Domingo, Noviembre 24, 2024

Sebastián Gray y la reinvención de la ciudad tras la pandemia: “Hay que reclamar el espacio público para el peatón y la vida de barrio”

ADN RADIO – El connotado arquitecto reflexionó sobre cómo la crisis sanitaria y la distancia social nos obligan a enfrentar cambios en la forma de habitar las ciudades, recuperando el concepto de barrio y modos de transporte sustentables como la bicicleta.
El rol de la ciudad como aglomeración de personas, tal como lo entendimos en los últimos 100 años, configurada en torno al automóvil y los grandes centros comerciales en desmedro del tradicional concepto de barrio, se ve seriamente cuestionado tras una pandemia que nos obliga al confinamiento, a la distancia social y a redescubrir nuestra noción del movimiento. Es lo que reflexionó en Ciudadano ADN el arquitecto y director de Espacio Público, Sebastián Gray.
“La historia de las catástrofes es también la historia de la humanidad”, señaló el arquitecto, a propósito de los inminentes cambios en la forma de habitar la ciudad. Del mismo modo, “la historia de la civilización es la historia de las ciudades”. Según adelantó, “yo creo que los cambios más importantes tendrán que ver con el diseño urbano, con el pensamiento de cómo tienen que ser las ciudades para que la vida de grandes cantidades de personas sea mejor”.
Según recordó el arquitecto, luego de la última gran pandemia mundial (la gripe española de 1918, que duró dos años y dejó 60 millones de muertos), el mundo se ha concentrado en ciudades, con más de la mitad de su población viviendo en grandes centros urbanos, que “se expandieron, crecieron en altura y se han hecho mas densas, teniendo como gran agente de cambio el automóvil. Todo el diseño estuvo pensado para darle lugar y razón de ser, pero quitándole espacio vital al ser humano que habita la ciudad”.
Ahora, obligados a la distancia, “volvemos a pensar en el barrio como lugar amable y acogedor”. Por eso, explica, un camino posible pasa por “sacar de la ecuación al automóvil que se lo engulló todo y reclamar el espacio público de vuelta para el peatón y la vida de barrio. Olvidar los centros comerciales gigantescos y repensar los equilibrios en el diseño urbano”. Todo esto, con el fin de “rescatar el espacio público que ha sido perdido”.
Un cambio que también obliga a repensar qué es una casa como espacio habitable con comodidad y dignidad. “Tenemos que preguntarnos por los mínimos estándares. Qué es una habitación, qué tamaño debe tener, qué altura debe tener un departamento. Las alturas que usamos en Chile, dictadas por la conveniencia del negocio inmobiliario, no existen en otras partes del mundo. En Europa el estándar obliga que sean más altas. Da mayor dignidad y comodidad”.
Sin embargo, el arquitecto aclaró que los departamentos económicos seguirán existiendo, ya que cubren ciertas necesidades, “pero lo que no podía ocurrir, y permitimos porque no hubo legislación y nos sometimos al negocio inmobiliario, es que se construyeran edificios de 30 pisos de altura con puros departamentos de 30 m2. El ghetto vertical, la palomera, era evitable si la discusión se hubiera centrado en los estándares. Y hoy día nos estamos lamentando. No hemos legislado pensando en el bien común sino en la economía”.
Otro tema que se destapa ante la situación de crisis es la existencia de tomas y campamentos, que gran parte de la opinión pública imaginaba como parte de un pasado superado. “Chile había ido reduciendo su déficit habitacional en términos cuantitativos, pero no cualitativos. En los últimos años la curva ha ido subiendo porque han ido aumentando los campamentos”. En ese sentido, explicó Gray, Alto Hospicio es uno de los lugares mas complejos, pero también Viña del Mar, Valparaíso y Santiago, que juntos suman 400.000 personas viviendo en campamentos, “invisibles, que ni siquiera tienen fichas en el sistema público. Ni siquiera tienen agua potable, que en ese caso de la pandemia es gravísimo. Es la precariedad mas abyecta”, aseguró el arquitecto, llamando a la intervención de las autoridades. “Este es el momento en que uno entiende cuál es el rol de un Estado”.
El arquitecto rechaza vaticinar lo que ocurrirá en el futuro inmediato, pero asegura que “la vida urbana no va a volver a una normalidad idéntica a la que teníamos hace un años atrás. Vamos a tener que mantener distancia social, medidas extraordinarias de higiene, y ya hemos visto un cambio revolucionario en el teletrabajo a partir de la tecnología. Eso tiene efectos culturales. Pero no sabemos cómo va a ser la ciudad”. Sin embargo, el ejemplo de grandes ciudades como Nueva York, París, Barcelona o Berlín, que ya están iniciando procesos de recuperación de sus espacios públicos a través de lo que llama “urbanismo rápido”, con medidas “pensando en que serán transitorias pero con la esperanza que sean permanentes”, da un modelo a seguir.
Precisamente ese camino está siendo seguido por comunas como Las Condes, que ya instaló ciclovías temporales en algunas de sus calles, sustituyendo al automóvil por este medio de transporte. “La gente no quiere andar en transporte publico y se ha subido a la bicicleta de nuevo. También las calles pueden convertirse en paseos peatonales porque se entiende que la gente va a tener que volver a salir a la calle pero manteniendo distancia social. Por suerte, porque habíamos perdido la ciudad por culpa del, entre comillas, progreso”.
Cambios que, muy probablemente, se enmarcarán en un cambio mayor: Gray agregó que “la pandemia nos deja en un buen pie para enfrentar con altura de miras el debate constitucional que viene sí o sí. La república democrática y solidaria, la relación público privado, son conceptos que surgen de esta crisis y tienen que verse reflejados en una nueva Constitución”.

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Fuente: ADN Radio, Jueves 14 de Mayo de 2020

ADN RADIO – El connotado arquitecto reflexionó sobre cómo la crisis sanitaria y la distancia social nos obligan a enfrentar cambios en la forma de habitar las ciudades, recuperando el concepto de barrio y modos de transporte sustentables como la bicicleta.
El rol de la ciudad como aglomeración de personas, tal como lo entendimos en los últimos 100 años, configurada en torno al automóvil y los grandes centros comerciales en desmedro del tradicional concepto de barrio, se ve seriamente cuestionado tras una pandemia que nos obliga al confinamiento, a la distancia social y a redescubrir nuestra noción del movimiento. Es lo que reflexionó en Ciudadano ADN el arquitecto y director de Espacio Público, Sebastián Gray.
“La historia de las catástrofes es también la historia de la humanidad”, señaló el arquitecto, a propósito de los inminentes cambios en la forma de habitar la ciudad. Del mismo modo, “la historia de la civilización es la historia de las ciudades”. Según adelantó, “yo creo que los cambios más importantes tendrán que ver con el diseño urbano, con el pensamiento de cómo tienen que ser las ciudades para que la vida de grandes cantidades de personas sea mejor”.
Según recordó el arquitecto, luego de la última gran pandemia mundial (la gripe española de 1918, que duró dos años y dejó 60 millones de muertos), el mundo se ha concentrado en ciudades, con más de la mitad de su población viviendo en grandes centros urbanos, que “se expandieron, crecieron en altura y se han hecho mas densas, teniendo como gran agente de cambio el automóvil. Todo el diseño estuvo pensado para darle lugar y razón de ser, pero quitándole espacio vital al ser humano que habita la ciudad”.
Ahora, obligados a la distancia, “volvemos a pensar en el barrio como lugar amable y acogedor”. Por eso, explica, un camino posible pasa por “sacar de la ecuación al automóvil que se lo engulló todo y reclamar el espacio público de vuelta para el peatón y la vida de barrio. Olvidar los centros comerciales gigantescos y repensar los equilibrios en el diseño urbano”. Todo esto, con el fin de “rescatar el espacio público que ha sido perdido”.
Un cambio que también obliga a repensar qué es una casa como espacio habitable con comodidad y dignidad. “Tenemos que preguntarnos por los mínimos estándares. Qué es una habitación, qué tamaño debe tener, qué altura debe tener un departamento. Las alturas que usamos en Chile, dictadas por la conveniencia del negocio inmobiliario, no existen en otras partes del mundo. En Europa el estándar obliga que sean más altas. Da mayor dignidad y comodidad”.
Sin embargo, el arquitecto aclaró que los departamentos económicos seguirán existiendo, ya que cubren ciertas necesidades, “pero lo que no podía ocurrir, y permitimos porque no hubo legislación y nos sometimos al negocio inmobiliario, es que se construyeran edificios de 30 pisos de altura con puros departamentos de 30 m2. El ghetto vertical, la palomera, era evitable si la discusión se hubiera centrado en los estándares. Y hoy día nos estamos lamentando. No hemos legislado pensando en el bien común sino en la economía”.
Otro tema que se destapa ante la situación de crisis es la existencia de tomas y campamentos, que gran parte de la opinión pública imaginaba como parte de un pasado superado. “Chile había ido reduciendo su déficit habitacional en términos cuantitativos, pero no cualitativos. En los últimos años la curva ha ido subiendo porque han ido aumentando los campamentos”. En ese sentido, explicó Gray, Alto Hospicio es uno de los lugares mas complejos, pero también Viña del Mar, Valparaíso y Santiago, que juntos suman 400.000 personas viviendo en campamentos, “invisibles, que ni siquiera tienen fichas en el sistema público. Ni siquiera tienen agua potable, que en ese caso de la pandemia es gravísimo. Es la precariedad mas abyecta”, aseguró el arquitecto, llamando a la intervención de las autoridades. “Este es el momento en que uno entiende cuál es el rol de un Estado”.
El arquitecto rechaza vaticinar lo que ocurrirá en el futuro inmediato, pero asegura que “la vida urbana no va a volver a una normalidad idéntica a la que teníamos hace un años atrás. Vamos a tener que mantener distancia social, medidas extraordinarias de higiene, y ya hemos visto un cambio revolucionario en el teletrabajo a partir de la tecnología. Eso tiene efectos culturales. Pero no sabemos cómo va a ser la ciudad”. Sin embargo, el ejemplo de grandes ciudades como Nueva York, París, Barcelona o Berlín, que ya están iniciando procesos de recuperación de sus espacios públicos a través de lo que llama “urbanismo rápido”, con medidas “pensando en que serán transitorias pero con la esperanza que sean permanentes”, da un modelo a seguir.
Precisamente ese camino está siendo seguido por comunas como Las Condes, que ya instaló ciclovías temporales en algunas de sus calles, sustituyendo al automóvil por este medio de transporte. “La gente no quiere andar en transporte publico y se ha subido a la bicicleta de nuevo. También las calles pueden convertirse en paseos peatonales porque se entiende que la gente va a tener que volver a salir a la calle pero manteniendo distancia social. Por suerte, porque habíamos perdido la ciudad por culpa del, entre comillas, progreso”.
Cambios que, muy probablemente, se enmarcarán en un cambio mayor: Gray agregó que “la pandemia nos deja en un buen pie para enfrentar con altura de miras el debate constitucional que viene sí o sí. La república democrática y solidaria, la relación público privado, son conceptos que surgen de esta crisis y tienen que verse reflejados en una nueva Constitución”.

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Fuente: ADN Radio, Jueves 14 de Mayo de 2020

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