CPI – La decadencia de la política, la mediocridad de la economía y la naturalización de la violencia son las tres amenazas que ponen en riesgo la estabilidad del país a futuro. Así lo afirmó el presidente de Imaginacción y exministro secretario general de Gobierno durante el gobierno de Patricio Aylwin, Enrique Correa, en el marco de la reunión de consejo del Consejo de Políticas de Infraestructura, realizada recientemente.
En un acabado análisis de la situación político-económica de la nación en el nuevo escenario que emerge tras la aplastante victoria del Apruebo en los comicios de octubre, Correa aseveró además que, si bien el 2021 veremos una recuperación económica moderada gracias, principalmente, al precio del cobre y al sector de la construcción, se espera que la inversión privada disminuya significativamente a causa de la incertidumbre política.
En este escenario, el analista remarcó la importancia de la inversión pública para sostener los índices de crecimiento, para lo cual -afirmó- “es fundamental que el gobierno destrabe su aparataje burocrático y se asocie con los empresarios, vitales para la reactivación, compartiendo tanto sus éxitos, como los riesgos”.
“La etapa de acuerdos de los 90 se cerró y se está abriendo otra que puede ser de confusión o de avance, dependiendo de la tónica de los acuerdos que se adopten. Para construir un Estado de bienestar para todos, es fundamental dar seguridad a las fortalezas de nuestra economía, especialmente las institucionales: un Banco Central autónomo, un sistema financiero sólido, una regla fiscal a la que tenemos que volver, prudencia fiscal y la apertura de nuestras economías”, complementó.
Las razones del Apruebo
Enrique Correa planteó que la contundencia del plebiscito da cuenta del retroceso de la clase media que, durante algunos años, mientras el país creció a tasas importantes, pudo cumplir dos de sus sueños básicos: el ascenso social y la posibilidad de dar a sus hijos un mejor estándar de vida.
Cuando el crecimiento se detuvo “esos sueños se alejaron hasta casi desaparecer para dar lugar a la peor de las pesadillas, la vuelta a la pobreza, las carencias en los salarios, salud, pensiones. Esa es la raíz social desde donde surge el apoyo al estallido. La clase media sigue siendo el sector clave para entender la realidad. No buscan revolución, pero se sublevan por el acceso a bienes públicos de calidad y se indignan cuando este acceso es desigual. Este es el sector que debería dictar los programas de gobierno”, aseveró.
La ausencia de expectativas, a juicio de Correa, suma a jóvenes sin destino, sin educación, frustrados, marginales y con ausencia de sentido, a las filas del anarquismo y narcotráfico.
El experto afirmó que el resultado de las votaciones no puede atribuirse a ningún sector político, sino más bien, al hecho de que la gente quiere cambios y el final de la “tiranía del status quo”. A su juicio, sin embargo, la alta participación en los comicios demostró que, a pesar de la desconfianza en las instituciones, la gente sigue creyendo en el sistema electoral.
Asimismo, afirmó que es difícil deducir pronósticos para las próximas elecciones presidenciales, “porque la torta es muy grande, y ni la derecha logró convocar a toda su gente al Rechazo, ni la oposición por el Apruebo logró construir unidad”.
En cuanto a la reforma constitucional, Correa aseveró que la filosofía del Estado subsidiario probablemente haya llegado a su fin y que es esperable que la figura a futuro tenga más que ver con un Estado social de derecho similar al alemán, y con la definición de la forma en que se incluirán los derechos sociales en la Constitución, ya sea autoejecutables o por medio de una ley para su ejercicio.
Además, se refirió a la temprana adopción en Chile, en el siglo XIX, de un trío de instituciones: el presidencialismo, el Estado unitario y la administración centralizada de las finanzas públicas, conceptos fundantes cuyo futuro “es difícil de visualizar en el marco de las reformas que vienen”. Lo mismo sucede con el derecho de propiedad, cuya discusión Correa ve circunscrita a los ámbitos mineros y del agua.
Finalmente hizo hincapié en la violencia, aludiendo a ella como un “fenómeno perverso, similar a la violación de los derechos humanos, que no admite justificación compasiva. El país se reconstruirá solo si se une en la condena contra la violencia” e hizo un llamado a no pensar en una ´Constitución de los vencedores´, como la del 80, “pues esto dura solo hasta que los vencidos dejan de serlo”.
Al cierre se dirigió a los asistentes Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, entidad que acaba de firmar un acuerdo de colaboración con el Consejo de Políticas de Infraestructura para impulsar el establecimiento y adopción de políticas públicas orientadas a apalancar el crecimiento país.
Sutil hizo un llamado a los grupos, especialmente a la juventud más radicalizada, que apoya iniciativas como el segundo retiro del 10% de las AFP, a informarse mejor, aludiendo al daño que hacen al país. “Los fondos de la AFP, en un 25%, apalancan deuda del Estado; otro 25%, deuda del Estado con otras naciones; un tercer 25% permite desarrollar la vivienda social, a través de créditos a 20 y 30 años, con tasas nunca vistas en Chile a través de la banca que intermedia. Solo un pequeño porcentaje -15 mil millones de un total de 200 mil- está financiando las empresas a través de participación accionaria”, afirmó.
“Por eso me parece poco responsable empujar estas y otras iniciativas similares sin entender el trasfondo. Hoy necesitamos más empresas, más trabajo y tributo y un mejor Estado, y por tanto, requerimos de alta política para analizar estos temas y tomar decisiones con propiedad”, finalizó.
Fuente: CPI, Miércoles 04 de Noviembre de 2020
XXXVIII Consejo del CPI – Inversión pública es fundamental para sostener índices de crecimiento tras triunfo del Apruebo
CPI – La decadencia de la política, la mediocridad de la economía y la naturalización de la violencia son las tres amenazas que ponen en riesgo la estabilidad del país a futuro. Así lo afirmó el presidente de Imaginacción y exministro secretario general de Gobierno durante el gobierno de Patricio Aylwin, Enrique Correa, en el marco de la reunión de consejo del Consejo de Políticas de Infraestructura, realizada recientemente.
En un acabado análisis de la situación político-económica de la nación en el nuevo escenario que emerge tras la aplastante victoria del Apruebo en los comicios de octubre, Correa aseveró además que, si bien el 2021 veremos una recuperación económica moderada gracias, principalmente, al precio del cobre y al sector de la construcción, se espera que la inversión privada disminuya significativamente a causa de la incertidumbre política.
En este escenario, el analista remarcó la importancia de la inversión pública para sostener los índices de crecimiento, para lo cual -afirmó- “es fundamental que el gobierno destrabe su aparataje burocrático y se asocie con los empresarios, vitales para la reactivación, compartiendo tanto sus éxitos, como los riesgos”.
“La etapa de acuerdos de los 90 se cerró y se está abriendo otra que puede ser de confusión o de avance, dependiendo de la tónica de los acuerdos que se adopten. Para construir un Estado de bienestar para todos, es fundamental dar seguridad a las fortalezas de nuestra economía, especialmente las institucionales: un Banco Central autónomo, un sistema financiero sólido, una regla fiscal a la que tenemos que volver, prudencia fiscal y la apertura de nuestras economías”, complementó.
Las razones del Apruebo
Enrique Correa planteó que la contundencia del plebiscito da cuenta del retroceso de la clase media que, durante algunos años, mientras el país creció a tasas importantes, pudo cumplir dos de sus sueños básicos: el ascenso social y la posibilidad de dar a sus hijos un mejor estándar de vida.
Cuando el crecimiento se detuvo “esos sueños se alejaron hasta casi desaparecer para dar lugar a la peor de las pesadillas, la vuelta a la pobreza, las carencias en los salarios, salud, pensiones. Esa es la raíz social desde donde surge el apoyo al estallido. La clase media sigue siendo el sector clave para entender la realidad. No buscan revolución, pero se sublevan por el acceso a bienes públicos de calidad y se indignan cuando este acceso es desigual. Este es el sector que debería dictar los programas de gobierno”, aseveró.
La ausencia de expectativas, a juicio de Correa, suma a jóvenes sin destino, sin educación, frustrados, marginales y con ausencia de sentido, a las filas del anarquismo y narcotráfico.
El experto afirmó que el resultado de las votaciones no puede atribuirse a ningún sector político, sino más bien, al hecho de que la gente quiere cambios y el final de la “tiranía del status quo”. A su juicio, sin embargo, la alta participación en los comicios demostró que, a pesar de la desconfianza en las instituciones, la gente sigue creyendo en el sistema electoral.
Asimismo, afirmó que es difícil deducir pronósticos para las próximas elecciones presidenciales, “porque la torta es muy grande, y ni la derecha logró convocar a toda su gente al Rechazo, ni la oposición por el Apruebo logró construir unidad”.
En cuanto a la reforma constitucional, Correa aseveró que la filosofía del Estado subsidiario probablemente haya llegado a su fin y que es esperable que la figura a futuro tenga más que ver con un Estado social de derecho similar al alemán, y con la definición de la forma en que se incluirán los derechos sociales en la Constitución, ya sea autoejecutables o por medio de una ley para su ejercicio.
Además, se refirió a la temprana adopción en Chile, en el siglo XIX, de un trío de instituciones: el presidencialismo, el Estado unitario y la administración centralizada de las finanzas públicas, conceptos fundantes cuyo futuro “es difícil de visualizar en el marco de las reformas que vienen”. Lo mismo sucede con el derecho de propiedad, cuya discusión Correa ve circunscrita a los ámbitos mineros y del agua.
Finalmente hizo hincapié en la violencia, aludiendo a ella como un “fenómeno perverso, similar a la violación de los derechos humanos, que no admite justificación compasiva. El país se reconstruirá solo si se une en la condena contra la violencia” e hizo un llamado a no pensar en una ´Constitución de los vencedores´, como la del 80, “pues esto dura solo hasta que los vencidos dejan de serlo”.
Al cierre se dirigió a los asistentes Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio, entidad que acaba de firmar un acuerdo de colaboración con el Consejo de Políticas de Infraestructura para impulsar el establecimiento y adopción de políticas públicas orientadas a apalancar el crecimiento país.
Sutil hizo un llamado a los grupos, especialmente a la juventud más radicalizada, que apoya iniciativas como el segundo retiro del 10% de las AFP, a informarse mejor, aludiendo al daño que hacen al país. “Los fondos de la AFP, en un 25%, apalancan deuda del Estado; otro 25%, deuda del Estado con otras naciones; un tercer 25% permite desarrollar la vivienda social, a través de créditos a 20 y 30 años, con tasas nunca vistas en Chile a través de la banca que intermedia. Solo un pequeño porcentaje -15 mil millones de un total de 200 mil- está financiando las empresas a través de participación accionaria”, afirmó.
“Por eso me parece poco responsable empujar estas y otras iniciativas similares sin entender el trasfondo. Hoy necesitamos más empresas, más trabajo y tributo y un mejor Estado, y por tanto, requerimos de alta política para analizar estos temas y tomar decisiones con propiedad”, finalizó.
Fuente: CPI, Miércoles 04 de Noviembre de 2020