Domingo, Noviembre 24, 2024

En la agenda de la próxima generación

EL MERCURIO – “De vez en cuando la vida” nos da una buena noticia. En mi caso tuvo nombre y apellido: Carmina Pérez Bertolli.
Carmina es tucumana, feminista y tiene 27 años. Se licenció en Física por la Universidad de Buenos Aires, y obtuvo su doctorado en la misma materia por el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas, que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Además, su tesis de licenciatura ganó la edición 2020 del Premio “Luis Másperi”, que otorga la Asociación Física Argentina.
La tesis laureada se titula “Estimación del flujo de muones en el laboratorio subterráneo ANDES”. El laboratorio ANDES (Agua Negra Deep Experiment Site) será construido en el marco de la obra del Túnel Agua Negra, obra de infraestructura que unirá vialmente a Chile y Argentina por el paso homónimo, a la altura de Coquimbo y San Juan, respectivamente.
Así, bajo 1.700 metros de roca sudamericana, se alzará un laboratorio de 60.000 m{+3} de volumen, que emprenderá experimentos de vanguardia en física del neutrino, búsqueda de la materia oscura, geofísica, biología, impacto ambiental; gracias —entre otras cosas— a su ambiente libre de radiación. Todo esto, guiado por un consorcio latinoamericano, con el apoyo de varios premios Nobel. Música para algunos oídos.
En su tesis, la Lic. Pérez Bertolli revisó las estimaciones realizadas originalmente respecto del flujo de muones (otra partícula subatómica que forma parte de la radiación cósmica) como factor de “ruido” para las mediciones que se proponen realizar desde el laboratorio ANDES.
Una nueva generación es premiada, y los que hace ya rato caminamos esta Tierra, tenemos el deber de hacer sitio de honor a las enseñanzas y la renovación que trae. En la región: ciencia binacional e igualdad de género.
Las nuevas camadas llevan la marca de un pensamiento que hace y hará a este planeta cada vez más igualitario. Muchas veces nos planteamos refundarlo, mientras dábamos oxígeno a la injusticia respecto de nuestras compañeras. Tratamos de aprender.
El mundo acentúa cada vez más las brechas entre los países desarrollados y los que todavía estamos intentándolo. El capitalismo de plataformas exige un nivel de concentración de capital y de tecnología jamás visto. Si Chile y Argentina no nos unimos para producir conocimiento científico y tecnológico, no solo no alcanzaremos el desarrollo, sino que las asimetrías globales se volverán cada vez más pronunciadas sobre nosotros. ¿Cómo mantener el equilibrio de la estabilidad sistémica sin pérdida de autonomía? Esa es una buena pregunta, aunque no necesariamente nueva.
Tal vez la agenda de la generación que empieza a ocupar los espacios de toma de decisiones exija, para mayor bienestar y autonomía de todos, una inversión de polaridad radical: priorizar los proyectos científicos conjuntos por sobre las obras de infraestructura. En otros términos: hasta ahora las grandes obras contenían a la ciencia aplicada; la idea consiste en que los proyectos científicos abarquen a los emprendimientos infraestructurales, y los titulen.
Los túneles se postergan y tienen sus tiempos de maduración y ejecución. La ciencia, que no se pregunta “¿debo?” sino “¿puedo?”, no tiene tiempo que perder. Avancemos con laboratorios, y que el resto venga por añadidura.
Rafael Bielsa
Embajador de Argentina en Chile
Fuente: El Mercurio,  Sábado 24 de Octubre de 2020

EL MERCURIO – “De vez en cuando la vida” nos da una buena noticia. En mi caso tuvo nombre y apellido: Carmina Pérez Bertolli.
Carmina es tucumana, feminista y tiene 27 años. Se licenció en Física por la Universidad de Buenos Aires, y obtuvo su doctorado en la misma materia por el Instituto de Tecnologías en Detección y Astropartículas, que depende de la Comisión Nacional de Energía Atómica. Además, su tesis de licenciatura ganó la edición 2020 del Premio “Luis Másperi”, que otorga la Asociación Física Argentina.
La tesis laureada se titula “Estimación del flujo de muones en el laboratorio subterráneo ANDES”. El laboratorio ANDES (Agua Negra Deep Experiment Site) será construido en el marco de la obra del Túnel Agua Negra, obra de infraestructura que unirá vialmente a Chile y Argentina por el paso homónimo, a la altura de Coquimbo y San Juan, respectivamente.
Así, bajo 1.700 metros de roca sudamericana, se alzará un laboratorio de 60.000 m{+3} de volumen, que emprenderá experimentos de vanguardia en física del neutrino, búsqueda de la materia oscura, geofísica, biología, impacto ambiental; gracias —entre otras cosas— a su ambiente libre de radiación. Todo esto, guiado por un consorcio latinoamericano, con el apoyo de varios premios Nobel. Música para algunos oídos.
En su tesis, la Lic. Pérez Bertolli revisó las estimaciones realizadas originalmente respecto del flujo de muones (otra partícula subatómica que forma parte de la radiación cósmica) como factor de “ruido” para las mediciones que se proponen realizar desde el laboratorio ANDES.
Una nueva generación es premiada, y los que hace ya rato caminamos esta Tierra, tenemos el deber de hacer sitio de honor a las enseñanzas y la renovación que trae. En la región: ciencia binacional e igualdad de género.
Las nuevas camadas llevan la marca de un pensamiento que hace y hará a este planeta cada vez más igualitario. Muchas veces nos planteamos refundarlo, mientras dábamos oxígeno a la injusticia respecto de nuestras compañeras. Tratamos de aprender.
El mundo acentúa cada vez más las brechas entre los países desarrollados y los que todavía estamos intentándolo. El capitalismo de plataformas exige un nivel de concentración de capital y de tecnología jamás visto. Si Chile y Argentina no nos unimos para producir conocimiento científico y tecnológico, no solo no alcanzaremos el desarrollo, sino que las asimetrías globales se volverán cada vez más pronunciadas sobre nosotros. ¿Cómo mantener el equilibrio de la estabilidad sistémica sin pérdida de autonomía? Esa es una buena pregunta, aunque no necesariamente nueva.
Tal vez la agenda de la generación que empieza a ocupar los espacios de toma de decisiones exija, para mayor bienestar y autonomía de todos, una inversión de polaridad radical: priorizar los proyectos científicos conjuntos por sobre las obras de infraestructura. En otros términos: hasta ahora las grandes obras contenían a la ciencia aplicada; la idea consiste en que los proyectos científicos abarquen a los emprendimientos infraestructurales, y los titulen.
Los túneles se postergan y tienen sus tiempos de maduración y ejecución. La ciencia, que no se pregunta “¿debo?” sino “¿puedo?”, no tiene tiempo que perder. Avancemos con laboratorios, y que el resto venga por añadidura.
Rafael Bielsa
Embajador de Argentina en Chile
Fuente: El Mercurio,  Sábado 24 de Octubre de 2020

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