DIARIO FINANCIERO – El 10 de febrero el Transantiago cumplió 15 años de implementación y, aunque faltan varios cambios por hacer, el sistema de buses de la última década es muy diferente de lo que partió en 2007.
Las transformaciones se profundizaron en los últimos cuatro años con la entrada creciente de vehículos eléctricos, y durante 2022 esta categoría representará el 26% del total del sistema de transporte de la Región Metropolitana que funciona con una flota global de 6.713 máquinas aproximadamente.
La semana pasada, el Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones anunció que la Controlaría dio luz verde a la licitación que anunció su titular Gloria Hutt, lo cual dio paso a la entrada de 1.637 unidades. De ellas, 991 son impulsadas por energía cero emisión y las restantes utilizan tecnología diésel bajo la norma Euro VI.
Este hito marca un avance significativo en electromovilidad para el transporte público. Desde los 784 equipos eléctricos que están actualmente operando, hacia junio se alcanzarían 1.775 unidades en circulación cuando entren en vigencia los nuevos contratos del Estado durante este período.
Una vez completada esta renovación, más de un cuarto de la flota que opera en la capital funcionará con esta energía eléctrica. Y si a estas unidades se suman los 2.085 vehículos con tecnología Euro VI, del orden de un 57% del sistema de transporte capitalino operará bajo el nuevo estándar de movilidad RED.
Ventajas operativas
En promedio un bus eléctrico de 12 metros (el modelo más utilizado en Santiago) tiene un precio de mercado de US$ 320 mil, aunque varía según su fabricante y origen. Pero si se toma de referencia este precio, el monto global involucrado en la compra de estas máquinas bordea los US$ 568 millones, y las marcas más utilizadas en Chile son las chinas BYD y Fotón.
Los operadores han preferido esta tecnología porque si bien la inversión inicial puede ser hasta un 50% más cara que la de un bus tradicional, en el futuro se compensa con la reducción de los costos operativos en hasta 70% en comparación con los vehículos que funcionan con combustión.
Justamente este ahorro en la operación posibilita que los buses no generen mayor costo al sistema, comentó el experto de transportes UC, Eduardo Koffman. “El kilómetro por pasajero transportado de estas máquinas es más barato que uno impulsado por diésel. Además, atraen más a las personas y, por lo tanto, desde el punto de vista social si se reemplaza la totalidad de la flota por buses eléctricos el subsidio que se requeriría sería menor”, agregó.
Los puntos pendientes
Para poder dar un cierre definitivo al Transantiago “todavía hay que esperar”, comentó el académico de la Universidad San Sebastián, Carlos Melo, precisando que cambiar sólo el material rodante no es sinónimo de tener un nuevo sistema, sino que recién se podrá evaluar cuando entre en operación el nuevo modelo que diseñó la secretaría de Estado separando la administración de la flota y las concesiones de vías en la última licitación. “Tenemos un tremendo avance con la entrada masiva de buses nuevos y eléctricos, pero es el mismo sistema de operación, contrato y operadores que tenía Transantiago. Es un éxito que la actual administración haya cerrado la licitación, pero su evaluación será recién en 2023, cuya fórmula que no ha sido probada en el mundo y que sólo el estándar de calidad de los usuarios probará su éxito”, concluyó Melo.
El próximo ministro Juan Carlos Muñoz será el encargado de implementar los contratos que adjudicó Gloria Hutt, y la nueva administración tendrá que poner en marcha una segunda fase de cambios. Melo destaca que algunas de las mejoras pendientes son elevar el estándar de la operación en tiempos de viaje, los paraderos y profundizar en la infraestructura, dado que “no hubo avances en esta materia en este gobierno”.
Para Koffman, otro tema a zanjar es la optimización de los terminales, iniciativa que requiere hacer más eficiente el uso de esta infraestructura. Advierte que no es beneficioso que el gobierno se endeude con la adquisición de estos recintos y lo “esperable” sería encargar la tarea a un privado. “El actual gobierno no deja proyectos nuevos en curso y eso sin duda es una tarea al debe que debe recoger la administración de Gabriel Boric”, comentó.
Regiones: 11 ciudades operarán con sistema de electromovilidad
Elevar la calidad del transporte en ciudades de regiones será otra de las misiones centrales del MTT. La administración de Gloria Hutt dejó andando en desarrollo proyectos para implementar la electromovilidad en Arica, Antofagasta, Copiapó, Rancagua, Talca, Gran Concepción, Temuco, Gran Valparaíso, Puerto Montt y ahora Coquimbo–La Serena, los que entrarán en operación en 2022.
Esta iniciativa partió en el último año del actual gobierno pero el primer concurso en Antofagasta fue rechazado por la Contraloría. La licitación se hizo entre junio y octubre pasado, e implicaba añadir hasta 56 máquinas con cero emisiones en un recorrido nuevo, el que se añadiría a los 13 servicios que ya operan en esa ciudad y que acusaron condiciones ventajosas para el nuevo operador. El concurso fue desechado por estimar que la adjudicación a la empresa Río Bósforo Spa tenía vicios de ilegalidad y afectaría el interés público por presentar problemas de fragilidad en el servicio en el tiempo.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 14 de Febrero de 2022