DIARIO FINANCIERO – Italia declaró estado de emergencia en cinco regiones del norte y centro devastadas por una sequía reciente, ya que una severa ola de calor afecta la agricultura y amenaza el suministro de energía.
Las altas temperaturas y las condiciones excepcionalmente secas han llevado los niveles de agua en el Po, el río más grande del país, a su nivel más bajo en 70 años.
Incluso en medio de un verano históricamente árido en toda Europa, destaca la situación en el valle del Po. Meses sin lluvia y una detención antes de lo habitual en los flujos de la nieve derretida en los Alpes han hecho visibles grandes franjas del lecho del río, tanto que un vehículo militar alemán de la Segunda Guerra Mundial resurgió recientemente.
La energía hidroeléctrica, que suele satisfacer el 15% de las necesidades del país, ha disminuido un 50% en lo que va del año, mientras que las aguas del mar Adriático han invadido sin precedentes el delta del Po, amenazando la agricultura y el suministro de agua potable. Las ciudades del norte de Italia ya están racionando el agua.
El calor tórrido y las condiciones excepcionalmente secas han afectado la producción de maíz y girasol y han obligado a los productores de arroz a reducir las plantaciones, según la unidad de Monitoreo de Recursos Agrícolas de la UE. Los rendimientos del trigo duro, el grano básico utilizado para hacer pasta, caerán por debajo del promedio de cinco años, dijo en un informe de junio.
Las condiciones extremas han llevado a una disminución estimada del 30% en las cosechas estacionales, incluidas la cebada, los cereales y el arroz en la región, según el grupo agrícola Coldiretti, que estima el costo total de la sequía para la agricultura en 3.000 millones de euros (3.100 millones de dólares).
El gobierno encabezado por el primer ministro Mario Draghi destinará 36,5 millones de euros a fondos de ayuda para la sequía, según un comunicado emitido el lunes.
Las condiciones extremas se pusieron de relieve durante el fin de semana cuando una plataforma de hielo glacial en los Alpes del norte de Italia se desprendió en medio de una temperatura récord de 10 grados Celsius en la cima del glaciar.
Al menos 26 personas fueron atrapadas y al menos siete murieron en la avalancha resultante el domingo, cuando un trozo de glaciar se desprendió de la cima de la Marmolada, el pico más alto de la cordillera de los Dolomitas.
Draghi, que viajó a los Alpes el lunes, dijo que la tragedia, aunque en parte fue el resultado de factores impredecibles, también estaba relacionada con “el deterioro del medio ambiente y la situación climática”.
Fuente: Diario Financiero, Martes 5 de Julio de 2022