la Asociación Chilena de Desalinización A.G., la Región de Coquimbo tiene muchos lugares aptos para plantas desalinizadoras y además estas se requieren con urgencia, “en especial en las cercanías de La Serena y Coquimbo, por nombrar las más grandes”.
A juicio del ejecutivo, “la región debe mirar al norte y seguir el ejemplo de Antofagasta y Atacama, que son las regiones líderes en esta materia. Y al mismo tiempo debe potenciar el reúso del agua que hoy se verte al mar por emisarios submarinos. Ambas soluciones técnicas son técnicamente factibles y complementarias; además, ambas son urgentes”.
Impacto en la industria
De todas maneras, otra de las conclusiones de la investigación se relaciona con el desarrollo de la industria de desalación en un contexto de escasas áreas aptas para la implementación de esta tecnología, según establece el estudio. Ello, además, en un contexto de grave escasez hídrica.
Al respecto, Ricardo Barra, co-autor del paper que plasmó la investigación, indicó que ese 4,5% “revela la falta de espacio que se contrapone a las expectativas de crecimiento de la industria”
Por lo mismo agregó que “la predicción que nosotros hacemos es que probablemente esta industria se va a triplicar o cuadriplicar en las próximas décadas, lo que probablemente afecte a muchas comunidades o ciudades costeras. Tenemos que ser cuidadosos con la localidad específica donde estas plantas se desarrollen, porque efectivamente podría tener consecuencias negativas, pero requerimos que sean las mínimas posibles y que sea el menor impacto hacia el ecosistema que va a recibir esta salmuera, entre otras externalidades”, explicó.
No obstante, para el presidente de Acades, Carlos Foxley, el estudio es “muy interesante” el estudio, pues ratifica, a su juicio, que existen lugares más idóneos que otros para el desarrollo de estas plantas”.
Y por lo mismo asegura, y dada la crisis hídrica que ha producido el cambio climático, “es muy importante tener un ordenamiento territorial del borde costero, a fin de priorizar las plantas desalinizadoras frente a otros proyectos. Desde nuestro punto de vista, lo relevante de estos resultados radica en cómo, como sociedad, priorizamos el valioso recurso que es el borde costero, para el desarrollo de una actividad que es de vital importancia para la seguridad hídrica del país”.
Otra investigación
Cabe señalar que, por su parte, el centro científico Ceaza, lleva adelante otro estudio que va en la misma dirección de la elaborada por la Universidad de Concepción, con el que se pretende aportar con conocimiento para que las decisiones que se tomen en relación con las plantas desaladoras, se realicen con base en evidencia científica.
En sí, se trata de un proyecto desarrollado por un equipo multidisciplinario de científicos, entre los que se encuentran especialistas en oceanografía, biología marina y modelación.
Dicha iniciativa, financiada por el centro ANID, a través del Fondo de Investigación Estratégica en Sequía, considera variables del océano a tomar en cuenta a la hora de proyectar una planta desalinizadora. De esta manera, se estimarán patrones de dispersión y circulación oceánica que favorezcan la dispersión de la “pluma salina” es decir, la sal residual que se obtiene luego del proceso de desalinización.
La investigación también abordará el impacto que podrían tener las plantas desalinizadoras sobre especies con alta relevancia socio-ecológica en una determinada zona marina.
Fuente: El Día, Viernes 23 de Diciembre de 2022