DIARIO FINANCIERO – El embalse de Peñuelas, en el centro de Chile, fue hasta hace veinte años la principal fuente de agua de la ciudad de Valparaíso, con suficiente agua para 38.000 piscinas olímpicas. Ahora solo queda agua para dos piscinas. Una enorme extensión de tierra seca y agrietada que alguna vez fue el lecho del lago está llena de esqueletos de peces y animales desesperados en busca de agua.
En medio de una sequía histórica de 13 años, los niveles de lluvia se han desplomado en esta nación sudamericana que abraza la costa del Pacífico del continente. Las temperaturas más altas del aire han significado que la nieve en los Andes, que alguna vez fue un almacén clave de agua de deshielo para la primavera y el verano, no se compacta, se derrite más rápido o se convierte directamente en vapor.
La sequía ha afectado la producción minera en el mayor productor de cobre del mundo, ha avivado las tensiones sobre el uso del agua para el litio y la agricultura, y ha llevado a la capital, Santiago, a hacer planes sin precedentes para un posible racionamiento del agua.
José Luis Murillo, gerente general de ESVAL, la empresa que abastece de agua a Valparaíso explica que “básicamente, lo que tenemos es solo un charco”, y agregó que la ciudad ahora depende de los ríos. “Esto es especialmente significativo si se piensa que hace varias décadas el embalse de Peñuelas era la única fuente de agua para todo el gran Valparaíso”, dice.
Cambio climático y sequía prolongada
Detrás del problema, según han encontrado estudios académicos, hay un cambio global en los patrones climáticos que agudiza los ciclos climáticos naturales. Normalmente, las tormentas de baja presión del Pacífico descargan precipitaciones sobre Chile en invierno, recargan los acuíferos y llenan de nieve las montañas de los Andes.
Pero el calentamiento natural del mar frente a la costa de Chile, que bloquea la llegada de las tormentas, se ha intensificado por el aumento de la temperatura global del mar, según un estudio global sobre la temperatura del mar y los déficits de precipitaciones. Mientras tanto, el agotamiento del ozono y los gases de efecto invernadero en la Antártida exacerban los patrones climáticos que alejan las tormentas de Chile, según un estudio sobre las variables que afectan el clima antártico.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 13 de Junio de 2022