Miércoles, Noviembre 27, 2024

El reto de recuperar la inversión, por Carlos Cruz

COOPERATIVA – Mala noticia la divulgada recientemente por la Dirección de Presupuesto acerca de la marcha de la inversión pública en Chile durante el primer semestre de este año. De acuerdo a la información proporcionada por la institución, el gasto en capital, que se asocia a inversión pública, disminuyó 4,3% en relación a igual período del año 2021.

Hay razones de más que justifican las dificultades del sector público para mantener un ritmo de inversión alto. En primer lugar cabe señalar el esfuerzo que se llevo a cabo desde el gobierno durante el 2021, para contrarrestar los efectos negativos de la pandemia en el empleo. Este se concentró en gran medida en un aumento muy significativo de la inversión en términos absolutos (aumento de 15% aproximadamente respecto del año anterior), aunque no en relación a las variaciones del PIB, como lo consignamos en nuestros Reporte de Infraestructura Nº 3, publicado recientemente.

Una segunda explicación es el cambio de gobierno. Es natural que en el proceso de traspaso de una administración a otra se registren dificultades que disminuyen el nivel del gasto en inversión, especialmente al asumir un gobierno que ha manifestado algunos reparos a lo que se venía haciendo desde los gobiernos anteriores. Una tercera explicación es la inflación de costos que ha afectado a buena parte de las iniciativas de inversión, la mayor parte de ellas como resultado de aumentos de los precios internacionales que tienen su origen en la inflación internacional, las medidas de control que han adoptado países con una fuerte relación con los mercados locales y por la guerra en Ucrania.

A pesar de ello, el Gobierno ha dado demostraciones de interés por alcanzar mayor niveles de inversión en diferentes áreas. Es cierto que las restricciones financieras que enfrenta el sector público son evidentes y el control de gasto público es una exigencia para doblegar la inflación, pero ha existido la disposición de convocar al sector privado a redoblar el esfuerzo para llevar adelante un proceso de inversiones en áreas muy sensible para el desarrollo futuro del país, como es en el caso de la infraestructura y la vivienda.

Señales al respecto las autoridades económicas han dado con frecuencia, como es el compromiso manifiesto del ministro de Hacienda en respaldar las políticas de asociación con el sector privado expresada en seminarios, reuniones con expertos, en foros internacionales y con su presencia en la inauguración de proyectos con alto simbolismo, como es la autopista AVO I. De igual forma, hay que destacar los esfuerzos hechos por las carteras de Obras Públicas y de Vivienda por compensar, aunque sea medianamente, los sobre costos en que muchas empresas privadas han debido incurrir por factores sobrevinientes.

Si bien es cierto que por parte de estos ministerios falta la explicitación de una propuesta ambiciosa de inversiones en ambos sectores, con proyectos identificados, montos a promover y fechas de licitación, cuestión que daría una señal muy poderosa de voluntad de avanzar en el proceso de formación bruta de capital fijo para asegurar nuestro desarrollo, constituye también una manifestación de compromiso frente al cual las empresas de la industria deberán adecuarse para mantener sus niveles de competitividad. La disminución del gasto en inversión pública del primer semestre podría ser así el detonador de un nuevo impulso a la inversión a través de distintas modalidades de asociación pública privada para contribuir en forma decisiva con la recuperación no sólo de ese indicador sino también de las expectativas, cuyo pesimismo paraliza decisiones en forma muy poco conducentes para un mejor futuro del país.

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Fuente: Cooperativa, Miércoles 3 de Agosto de 2022

COOPERATIVA – Mala noticia la divulgada recientemente por la Dirección de Presupuesto acerca de la marcha de la inversión pública en Chile durante el primer semestre de este año. De acuerdo a la información proporcionada por la institución, el gasto en capital, que se asocia a inversión pública, disminuyó 4,3% en relación a igual período del año 2021.

Hay razones de más que justifican las dificultades del sector público para mantener un ritmo de inversión alto. En primer lugar cabe señalar el esfuerzo que se llevo a cabo desde el gobierno durante el 2021, para contrarrestar los efectos negativos de la pandemia en el empleo. Este se concentró en gran medida en un aumento muy significativo de la inversión en términos absolutos (aumento de 15% aproximadamente respecto del año anterior), aunque no en relación a las variaciones del PIB, como lo consignamos en nuestros Reporte de Infraestructura Nº 3, publicado recientemente.

Una segunda explicación es el cambio de gobierno. Es natural que en el proceso de traspaso de una administración a otra se registren dificultades que disminuyen el nivel del gasto en inversión, especialmente al asumir un gobierno que ha manifestado algunos reparos a lo que se venía haciendo desde los gobiernos anteriores. Una tercera explicación es la inflación de costos que ha afectado a buena parte de las iniciativas de inversión, la mayor parte de ellas como resultado de aumentos de los precios internacionales que tienen su origen en la inflación internacional, las medidas de control que han adoptado países con una fuerte relación con los mercados locales y por la guerra en Ucrania.

A pesar de ello, el Gobierno ha dado demostraciones de interés por alcanzar mayor niveles de inversión en diferentes áreas. Es cierto que las restricciones financieras que enfrenta el sector público son evidentes y el control de gasto público es una exigencia para doblegar la inflación, pero ha existido la disposición de convocar al sector privado a redoblar el esfuerzo para llevar adelante un proceso de inversiones en áreas muy sensible para el desarrollo futuro del país, como es en el caso de la infraestructura y la vivienda.

Señales al respecto las autoridades económicas han dado con frecuencia, como es el compromiso manifiesto del ministro de Hacienda en respaldar las políticas de asociación con el sector privado expresada en seminarios, reuniones con expertos, en foros internacionales y con su presencia en la inauguración de proyectos con alto simbolismo, como es la autopista AVO I. De igual forma, hay que destacar los esfuerzos hechos por las carteras de Obras Públicas y de Vivienda por compensar, aunque sea medianamente, los sobre costos en que muchas empresas privadas han debido incurrir por factores sobrevinientes.

Si bien es cierto que por parte de estos ministerios falta la explicitación de una propuesta ambiciosa de inversiones en ambos sectores, con proyectos identificados, montos a promover y fechas de licitación, cuestión que daría una señal muy poderosa de voluntad de avanzar en el proceso de formación bruta de capital fijo para asegurar nuestro desarrollo, constituye también una manifestación de compromiso frente al cual las empresas de la industria deberán adecuarse para mantener sus niveles de competitividad. La disminución del gasto en inversión pública del primer semestre podría ser así el detonador de un nuevo impulso a la inversión a través de distintas modalidades de asociación pública privada para contribuir en forma decisiva con la recuperación no sólo de ese indicador sino también de las expectativas, cuyo pesimismo paraliza decisiones en forma muy poco conducentes para un mejor futuro del país.

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Fuente: Cooperativa, Miércoles 3 de Agosto de 2022

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