EL MERCURIO – El Ministerio de Transportes y Telecomunicaciones subastó en forma exitosa las primeras concesiones de 5G, que permitirán avanzar en la nueva tecnología en un mercado competitivo. La licitación recaudó más de US$ 470 millones, varias veces el total de todas las licitaciones anteriores, que, en efecto, habían entregado un recurso escaso en forma virtualmente gratuita a las empresas.
El monto obtenido en la licitación debe compararse con los US$ 81 mil millones recaudados en los EE.UU. y con los € 6.600 millones en Alemania. Aunque las licitaciones no son estrictamente comparables, porque se vendían distintas cantidades de espectro y bandas, se pueden sacar algunas conclusiones. Si consideramos el PGB de estos países, la subasta nacional extrajo rentas económicas cercanas a las de Alemania, pero la mitad de las obtenidas en los EE.UU. Esto probablemente refleja que el mercado de las telecomunicaciones es más competitivo en Chile y Alemania que en los EE.UU., por lo que la competencia se produce por ingresar al mercado. Alternativamente, las licitaciones de Chile y de Alemania fallaron y fueron menos competitivas; sin embargo, los mayores precios de los servicios de telecomunicaciones en los EE.UU. hacen que la primera interpretación sea más razonable.
Como en casi todos los países, la acción principal estuvo en las bandas de 3.5GHz, que es donde se desplegará gran parte del potencial del 5G en los próximos años. Este espectro tiene valor porque sobre él se desarrollarán primero las nuevas tecnologías móviles. En esta etapa, que puede durar varios años, el 5G proveerá un servicio bastante mejor que el actual, pero no significará un cambio revolucionario. La tecnología 5G permite utilizar de modo más eficiente el espectro. Esto se consigue mediante dispositivos móviles que pueden operar simultáneamente en las distintas bandas, recibiendo señales de múltiples antenas, para aprovechar mejor la disponibilidad de frecuencia. Más adelante aparecerán antenas que podrán dirigir señales a los equipos de los usuarios, lo que posibilitará incrementar aún más la capacidad, pues se pueden reutilizar las frecuencias. Asimismo, la respuesta será mucho más rápida, porque la latencia será menor.
Esto impactará favorablemente la calidad de programas de videoconferencia (como Zoom) en aquellos hogares que no dispongan de conexión física. Aparecerán servicios que ahora no imaginamos, tal como la mayor capacidad de 4G permitió desarrollar aplicaciones como Waze y muchas otras. Una dificultad es que las frecuencias más altas y con mayor capacidad —por sobre 1GHz— tienen menos posibilidades de penetrar paredes en hogares u oficinas. Esto requerirá que los usuarios fijos instalen antenas exteriores para recibir los beneficios en sus hogares, a diferencia de los usuarios en el exterior, que percibirán las mejoras de inmediato si disponen de los nuevos equipos y se encuentran en la cercanía de los equipos emisores.
El sector minero espera que el 5G le permita integrar y automatizar operaciones, así como el manejo a distancia o autónomo de camiones mineros y simplificar otras actividades. Algunas de estas modernizaciones —en el caso de instalaciones fijas— no requieren necesariamente de 5G, ya que podría usarse una conexión con fibra óptica, que ya existe en la vecindad, porque la tecnología 5G depende de un sustrato o backbone de fibra óptica.
Las grandes promesas del 5G están en las frecuencias de la banda de 26GHz, en la que existe amplia disponibilidad de espectro, lo que ofrece una enorme capacidad de transmisión de datos, tal como una conexión actual de fibra óptica domiciliaria. Enfrenta, eso sí, el problema de un alcance limitado porque cualquier obstáculo interfiere con la señal. Inicialmente será utilizada en estadios y aeropuertos, donde hay aglomeraciones de usuarios. Eventualmente aparecerán miniantenas ubicuas que permitirán su uso generalizado.
El país está bien preparado para este futuro digital, con buenas conexiones de cable internacional existentes y planificadas, tal como la que nos unirá con Asia. Seremos un nodo en las comunicaciones mundiales, lo que ya se comienza a apreciar en los data centers que están instalándose en el país. Luego de la licitación del 5G, las perspectivas para el sector tecnológico asociado son halagüeñas, a menos que la política introduzca un riesgo excesivo para las inversiones.
Fuente: El Mercurio, Viernes 05 de Marzo de 2021