Martes, Noviembre 26, 2024

Desaladoras para la Región de Valparaíso: las alternativas que propone la ciencia para abordar la crisis hídrica en la zona

PAÍS CIRCULAR – Cambio climático y crisis hídrica: Desafíos y oportunidades en los usos del borde costero” se tituló el seminario internacional organizado por la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y la Universidad de Atacama (UDA) que se realizó la semana pasada en el Aula Magna de la primera casa de estudios. Tras los saludos de los rectores de ambos planteles, Patricio Sanhueza y Celso Arias, respectivamente, y del gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, expusieron tres especialistas que abordaron algunos tipos de soluciones asociadas al borde costero para mitigar la crisis hídrica: Estefanía Bonnail, investigadora del Centro de Investigaciones Costeras de la UDA; Domingo Zarzo, presidente de la Asociación Española de Desalación y Reúso (AEDyR); y finalmente Claudio Sáez, director del HUB Ambiental de la UPLA.

Quien abordó específicamente las alternativas para resolver la emergencia hídrica en la Región de Valparaíso fue el doctor Sáez, cuya exposición “Desalación como complemento al consumo humano y agricultura en el centro norte de Chile: gestión y desafíos” refirió a los estudios realizados por el centro de investigación que encabeza para la instalación de plantas desaladoras en la zona. Según contó en su intervención, el HUB Ambiental ha creado modelaciones para determinar qué lugares de la región son los más apropiados para la construcción de plantas de desalación de gran capacidad, que tengan el menor impacto posible y que, además, puedan realizar la captación de agua y posterior distribución de la manera menos costosa posible y ahorrando energía.

En su exposición, Sáez evidenció que en Chile hay 22 plantas desaladoras en operación y 24 en evaluación, pero casi todas están orientadas hacia la minería. En el caso de la Región de Valparaíso, agregó el académico de la UPLA, no existen proyectos de desalación de gran envergadura, salvo el proyecto en desarrollo Aconcagua de Aguas Pacífico SPA, en la bahía de Ventanas, cuya generación se destinaría principalmente a faenas mineras.

En cambio, especificó Sáez, los estudios del HUB Ambiental buscan satisfacer la necesidad de las comunidades ubicadas al interior de la zona norte de la Región de Valparaíso, específicamente en consumo humano y agricultura. En principio, los análisis señalan a la zona de Papudo como la más adecuada para instalar una planta desaladora de 1.000 litros por segundo de producción, escalable al doble en dos a tres años, para abastecer a la zona de extrema escasez como Petorca, La Ligua, Putaendo, San Felipe y, en general, el Valle del Aconcagua.

En esta entrevista con País Circular, Claudio Sáez detalló con más profundidad los contenidos de su exposición y las propuestas de su centro de investigación multidisciplinar -que abreva de distintas ciencias para investigar en variados temas en materia ambiental- para instalar en un plazo cercano esta planta desaladora en Papudo y, luego, si todo el proceso resulta fructífero, poder concretar otro plan piloto de planta desaladora en Laguna Verde. A diferencia de la de Papudo, la de Laguna Verde haría la captación de agua desde acuíferos costeros ubicados en la zona que tienen menos salinidad, y no del mar abierto. Es de especial preocupación para el HUB Ambiental de la UPLA el impacto que puede originar la salmuera vertida al mar luego del proceso de osmosis inversa: Sáez señaló que el impacto es reducido, producto de la fuerza de las corrientes marinas chilenas, en comparación con otras infraestructuras que se construyen en el borde costero.

En ambos proyectos, el HUB Ambiental de la UPLA cuenta con la asesoría técnica e ingenieril de la Asociación Española de Desalación y Reúso (AEDyR) de España, institución que expuso en el seminario a través de su presidente Domingo Zarzo, y que constituye un referente internacional en la materia.

El doctor Claudio Sáez dirige el HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, en Valparaíso.

-En su exposición usted dijo que “no hay desaladoras de alto impacto” en la Región de Valparaíso. De acuerdo a las conclusiones preliminares, ¿cuál sería el mejor lugar de la región para instalar una planta desaladora y bajo qué criterios?

-Bueno, primero tengo que decir que nosotros como HUB Ambiental tratamos distintos temas asociados a medioambiente, dentro de los cuales la desalación es uno de los más importantes. Nos estamos enfocando sobre todo en la zona norte de la Región de Valparaíso, que es donde más apremia y donde más fuerte ha pegado el tema de la desertificación: La Ligua, Petorca, esa zona. Estamos por comenzar un proyecto que concierte a una desaladora modular para probar la calidad del agua desalada en distintos tipos de cultivos existentes o emergentes. Esto sería en la zona de Papudo, o cercano a esa zona, debido a la proximidad que tiene con las redes de transmisión de agua al Sistema Interconectado Central. Es una zona relativamente expuesta a corrientes marinas y facilita la dilución de la salmuera en el caso de los vertidos de este concentrado de sales. Obviamente esta planta tendría como fin el consumo humano y la agricultura. Sería una desaladora, inicialmente, de 1.000 litros por segundo, escalable a 2.000 en unos años.

-Usted fue muy claro en que la desalación no es la única solución, sino que se requiere de un mix de políticas públicas y de fuentes de agua para atacar el problema de la crisis. ¿Qué otros criterios se evaluarán para la instalación de la primera planta desaladora de alta capacidad?

-Dividimos en dos criterios: socioeconómicos y ambientales. Creemos que hay que hacer la desalación al alcance del consumo humano y la agricultura. En Chile, en general, la mayoría de las desaladoras se ha dedicado al tema industrial y, particularmente, a la minería que puede permitirse costos bastante altos, tomando en cuenta su emplazamiento, construcción y operación. En el caso del consumo humano y la agricultura, tenemos que tratar de reducir los costos al máximo posible. Pero no solo eso: debemos, además, preocuparnos que la tecnología y logística empleada como centro de investigación pueda producir el menor impacto posible. Hay que buscar una zona costera que permita a través de su uso de suelo emplazar un proyecto industrial como éste, pudiendo ser terrenos del Estado o de privados, que se puedan comprar o expropiar. Debe estar sobre una cota de altura, en atención a que Chile es un país sísmico y siempre cabe la posibilidad de algún evento telúrico. Y, por último, la captación de agua y la descarga de la salmuera deben estar idealmente en zonas expuestas a las corrientes marinas, independientemente de que antes haya pre-dilución en tierra o se haga un vertido a través de una red de difusores en spray que permita hacer una mezcla rápida con el agua marina. En términos logísticos, la desaladora debe estar emplazada cerca de redes viales. Seguramente la construcción de la planta va a requerir construir otras redes viales. Mientras más cerca esté el Sistema Interconectado Central, se va a ahorrar más energía para bombear el agua desde la desaladora hasta los lugares donde se necesite.

-¿Y cuál es el lugar que cumple estos requisitos dentro de la región para que pueda abastecer a las zonas que más necesitan agua? Se lo pregunto porque hay una desaladora municipal en La Ligua que abastece solo a la zona de Los Quinquelles-La Ballena.

-Yo conozco la planta de La Ballena y es de una envergadura totalmente diferente a la propuesta por nosotros. Ellos desalan a un ritmo de 8 litros por segundo, es pequeña, y luego de desalar transportan el agua a través de camiones aljibe, no hay una red de transmisión de agua. La nuestra va a requerir una red de transmisión de agua para los lugares en que se necesite. No tiene sentido instalar una gran desaladora y trasladar el agua en camiones aljibe. Creemos que el lugar más apropiado es Papudo. En Chile existe la desaladora más grande de Sudamérica: está en Antofagasta. es de la minera Escondida y genera 3.000 litros por segundo. Luego la transporta 600 kilómetros hacia la cordillera. Acá en nuestro caso es menos; el propósito principal es otro, sin perjuicio de que la minería podría entrar a la ecuación si están dispuestos a invertir, a subsidiar parte del agua desalada, para que esté al alcance de la comunidad y de los agricultores.

La desaladora de la Minera Escondida, en Antofagasta, es la más grande en Sudamérica, pero su foco es desalar agua para las faenas productivas mineras. El proyecto del HUB Ambiental apuesta por una desaladora para agricultura y consumo humano.

-¿El HUB Ambiental de la UPLA contempla solo una desaladora o hay más en la planificación?

-Hay más. La de Papudo es el primer esfuerzo. Hay que comenzar por una primero porque es lo más fácil que hay desde el punto de vista de la tramitación. Desde que comienza la idea hasta conseguir la inversión, pasando por los permisos sectoriales, pueden pasar entre 3 a 5 años. Hay que empezar con una desaladora que pueda solucionar gran parte de las necesidades actuales.

-¿Hasta dónde llega la participación de ustedes en este proyecto y desde cuándo ya es resorte de las autoridades?

-Nosotros somos un asesor científico técnico y, por lo tanto, no participamos dentro del proceso de inversión. Nos interesa entregar las herramientas de conocimiento que permitan que la desaladora baje al máximo sus costos para estar al alcance de las necesidades que apremian. Pero también nos preocupamos de que ésta no dañe los ecosistemas marinos, que se haga una correcta gestión de la salmuera y de la captación del agua de mar. Podemos preparar las bases técnicas para un proyecto de desaladora, es decir, participar en colaboración con el sector público-privado para el diseño de la misma; proponer la tecnología que se utilizará, las membranas, los tipos de pre-tratamiento y acoplar esto al uso de energías renovables. Siempre se ha pensado en una planta en cuya inversión participe el Estado y sea administrada por el Estado, pero los costos son bastante altos, así que deberá ser una colaboración pública-privada la que financie este proyecto.

-¿Es importante la gobernanza de la desaladora de la Región de Valparaíso?

-Es importante porque además hay una percepción ciudadana sobre la industria que construye en borde costero que es muy negativa. En nuestras encuestas, sin embargo, notamos que la desalación tiene una buena percepción ciudadana. En este sentido, quienes nos sentimos alineados con la nueva Gobernación de Valparaíso, sentimos de que es un proyecto para la gente, cuyo principal beneficiario será el pequeño y mediano agricultor. Esto no quiere decir que se puede dejar fuera a la gran agricultura y la minería, pero para participar de esta iniciativa deben hacer una inversión que aminore los costos a pagar por los utilitarios finales que son los más relevantes. Lo veo por un tema de subsidio: las mineras y la gran agricultura se pueden permitir grandes costos operacionales. Hemos tenido conversaciones con mineras, y ellas están dispuestas a invertir el doble de lo que se necesita para desalar. Este subsidio nos permitiría abaratar costos de la comunidad tanto para el agua potable como para la agricultura.

-¿Por qué diría que el impacto de una desaladora en Chile es menor al que pueden ocasionar otras industrias en el borde costero?

-Afortunadamente en Chile tenemos una ventaja comparativa comparado con otros lugares del planeta, con respecto a la gestión de la salmuera. En el Mar Mediterráneo, donde probablemente existe la mayor cantidad de desaladoras en el mundo, tienen que lidiar más fuerte con el impacto de la salmuera. El Mediterráneo es como una piscina gigante y tiene profundidades bajas cercanas a la costa, además de no tener corrientes muy fuertes, por lo que tienen que preocuparse mucho de la logística para que la salmuera se mezcle rápidamente con el mar. Nosotros tenemos una de las costas más abruptas y con más energía de todo el planeta: tenemos la corriente de Humboldt, fenómenos de surgencia (afloramiento de aguas marinas frías en toda la costa chilena). La salmuera podría ser vertida a la costa y caer rápidamente a 100 metros de profundidad. Hemos visto el impacto de una desaladora con tecnología antigua y el radio de impacto de hipersalinidad de la salmuera no llega más allá de los 30 o 60 metros. Mientras que en España podemos encontrar desaladoras cuya salmuera no se diluye en un radio de entre 2 a 3 kilómetros.

Claudio Sáez fue el último en exponer en el Aula Magna Dr. Félix Morales Pettorino de la UPLA.

Una desaladora para Laguna Verde

Un segundo proyecto concreto, analizado por el HUB Ambiental de la UPLA, es ver la factibilidad de instalar una planta desaladora en la zona de Laguna Verde, al sur de Valparaíso, que sufre una grave crisis hídrica. En ese sector el HUB Ambiental está desarrollando un plan piloto que permita tener una base técnica para capturar agua no desde el mar abierto, sino de acuíferos costeros que reciben aportes tanto de agua dulce como de agua salada (salobres). “Es una solución que nunca se ha evaluado para uso en desalación y que implicaría capturar agua prefiltrada por la tierra, es decir, con menos salinidad que la del mar”, explica Claudio Sáez.

-¿Qué ventaja tendría trabajar sobre un agua que ya viene prefiltrada y que tiene menos salinidad?

-Bueno, primero hay que decir que Laguna Verde tiene un problema bastante grande con respecto al acceso al agua. De pasar de un pequeño pueblo de pescadores a lo que es en la actualidad: una localidad que ha tenido un crecimiento demográfico asociado a las segundas viviendas, lo que ha repercutidos en un problema de loteo, de construcciones ilegales. La gente de esa zona obtenía agua de pozos subterráneos, los que han sido afectados por distintos factores. Ahí destacan los seudo-naturales como la desertificación producto del cambio climático y la baja de las precipitaciones. Pero además se han instalado actividades productivas cercanas a Laguna Verde. Hay indicios de que la planta de tratamiento de aguas de Esval, que se halla en Placilla, desemboca su descarga en uno de los tributarios que termina en Laguna Verde. Y también está el relleno sanitario El Molle, donde existe percolación de lixiviado. Se ha determinado que el agua escurre a través de superficie o de los pocos, y sería el agua del cual la gente está tomando. Bueno, para dar solución a esto, se sabe que hay aportes en los pozos de agua costeros (acuíferos costeros) que tienen aguas relativamente salobres. Laguna Verde es una cuenca pequeñita y puede servir para después analizar cuencas más grandes como la del Aconcagua o la del Maipo que tiene acuíferos costeros grandes. La ventaja es que como el agua del acuífero costero tiene menos sal, se gasta menos energía y hay menos presión; por lo tanto, además, los costos operativos son más bajos que una captación directa del mar.

-Entonces acá estarían haciendo una prueba para después llevar el modelo a otras cuencas.

-Claro, es un plan piloto que debe terminar con un proyecto tecnológico de una propuesta de desaladora sobre la base de la dinámica del acuífero. Transferiremos ese conocimiento a la Gobernación de Valparaíso; luego ellos decidirán cómo se financia: si a través de la misma Gobernación, del gobierno central o de una colaboración público-privada. La mayoría de los procedimientos, datos y modelos predictivos se pueden aplicar después a las cuencas más grandes de la zona centro-norte, y que nos permitan construir las nuevas desaladoras a través de la toma de agua de acuíferos costeros.

-¿Para cuándo proyectan que al menos la primera desaladora en Papudo esté operativa?

-Estamos en un momento político afortunado. El gobierno central está alineado con el gobierno regional, algo que no sucedía con el gobierno anterior, en que había un gallito entre el delegado presidencial y el gobernador regional. Un proyecto bien articulado, con reducción al máximo de los impactos, con los permisos sectoriales conseguidos y pasando por el sistema de impacto ambiental, más considerando los tiempos de construcción hasta que empiece a operar, podría estar listo entre 3 y 5 años más. El gobernador (Rodrigo Mundaca) ha sido incisivo en la necesidad de contar rápidamente con esto. Es de la zona y está preocupado de que este proyecto de desaladora esté operativo en el momento en que él deje su mandato como gobernador, esto es en tres años y medio más. En el normal de los casos debería demorar entre 3 a 5 años, pero ojalá sea en tres años y medio.

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Fuente: País Circular, Lunes 18 de Abril de 2022

PAÍS CIRCULAR – Cambio climático y crisis hídrica: Desafíos y oportunidades en los usos del borde costero” se tituló el seminario internacional organizado por la Universidad de Playa Ancha (UPLA) y la Universidad de Atacama (UDA) que se realizó la semana pasada en el Aula Magna de la primera casa de estudios. Tras los saludos de los rectores de ambos planteles, Patricio Sanhueza y Celso Arias, respectivamente, y del gobernador regional de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, expusieron tres especialistas que abordaron algunos tipos de soluciones asociadas al borde costero para mitigar la crisis hídrica: Estefanía Bonnail, investigadora del Centro de Investigaciones Costeras de la UDA; Domingo Zarzo, presidente de la Asociación Española de Desalación y Reúso (AEDyR); y finalmente Claudio Sáez, director del HUB Ambiental de la UPLA.

Quien abordó específicamente las alternativas para resolver la emergencia hídrica en la Región de Valparaíso fue el doctor Sáez, cuya exposición “Desalación como complemento al consumo humano y agricultura en el centro norte de Chile: gestión y desafíos” refirió a los estudios realizados por el centro de investigación que encabeza para la instalación de plantas desaladoras en la zona. Según contó en su intervención, el HUB Ambiental ha creado modelaciones para determinar qué lugares de la región son los más apropiados para la construcción de plantas de desalación de gran capacidad, que tengan el menor impacto posible y que, además, puedan realizar la captación de agua y posterior distribución de la manera menos costosa posible y ahorrando energía.

En su exposición, Sáez evidenció que en Chile hay 22 plantas desaladoras en operación y 24 en evaluación, pero casi todas están orientadas hacia la minería. En el caso de la Región de Valparaíso, agregó el académico de la UPLA, no existen proyectos de desalación de gran envergadura, salvo el proyecto en desarrollo Aconcagua de Aguas Pacífico SPA, en la bahía de Ventanas, cuya generación se destinaría principalmente a faenas mineras.

En cambio, especificó Sáez, los estudios del HUB Ambiental buscan satisfacer la necesidad de las comunidades ubicadas al interior de la zona norte de la Región de Valparaíso, específicamente en consumo humano y agricultura. En principio, los análisis señalan a la zona de Papudo como la más adecuada para instalar una planta desaladora de 1.000 litros por segundo de producción, escalable al doble en dos a tres años, para abastecer a la zona de extrema escasez como Petorca, La Ligua, Putaendo, San Felipe y, en general, el Valle del Aconcagua.

En esta entrevista con País Circular, Claudio Sáez detalló con más profundidad los contenidos de su exposición y las propuestas de su centro de investigación multidisciplinar -que abreva de distintas ciencias para investigar en variados temas en materia ambiental- para instalar en un plazo cercano esta planta desaladora en Papudo y, luego, si todo el proceso resulta fructífero, poder concretar otro plan piloto de planta desaladora en Laguna Verde. A diferencia de la de Papudo, la de Laguna Verde haría la captación de agua desde acuíferos costeros ubicados en la zona que tienen menos salinidad, y no del mar abierto. Es de especial preocupación para el HUB Ambiental de la UPLA el impacto que puede originar la salmuera vertida al mar luego del proceso de osmosis inversa: Sáez señaló que el impacto es reducido, producto de la fuerza de las corrientes marinas chilenas, en comparación con otras infraestructuras que se construyen en el borde costero.

En ambos proyectos, el HUB Ambiental de la UPLA cuenta con la asesoría técnica e ingenieril de la Asociación Española de Desalación y Reúso (AEDyR) de España, institución que expuso en el seminario a través de su presidente Domingo Zarzo, y que constituye un referente internacional en la materia.

El doctor Claudio Sáez dirige el HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha, en Valparaíso.

-En su exposición usted dijo que “no hay desaladoras de alto impacto” en la Región de Valparaíso. De acuerdo a las conclusiones preliminares, ¿cuál sería el mejor lugar de la región para instalar una planta desaladora y bajo qué criterios?

-Bueno, primero tengo que decir que nosotros como HUB Ambiental tratamos distintos temas asociados a medioambiente, dentro de los cuales la desalación es uno de los más importantes. Nos estamos enfocando sobre todo en la zona norte de la Región de Valparaíso, que es donde más apremia y donde más fuerte ha pegado el tema de la desertificación: La Ligua, Petorca, esa zona. Estamos por comenzar un proyecto que concierte a una desaladora modular para probar la calidad del agua desalada en distintos tipos de cultivos existentes o emergentes. Esto sería en la zona de Papudo, o cercano a esa zona, debido a la proximidad que tiene con las redes de transmisión de agua al Sistema Interconectado Central. Es una zona relativamente expuesta a corrientes marinas y facilita la dilución de la salmuera en el caso de los vertidos de este concentrado de sales. Obviamente esta planta tendría como fin el consumo humano y la agricultura. Sería una desaladora, inicialmente, de 1.000 litros por segundo, escalable a 2.000 en unos años.

-Usted fue muy claro en que la desalación no es la única solución, sino que se requiere de un mix de políticas públicas y de fuentes de agua para atacar el problema de la crisis. ¿Qué otros criterios se evaluarán para la instalación de la primera planta desaladora de alta capacidad?

-Dividimos en dos criterios: socioeconómicos y ambientales. Creemos que hay que hacer la desalación al alcance del consumo humano y la agricultura. En Chile, en general, la mayoría de las desaladoras se ha dedicado al tema industrial y, particularmente, a la minería que puede permitirse costos bastante altos, tomando en cuenta su emplazamiento, construcción y operación. En el caso del consumo humano y la agricultura, tenemos que tratar de reducir los costos al máximo posible. Pero no solo eso: debemos, además, preocuparnos que la tecnología y logística empleada como centro de investigación pueda producir el menor impacto posible. Hay que buscar una zona costera que permita a través de su uso de suelo emplazar un proyecto industrial como éste, pudiendo ser terrenos del Estado o de privados, que se puedan comprar o expropiar. Debe estar sobre una cota de altura, en atención a que Chile es un país sísmico y siempre cabe la posibilidad de algún evento telúrico. Y, por último, la captación de agua y la descarga de la salmuera deben estar idealmente en zonas expuestas a las corrientes marinas, independientemente de que antes haya pre-dilución en tierra o se haga un vertido a través de una red de difusores en spray que permita hacer una mezcla rápida con el agua marina. En términos logísticos, la desaladora debe estar emplazada cerca de redes viales. Seguramente la construcción de la planta va a requerir construir otras redes viales. Mientras más cerca esté el Sistema Interconectado Central, se va a ahorrar más energía para bombear el agua desde la desaladora hasta los lugares donde se necesite.

-¿Y cuál es el lugar que cumple estos requisitos dentro de la región para que pueda abastecer a las zonas que más necesitan agua? Se lo pregunto porque hay una desaladora municipal en La Ligua que abastece solo a la zona de Los Quinquelles-La Ballena.

-Yo conozco la planta de La Ballena y es de una envergadura totalmente diferente a la propuesta por nosotros. Ellos desalan a un ritmo de 8 litros por segundo, es pequeña, y luego de desalar transportan el agua a través de camiones aljibe, no hay una red de transmisión de agua. La nuestra va a requerir una red de transmisión de agua para los lugares en que se necesite. No tiene sentido instalar una gran desaladora y trasladar el agua en camiones aljibe. Creemos que el lugar más apropiado es Papudo. En Chile existe la desaladora más grande de Sudamérica: está en Antofagasta. es de la minera Escondida y genera 3.000 litros por segundo. Luego la transporta 600 kilómetros hacia la cordillera. Acá en nuestro caso es menos; el propósito principal es otro, sin perjuicio de que la minería podría entrar a la ecuación si están dispuestos a invertir, a subsidiar parte del agua desalada, para que esté al alcance de la comunidad y de los agricultores.

La desaladora de la Minera Escondida, en Antofagasta, es la más grande en Sudamérica, pero su foco es desalar agua para las faenas productivas mineras. El proyecto del HUB Ambiental apuesta por una desaladora para agricultura y consumo humano.

-¿El HUB Ambiental de la UPLA contempla solo una desaladora o hay más en la planificación?

-Hay más. La de Papudo es el primer esfuerzo. Hay que comenzar por una primero porque es lo más fácil que hay desde el punto de vista de la tramitación. Desde que comienza la idea hasta conseguir la inversión, pasando por los permisos sectoriales, pueden pasar entre 3 a 5 años. Hay que empezar con una desaladora que pueda solucionar gran parte de las necesidades actuales.

-¿Hasta dónde llega la participación de ustedes en este proyecto y desde cuándo ya es resorte de las autoridades?

-Nosotros somos un asesor científico técnico y, por lo tanto, no participamos dentro del proceso de inversión. Nos interesa entregar las herramientas de conocimiento que permitan que la desaladora baje al máximo sus costos para estar al alcance de las necesidades que apremian. Pero también nos preocupamos de que ésta no dañe los ecosistemas marinos, que se haga una correcta gestión de la salmuera y de la captación del agua de mar. Podemos preparar las bases técnicas para un proyecto de desaladora, es decir, participar en colaboración con el sector público-privado para el diseño de la misma; proponer la tecnología que se utilizará, las membranas, los tipos de pre-tratamiento y acoplar esto al uso de energías renovables. Siempre se ha pensado en una planta en cuya inversión participe el Estado y sea administrada por el Estado, pero los costos son bastante altos, así que deberá ser una colaboración pública-privada la que financie este proyecto.

-¿Es importante la gobernanza de la desaladora de la Región de Valparaíso?

-Es importante porque además hay una percepción ciudadana sobre la industria que construye en borde costero que es muy negativa. En nuestras encuestas, sin embargo, notamos que la desalación tiene una buena percepción ciudadana. En este sentido, quienes nos sentimos alineados con la nueva Gobernación de Valparaíso, sentimos de que es un proyecto para la gente, cuyo principal beneficiario será el pequeño y mediano agricultor. Esto no quiere decir que se puede dejar fuera a la gran agricultura y la minería, pero para participar de esta iniciativa deben hacer una inversión que aminore los costos a pagar por los utilitarios finales que son los más relevantes. Lo veo por un tema de subsidio: las mineras y la gran agricultura se pueden permitir grandes costos operacionales. Hemos tenido conversaciones con mineras, y ellas están dispuestas a invertir el doble de lo que se necesita para desalar. Este subsidio nos permitiría abaratar costos de la comunidad tanto para el agua potable como para la agricultura.

-¿Por qué diría que el impacto de una desaladora en Chile es menor al que pueden ocasionar otras industrias en el borde costero?

-Afortunadamente en Chile tenemos una ventaja comparativa comparado con otros lugares del planeta, con respecto a la gestión de la salmuera. En el Mar Mediterráneo, donde probablemente existe la mayor cantidad de desaladoras en el mundo, tienen que lidiar más fuerte con el impacto de la salmuera. El Mediterráneo es como una piscina gigante y tiene profundidades bajas cercanas a la costa, además de no tener corrientes muy fuertes, por lo que tienen que preocuparse mucho de la logística para que la salmuera se mezcle rápidamente con el mar. Nosotros tenemos una de las costas más abruptas y con más energía de todo el planeta: tenemos la corriente de Humboldt, fenómenos de surgencia (afloramiento de aguas marinas frías en toda la costa chilena). La salmuera podría ser vertida a la costa y caer rápidamente a 100 metros de profundidad. Hemos visto el impacto de una desaladora con tecnología antigua y el radio de impacto de hipersalinidad de la salmuera no llega más allá de los 30 o 60 metros. Mientras que en España podemos encontrar desaladoras cuya salmuera no se diluye en un radio de entre 2 a 3 kilómetros.

Claudio Sáez fue el último en exponer en el Aula Magna Dr. Félix Morales Pettorino de la UPLA.

Una desaladora para Laguna Verde

Un segundo proyecto concreto, analizado por el HUB Ambiental de la UPLA, es ver la factibilidad de instalar una planta desaladora en la zona de Laguna Verde, al sur de Valparaíso, que sufre una grave crisis hídrica. En ese sector el HUB Ambiental está desarrollando un plan piloto que permita tener una base técnica para capturar agua no desde el mar abierto, sino de acuíferos costeros que reciben aportes tanto de agua dulce como de agua salada (salobres). “Es una solución que nunca se ha evaluado para uso en desalación y que implicaría capturar agua prefiltrada por la tierra, es decir, con menos salinidad que la del mar”, explica Claudio Sáez.

-¿Qué ventaja tendría trabajar sobre un agua que ya viene prefiltrada y que tiene menos salinidad?

-Bueno, primero hay que decir que Laguna Verde tiene un problema bastante grande con respecto al acceso al agua. De pasar de un pequeño pueblo de pescadores a lo que es en la actualidad: una localidad que ha tenido un crecimiento demográfico asociado a las segundas viviendas, lo que ha repercutidos en un problema de loteo, de construcciones ilegales. La gente de esa zona obtenía agua de pozos subterráneos, los que han sido afectados por distintos factores. Ahí destacan los seudo-naturales como la desertificación producto del cambio climático y la baja de las precipitaciones. Pero además se han instalado actividades productivas cercanas a Laguna Verde. Hay indicios de que la planta de tratamiento de aguas de Esval, que se halla en Placilla, desemboca su descarga en uno de los tributarios que termina en Laguna Verde. Y también está el relleno sanitario El Molle, donde existe percolación de lixiviado. Se ha determinado que el agua escurre a través de superficie o de los pocos, y sería el agua del cual la gente está tomando. Bueno, para dar solución a esto, se sabe que hay aportes en los pozos de agua costeros (acuíferos costeros) que tienen aguas relativamente salobres. Laguna Verde es una cuenca pequeñita y puede servir para después analizar cuencas más grandes como la del Aconcagua o la del Maipo que tiene acuíferos costeros grandes. La ventaja es que como el agua del acuífero costero tiene menos sal, se gasta menos energía y hay menos presión; por lo tanto, además, los costos operativos son más bajos que una captación directa del mar.

-Entonces acá estarían haciendo una prueba para después llevar el modelo a otras cuencas.

-Claro, es un plan piloto que debe terminar con un proyecto tecnológico de una propuesta de desaladora sobre la base de la dinámica del acuífero. Transferiremos ese conocimiento a la Gobernación de Valparaíso; luego ellos decidirán cómo se financia: si a través de la misma Gobernación, del gobierno central o de una colaboración público-privada. La mayoría de los procedimientos, datos y modelos predictivos se pueden aplicar después a las cuencas más grandes de la zona centro-norte, y que nos permitan construir las nuevas desaladoras a través de la toma de agua de acuíferos costeros.

-¿Para cuándo proyectan que al menos la primera desaladora en Papudo esté operativa?

-Estamos en un momento político afortunado. El gobierno central está alineado con el gobierno regional, algo que no sucedía con el gobierno anterior, en que había un gallito entre el delegado presidencial y el gobernador regional. Un proyecto bien articulado, con reducción al máximo de los impactos, con los permisos sectoriales conseguidos y pasando por el sistema de impacto ambiental, más considerando los tiempos de construcción hasta que empiece a operar, podría estar listo entre 3 y 5 años más. El gobernador (Rodrigo Mundaca) ha sido incisivo en la necesidad de contar rápidamente con esto. Es de la zona y está preocupado de que este proyecto de desaladora esté operativo en el momento en que él deje su mandato como gobernador, esto es en tres años y medio más. En el normal de los casos debería demorar entre 3 a 5 años, pero ojalá sea en tres años y medio.

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Fuente: País Circular, Lunes 18 de Abril de 2022

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