LA TERCERA – Un gran atributo de la acupuntura urbana es su capilaridad, que consiste en abarcar una ciudad completa a partir de decenas o cientos de lugares “acupunturales” cuyos beneficios se van sumando y multiplicando en plazos relativamente breves, un requisito fundamental para llevar bienestar a una población que ha sufrido tres crisis seguidas.
En 1992, los catalanes aprovecharon los Juegos Olímpicos para mejorar Barcelona y ponerla en el mapa de las ciudades más atractivas de Europa. Su iniciativa fue todo un éxito, y se basó en dos grandes estrategias: construir grandes proyectos, como la apertura del borde costero o las rondas viales, y pequeñas intervenciones en puntos claves, lo que luego sería conocido como “acupuntura urbana”, ya que los sectores escogidos simbolizaban problemas, pero también tenían el potencial de resolverlos mediante “pinchazos” de inversión, como ocurre con este ancestral método de medicina alternativa.
Un gran atributo de la acupuntura urbana es su capilaridad, que consiste en abarcar una ciudad completa a partir de decenas o cientos de lugares “acupunturales” cuyos beneficios se van sumando y multiplicando en plazos relativamente breves, un requisito fundamental para llevar bienestar a una población que ha sufrido tres crisis seguidas y no puede esperar siete o diez años para que estén operativas las ideas que saldrán del proceso constituyente.
Las estrategias de acupuntura deben proveer servicios y mejorar entornos y espacios públicos. El primer paso es la focalización territorial, que implica seleccionar -de toda la ciudad- los sectores que presentan las mayores urgencias sociales. Si sumamos los impactos del estallido y la crisis sanitaria, podemos concluir que este foco territorial deben ser barrios segregados con problemas de hacinamiento residencial, como ocurre en los condominios o blocks de vivienda social, pero también en barrios de clase media densamente poblados con mega torres en Independencia, Santiago o La Cisterna.
Luego debemos escoger la red de capilaridad, es decir, los puntos que serán “pinchados” con inversiones para resolver déficit y multiplicar beneficios. Como estamos contra el tiempo, pensamos que debemos aprovechar servicios o infraestructuras existentes que puedan mejorarse o potenciarse con los pinchazos. En Atisba tenemos catastros de todos estos usos de suelo, así que hicimos un ejercicio de superposición de mapas en la ciudad de Santiago. Ubicamos los barrios con problemas de segregación y hacinamiento y le sumamos los supermercados, bancos, consultorios, clínicas, estadios, canchas, oficinas privadas y servicios públicos.
Fuente: La Tercera, Viernes 07 de Mayo de 2021