EL MOSTRADOR – Los casi ocho meses que tuvimos de encierro y con movilidad reducida, han llevado a que todo se vuelva a repensar. Nuevos modelos de negocios, hábitos y estructuras y con ello también se ha analizado la forma en que están pensadas las ciudades.
La movilidad también ha sido parte del cambio. Estamos frente a una transformación global única y rápida: donde varias ciudades del mundo están comenzando a fomentar nuevos hábitos de viaje.
Así se pudo observar en los momentos de desconfinamiento en varias ciudades del mundo, donde las medidas fueron desde inversión en ciclovías, bonos para compras de bicicletas, creación de carriles temporales para bicicletas, entre otras. Es una realidad y lo sensato es que las políticas e iniciativas públicas estén fuertemente dirigidas a peatones y ciclistas.
Existen otras acciones que no requieren de grandes inversiones, pero requieren valentía y planificación por parte de los organismos públicos para que las ciudades post cuarentena no muestren, por ejemplo, niveles aún más altos de congestión y contaminación del aire, ya que la tendencia es que las personas usen automóviles para moverse ante el miedo a las aglomeraciones.
Es un hecho, la movilidad está cambiando en todo el mundo. Algunos ejemplos de esto son Francia, donde el uso de bicicletas creció un 200%, en Ecuador ha aumentado un 700% producto de la pandemia y en Bogotá se han habilitado 84 kilómetros de ciclovías temporales por el Covid-19. Así también, según el Ministerio de Transportes, durante los últimos años, en Chile el uso de la bicicleta ha aumentado alrededor de 10% anual y se prevé que a raíz de la pandemia esa cifra siga aumentando, algo que hemos visto en el uso de Bike Santiago, donde en octubre aumentó un 191% los viajes totales realizados, comparado con abril de este año, mes en el que comenzó el confinamiento total .
El objetivo es uno, contar con infraestructura urbana más fluida, sostenible y humana, no solo por ahora, sino para mejorar la calidad de vida de la sociedad actual y futura.
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Fuente: El Mostrador, Miércoles 18 de Noviembre de 2020
Ideas para una ciudad mejor
EL MOSTRADOR – Los casi ocho meses que tuvimos de encierro y con movilidad reducida, han llevado a que todo se vuelva a repensar. Nuevos modelos de negocios, hábitos y estructuras y con ello también se ha analizado la forma en que están pensadas las ciudades.
La movilidad también ha sido parte del cambio. Estamos frente a una transformación global única y rápida: donde varias ciudades del mundo están comenzando a fomentar nuevos hábitos de viaje.
Así se pudo observar en los momentos de desconfinamiento en varias ciudades del mundo, donde las medidas fueron desde inversión en ciclovías, bonos para compras de bicicletas, creación de carriles temporales para bicicletas, entre otras. Es una realidad y lo sensato es que las políticas e iniciativas públicas estén fuertemente dirigidas a peatones y ciclistas.
Existen otras acciones que no requieren de grandes inversiones, pero requieren valentía y planificación por parte de los organismos públicos para que las ciudades post cuarentena no muestren, por ejemplo, niveles aún más altos de congestión y contaminación del aire, ya que la tendencia es que las personas usen automóviles para moverse ante el miedo a las aglomeraciones.
Es un hecho, la movilidad está cambiando en todo el mundo. Algunos ejemplos de esto son Francia, donde el uso de bicicletas creció un 200%, en Ecuador ha aumentado un 700% producto de la pandemia y en Bogotá se han habilitado 84 kilómetros de ciclovías temporales por el Covid-19. Así también, según el Ministerio de Transportes, durante los últimos años, en Chile el uso de la bicicleta ha aumentado alrededor de 10% anual y se prevé que a raíz de la pandemia esa cifra siga aumentando, algo que hemos visto en el uso de Bike Santiago, donde en octubre aumentó un 191% los viajes totales realizados, comparado con abril de este año, mes en el que comenzó el confinamiento total .
El objetivo es uno, contar con infraestructura urbana más fluida, sostenible y humana, no solo por ahora, sino para mejorar la calidad de vida de la sociedad actual y futura.
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Fuente: El Mostrador, Miércoles 18 de Noviembre de 2020