DIARIO FINANCIERO – Cada 17 de mayo, desde hace 51 años, el mundo conmemora la fundación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional, como una fecha emblemática para difundir y reafirmar la contribución que las tecnologías de conectividad y comunicación pueden hacer al desarrollo de las sociedades.
En plena pandemia, Internet reveló todo su potencial y se convirtió en el soporte de la vida económica y social de casi todos los rincones del planeta. Y a pesar de que los expertos coinciden
en que la infraestructura de telecomunicaciones del país superó una prueba de fuego cuando la contingencia apenas empezaba, también dicen que los desafíos que Chile debe enfrentar respecto a infraestructura, conectividad y digitalización se vuelven más urgentes, en un escenario incierto y complejo que no parece tener pronta resolución.
El presidente de la Cámara Chilena de Infraestructura Digital, Rodrigo Ramírez, señala que el estado de emergencia marcó un cambio en el patrón de consumo: el tráfico de datos móviles, voz e Internet fijo aumentó en 40%, 50% y 30% respectivamente, junto al alza de más de 50% en las plataformas de streaming de video, 200% en el aumento de aplicaciones de videollamada y 70% en el uso de redes sociales.
Frente a esos números, acelerar y aumentar las inversiones es clave, plantea. Ya lo advertía la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en su informe “Infraestructura crítica para el desarrollo 2018-2027”, mucho antes de la pandemia, al señalar que a pesar de que la industria de telecomunicaciones ha invertido alrededor de US$ 15.000 millones en los últimos ocho años, y se proyecta un valor similar para la próxima década, de no mediar algún cambio significativo en la dinámica del mercado, Chile tendría un déficit acumulado de más de 30% en la inversión en infraestructura de telecomunicaciones para el año 2027.
Prioridades
El presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Atelmo), Alfie Ulloa, coincide en el diagnóstico de la CChC, y dice que la próxima década “demandará inversiones importantes en infraestructura digital, así como en equipamientos y formación del desarrollo del recurso humano clave para capturar las oportunidades que presenta la digitalización de la sociedad y economía”.
A su juicio, este desafío “debe ser reconocido como una oportunidad para el país”, donde los sectores público y privado estén alineados en la necesidad de situar al sector como
“altamente estratégico” para el desarrollo. “Hacerlo en el pasado significó que Chile diera un tremendo avance en conectividad al servicio del desarrollo, en comparación con la región. Lograrlo para el futuro nos permitirá seguir en esa senda”, añade.
Con el mismo diagnóstico presente, Rodrigo Ramírez también orienta su análisis hacia la necesidad de acelerar las inversiones proyectadas para los próximos cinco años, y aumentarlas de US$ 91 a US$ 150 pér capita, para así “traerlas al presente”. Según sus cálculos, sólo en redes de nueva generación el desembolso requerido debiera ser de US$ 25.000 millones.
Frente al nivel de infraestructura y conectividad actual, Roberto Gurovich, presidente de GyA Consultores, sostiene que “definitivamente hay que profundizar la presencia de capacidad de fibra óptica en centros poblados”, y también en el acceso de “última milla”, como se le llama a las conexiones de usuarios desde el punto de concentración de tráfico, “las cuales deben reforzarse con tendido de fibra y redes inalámbricas 4G y 5G en su momento”.
Ramírez añade la necesidad de desplegar una arquitectura digital, una “nueva topología” de red, con Internet a muy alta velocidad que cubra todo el territorio nacional, con nuevos nodos de acceso. Un punto en el que también hace énfasis Pelayo Covarrubias, presidente de Fundación País Digital: “Aquellas regiones que cuentan con una menor preparación digital, como El Maule, Los Ríos y La Araucanía, cuentan también con baja conectividad. Por ejemplo, en la región del Maule, sólo 23% de los hogares tiene conexión a Internet. La Araucanía
también presenta el menor porcentaje de conexiones fijas”, explica, citando parte de los resultados del estudio Digital Readiness que elaboraron en conjunto con Cisco.
En este sentido, Covarrubias señala que es clave entender que el foco debe estar “en la descentralización del territorio nacional y la capilaridad de la conectividad, de manera de entregar condiciones básicas tecnológicas para generar un cambio”. Y no sólo básicas, añade el country manager de InterNexa Chile, Carlos Giraldo, sino que en igualdad de oportunidades. Es decir, que “todos contemos con similar velocidad de conexión y servicios, sobre todo teniendo en cuenta lo que actualmente está pasando con el teletrabajo y la educación a distancia”, ejemplifica.
Desafíos 5G
Para Cristián Gómez-Nilo, analista de Telecomunicaciones en IDC Chile, la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) ha avanzado mucho en el último período en materia de conectividad y, aunque la autoridad frenó de momento la carrera por el 5G en el país, su llegada -cuando ocurra-, “cambiará la vida de los chilenos en múltiples ámbitos”, subraya el ejecutivo.
En ese contexto, Ramírez también considera la necesidad de avanzar en paralelo en la actualización del marco legal, normativo y regulatorio, un punto que también advierte el CEO de WOM,
Christopher Laska, en pos de garantizar “un despliegue dinámico, acorde con los desafíos que implica el despliegue de una futura tecnología 5G”. A Laska, además, le preocupa que en más de siete años no se haya asignado nuevo espectro en el país, y cree que eso se traduce en un “inevitable retraso” en el desarrollo de una tecnología de ese calibre.
Aquí también hay que considerar el tema de las antenas como algo no menor, dice el ejecutivo: “Chile tiene un buen desarrollo de infraestructura con respecto a antenas y conectividad en comparación con la región, pero insuficiente a la hora de mirar los retos futuros que demandará la conectividad necesaria para el despliegue de la tecnología 5G”.
Con todo, la subsecretaria Pamela Gidi, reitera que para la cartera que dirige, la prioridad en materia de infraestructura estará en el despliegue de la tecnología y de todo lo necesario para ello, lo que efectivamente requerirá duplicar el parque de antenas actual de 14 mil a 28 mil, puntualiza.
Ante ese escenario, recuerda Gidi, surgió la necesidad de modificar el decreto supremo 99 del año 2012, que establece los requisitos de instalación de antenas, lo que a su juicio “es un claro ejemplo de cómo el regulador escucha la opinión de los operadores, se moderniza y hace más eficientes los distintos procesos que contienen barreras burocráticas de arrastre”.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 18 de Mayo de 2020
Inversión y mayor despliegue: Los retos para fortalecer la conectividad
DIARIO FINANCIERO – Cada 17 de mayo, desde hace 51 años, el mundo conmemora la fundación de la Unión Internacional de Telecomunicaciones y la firma del primer Convenio Telegráfico Internacional, como una fecha emblemática para difundir y reafirmar la contribución que las tecnologías de conectividad y comunicación pueden hacer al desarrollo de las sociedades.
En plena pandemia, Internet reveló todo su potencial y se convirtió en el soporte de la vida económica y social de casi todos los rincones del planeta. Y a pesar de que los expertos coinciden
en que la infraestructura de telecomunicaciones del país superó una prueba de fuego cuando la contingencia apenas empezaba, también dicen que los desafíos que Chile debe enfrentar respecto a infraestructura, conectividad y digitalización se vuelven más urgentes, en un escenario incierto y complejo que no parece tener pronta resolución.
El presidente de la Cámara Chilena de Infraestructura Digital, Rodrigo Ramírez, señala que el estado de emergencia marcó un cambio en el patrón de consumo: el tráfico de datos móviles, voz e Internet fijo aumentó en 40%, 50% y 30% respectivamente, junto al alza de más de 50% en las plataformas de streaming de video, 200% en el aumento de aplicaciones de videollamada y 70% en el uso de redes sociales.
Frente a esos números, acelerar y aumentar las inversiones es clave, plantea. Ya lo advertía la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) en su informe “Infraestructura crítica para el desarrollo 2018-2027”, mucho antes de la pandemia, al señalar que a pesar de que la industria de telecomunicaciones ha invertido alrededor de US$ 15.000 millones en los últimos ocho años, y se proyecta un valor similar para la próxima década, de no mediar algún cambio significativo en la dinámica del mercado, Chile tendría un déficit acumulado de más de 30% en la inversión en infraestructura de telecomunicaciones para el año 2027.
Prioridades
El presidente ejecutivo de la Asociación de Empresas de Telecomunicaciones (Atelmo), Alfie Ulloa, coincide en el diagnóstico de la CChC, y dice que la próxima década “demandará inversiones importantes en infraestructura digital, así como en equipamientos y formación del desarrollo del recurso humano clave para capturar las oportunidades que presenta la digitalización de la sociedad y economía”.
A su juicio, este desafío “debe ser reconocido como una oportunidad para el país”, donde los sectores público y privado estén alineados en la necesidad de situar al sector como
“altamente estratégico” para el desarrollo. “Hacerlo en el pasado significó que Chile diera un tremendo avance en conectividad al servicio del desarrollo, en comparación con la región. Lograrlo para el futuro nos permitirá seguir en esa senda”, añade.
Con el mismo diagnóstico presente, Rodrigo Ramírez también orienta su análisis hacia la necesidad de acelerar las inversiones proyectadas para los próximos cinco años, y aumentarlas de US$ 91 a US$ 150 pér capita, para así “traerlas al presente”. Según sus cálculos, sólo en redes de nueva generación el desembolso requerido debiera ser de US$ 25.000 millones.
Frente al nivel de infraestructura y conectividad actual, Roberto Gurovich, presidente de GyA Consultores, sostiene que “definitivamente hay que profundizar la presencia de capacidad de fibra óptica en centros poblados”, y también en el acceso de “última milla”, como se le llama a las conexiones de usuarios desde el punto de concentración de tráfico, “las cuales deben reforzarse con tendido de fibra y redes inalámbricas 4G y 5G en su momento”.
Ramírez añade la necesidad de desplegar una arquitectura digital, una “nueva topología” de red, con Internet a muy alta velocidad que cubra todo el territorio nacional, con nuevos nodos de acceso. Un punto en el que también hace énfasis Pelayo Covarrubias, presidente de Fundación País Digital: “Aquellas regiones que cuentan con una menor preparación digital, como El Maule, Los Ríos y La Araucanía, cuentan también con baja conectividad. Por ejemplo, en la región del Maule, sólo 23% de los hogares tiene conexión a Internet. La Araucanía
también presenta el menor porcentaje de conexiones fijas”, explica, citando parte de los resultados del estudio Digital Readiness que elaboraron en conjunto con Cisco.
En este sentido, Covarrubias señala que es clave entender que el foco debe estar “en la descentralización del territorio nacional y la capilaridad de la conectividad, de manera de entregar condiciones básicas tecnológicas para generar un cambio”. Y no sólo básicas, añade el country manager de InterNexa Chile, Carlos Giraldo, sino que en igualdad de oportunidades. Es decir, que “todos contemos con similar velocidad de conexión y servicios, sobre todo teniendo en cuenta lo que actualmente está pasando con el teletrabajo y la educación a distancia”, ejemplifica.
Desafíos 5G
Para Cristián Gómez-Nilo, analista de Telecomunicaciones en IDC Chile, la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel) ha avanzado mucho en el último período en materia de conectividad y, aunque la autoridad frenó de momento la carrera por el 5G en el país, su llegada -cuando ocurra-, “cambiará la vida de los chilenos en múltiples ámbitos”, subraya el ejecutivo.
En ese contexto, Ramírez también considera la necesidad de avanzar en paralelo en la actualización del marco legal, normativo y regulatorio, un punto que también advierte el CEO de WOM,
Christopher Laska, en pos de garantizar “un despliegue dinámico, acorde con los desafíos que implica el despliegue de una futura tecnología 5G”. A Laska, además, le preocupa que en más de siete años no se haya asignado nuevo espectro en el país, y cree que eso se traduce en un “inevitable retraso” en el desarrollo de una tecnología de ese calibre.
Aquí también hay que considerar el tema de las antenas como algo no menor, dice el ejecutivo: “Chile tiene un buen desarrollo de infraestructura con respecto a antenas y conectividad en comparación con la región, pero insuficiente a la hora de mirar los retos futuros que demandará la conectividad necesaria para el despliegue de la tecnología 5G”.
Con todo, la subsecretaria Pamela Gidi, reitera que para la cartera que dirige, la prioridad en materia de infraestructura estará en el despliegue de la tecnología y de todo lo necesario para ello, lo que efectivamente requerirá duplicar el parque de antenas actual de 14 mil a 28 mil, puntualiza.
Ante ese escenario, recuerda Gidi, surgió la necesidad de modificar el decreto supremo 99 del año 2012, que establece los requisitos de instalación de antenas, lo que a su juicio “es un claro ejemplo de cómo el regulador escucha la opinión de los operadores, se moderniza y hace más eficientes los distintos procesos que contienen barreras burocráticas de arrastre”.
Fuente: Diario Financiero, Lunes 18 de Mayo de 2020